Los lugares de Susana Solano

La Galería Rafael Pérez Hernando expone por primera vez su trabajo

Madrid,
Susana Solano. A Philip Guston V, 2012
Susana Solano. A Philip Guston V, 2012

Comenzó a trabajar a finales de los setenta por los cauces minimalistas, pero conjugando sus referencias a Judd, Serra o Carl André con alusiones a su propia biografía e intereses vitales. Su obra era ya entonces monumental, contenía lecturas simbólicas y buscaba la tensión expresiva entre lo interior y lo exterior. Susana Solano, figura fundamental del impulso renovador de la escultura española en los ochenta, ha trabajado a fondo sobre la dicotomía del vacío y el no-vacío y sobre las posibilidades de apropiación, no solo física sino también mental, de los espacios, convertidos en cada una de sus muestras en escenario de acciones mentales y corporales. En sus palabras, en los huecos está el misterio de la representación y el plano horizontal plegado. Nunca mejor dicho: los misterios.

Yendo más allá, en su obra hay algo de símbolo de una colectividad y un tiempo: podemos decir que, en su evolución, Solano ha reproducido los caminos que ha seguido la escultura en nuestro país en la última mitad del siglo XX, desde la tendencia a la reproducción de objetos figurativos, aún muy relacionados con la pintura, a la recreación del objeto minimalista y una concepción de lo escultórico donde el espacio real en el que se inserta adquiere el mismo o mayor protagonismo que la pieza en sí.

Hasta el próximo 1 de abril, la artista presenta su primera exhibición en la Galería madrileña Rafael Pérez Hernando, un conjunto de obras fechadas en el último año que podemos entender partiendo desde una premisa fundamental para Solano: Todo arte es una escenografía. Lograr un espacio: sorprender, denunciar… Y toda escenografía tiene una dimensión inequívocamente humana, de modo que la que plantea ahora en esta sala revela los modos de Susana de estar y relacionarse con el entorno y también su bagaje.

Susana Solano. Descenso, 2016
Susana Solano. Descenso, 2016

La creadora viaja habitualmente, y lo ha hecho también en este periodo, a Asia y África para disfrutar de sus combinaciones de colores y de la gestualidad natural de las personas que conoce, también de la imprevisibilidad de los acontecimientos y de la imposibilidad de cumplir su hoja de ruta prevista. Esas memorias se hacen presentes en estas esculturas, como lo hacen los recuerdos de sus manualidades de infancia y su asimilación de paisajes arquitectónicos.

De recuerdos habló Carlos Pazos (El recuerdo es lo que has perdido, el souvenir es lo que tienes) y a esa sentencia hacen alusión dos de sus obras más atractivas de esta muestra: Full de ruta II y Full de ruta III, su homenaje a los asesinados en Siria y Yemen a partir de huecos creados en acero inoxidable y de fotografías de esos lugares: La obra en sí no es descriptiva (emoción), sólo un guiño de una foto paisaje, un instante  ácido compartido del lugar cercano al suceso.

Susana Solano. Full de ruta II / Full de ruta III, 2016
Susana Solano. Full de ruta II / Full de ruta III, 2016

El número 1 de esa serie Full de ruta lleva tras de sí un proceso de trabajo con papel, lápiz y tijeras. La forma resultante la utilizó como plantilla para trabajar sobre acero, puliéndolo hasta lograr una superficie especular con múltiples significados posibles: Lo brillante, como indica la palabra, contiene un significado exitoso, de lujo, atractivo para los hombres en general, como puede ser una joya. ‘La arrogancia frente a un espejo’. En diferentes culturas el espejo tiene significados distintos. Recuerdo mi visita a Japón hace un montón de años, el espejo del dormitorio estaba cubierto con un paño. Lo púdico, no verse reflejado…

El resultado es un espejo deformante muy distinto a los del Callejón de Valle-Inclán: de formas orgánicas y ecos femeninos, engulle nuestra imagen. También concedió ecos clásicos al acero en Voluta II.

Susana Solano. Full de ruta I, 2016
Susana Solano. Full de ruta I, 2016

 

Susana Solano. Voluta II, 2016
Susana Solano. Voluta II, 2016

Algo escéptica respecto a la relación arte-sociedad (no se puede apreciar el arte si no existe un buen grado de ingenuidad), se ha referido a las formas de comunicación en Comunicació i normes, pensando fundamentalmente en los nexos a establecer entre el creador y la sociedad y entre sí mismo y su obra: Aún cuando el acto de mirar se realiza en su conjunto, el sujeto no puede desviarse de los objetos que permanecen bajo el cristal. Se crea una distancia provocadora, no un espacio, la obra solicita un tiempo de contemplación. La vista va dirigida al interior de la cubeta, como experiencia del hecho de descubrir, de articular, de encontrar, de poseer…, de reflexionar y de suscitar preguntas.

Preguntas que quizá no tengan respuesta. Solano nos incita a no pretender interpretar cualquier obra de arte buscando lecturas cerradas: Algunas obras pretenden que el espectador se indigne de inmediato frente al objeto (fotos, instalación…) fácilmente reconocible porque ha sido arrebatado a la miseria y el dolor. A mi modo de ver resulta censurable esa utilización banal, vanidosa, irrespetuosa y comercial. Rehúyo las  alusiones directas. El desarrollo de un resultado frecuentemente no es descifrable como suponen los demás y las claves pertenecen a uno mismo.

Susana Solano. Oro VII, 2001
Susana Solano. Oro VII, 2001

 

Susana Solano

GALERÍA RAFAEL PÉREZ HERNANDO

c/ Orellana, 18

28004 Madrid

Del 26 de enero al 1 de abril de 2017

 

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