Curiosamente la fecha exacta en la que nació Manuel Pertegaz es un misterio: sabemos que fue en 1917 o 1918, en el pueblo turolense de Olba. Siendo un niño, su familia se trasladó a Barcelona y, aún adolescente, trabajó como aprendiz en el taller de una sastrería donde se hizo consciente de su pasión por la moda femenina.
Fue ya en 1942 cuando puso en marcha su primera casa de alta costura en la Diagonal, y presentó también entonces (además de creativo, era constante y trabajador) su primera colección, marcada por la conjunción entre originalidad y elegancia, una elegancia que él identificaba con los cisnes y con Audrey Hepburn. Los presentó la condesa de Romanones e iniciaron una amistad duradera.
Tras su éxito en Cataluña, decidió abrir sede en Madrid, en 1948, y desde la capital dio el salto a Estados Unidos, donde cosechó en los cincuenta un éxito sin paliativos que precedería sus ventas por medio mundo y sus relaciones de tú a tú con enormes como Balenciaga, Dior o Chanel. Precisamente, a la muerte de Christian Dior, su firma le propuso coger su testigo, pero él rechazó la oferta para permanecer fiel a la costura española. Y sus clientes de nuestro país le correspondieron haciéndole a él sus encargos en lugar de recurrir sistemáticamente a maisons francesas.
Los sesenta fueron sus años de esplendor: sus creaciones se diferenciaban de las tendencias dominantes y se vestían de El Cairo a Nueva York. Pertegaz decía trabajar elaborando modelos para el cuerpo y no buscando cuerpos a quienes sentaran bien sus modelos.
Cuando en los setenta tuvo que adaptarse al imperante prêt-à-porter, lo hizo con soltura sin desdeñar su especialidad: la alta costura, y en 1997, con ochenta años, se atrevió a presentar sus primeros diseños masculinos (antes ya había firmado perfumes). Hace trece años –y diez antes de su muerte– el Museo Reina Sofía le brindó una retrospectiva, comisariada por Elio Berhanyer, en la que sus modelos se dispusieron junto a fotografías que evocaban la época en la que fueron creados y aquella muestra antecede la que, hasta el 12 de noviembre, le dedica la Comunidad de Madrid en su Sala Canal de Isabel II, en el marco de su nueva línea de atención a la moda.
Supone un recorrido por el conjunto de su trayectoria y, sobre todo, un homenaje, y cuenta con piezas cedidas por Pertegaz Studio, coleccionistas privados e instituciones como el Museo del Traje. CIPE o el Centro de Documentación y Museo Textil de Terrassa.
La planta baja acoge piezas icónicas y representativas de su carrera, en las plantas primera y segunda conviven alta costura y prêt-a-porter y, en la planta tercera, se muestra la creatividad del maestro en los trajes de novia.
“Manuel Pertegaz”
c/ Santa Engracia, 125
Madrid
Del 9 de septiembre al 12 de noviembre de 2017
