Hace nueve años ya que Leandro Erlich dejó a muchos con la boca abierta en su primera exposición individual en España: se trató de “La Torre”, un ambicioso proyecto que concibió expresamente para el Museo Reina Sofía y que constaba de un alto edificio similar a una torre de apartamentos, con ventanas y pasillos. Un dispositivo de espejos nos invitaba a contemplar, desde la planta baja, lo que ocurría en la superior, y también al revés; convirtiéndonos de paso en parte de un juego en el que continuamente mirábamos y éramos vistos. Porque, además, quienes se encontraban en el interior eran observados como figuras flotantes por el público situado en el exterior.
En las dos instalaciones que este creador argentino nos presenta ahora en el Espacio Fundación Telefónica ha continuado cuestionando nuestra percepción de lo real a través de simulaciones y juegos ópticos, y también ha manejado como telón de fondo de sus ejercicios de placer visual el asunto de la privacidad y la constante vigilancia y el tan actual del sentido de vallas y fronteras.
Se trata de Nido de las nubes y Changing Rooms; proyectos ambos pensados para la confusión de quien mira, para que no sepamos dónde empieza lo real y acaba la representación y para que dudemos… en cuántas ocasiones previas no nos habrán engañado los ojos y nuestros condicionamientos culturales. Contienen además dos elementos fundamentales en la producción de Erlich hasta ahora: mapas y espejos.
La primera consta de siete supuestas nubes insertadas en vitrinas. Parecen flotar en el aire y recuerdan la forma de distintos países europeos (España, Italia, Francia, Luxemburgo, Bélgica, Reino Unido y Alemania). Dado el carácter efímero de cualquier formación nebulosa, el argentino nos propone así reflexionar sobre la idea de frontera y la fragilidad de su permanencia.
En Changing Rooms, sin embargo, la participación del público es, como es una constante en su obra, más decisiva: los espectadores quedamos inmersos en un laberinto de probadores con falsos espejos en los que, en lugar de encontrarnos con nuestro propio reflejo, nos tropezamos con una imagen ajena ante nuestro gran desconcierto.
La instalación se compone de una treintena de cubículos y de dos pasillos que recrean tres bloques de probadores de una tienda de ropa. El reto es encontrar nuestro reflejo.
Leandro Erlich. Certezas efímeras
c/ Fuencarral, 3
Madrid
Del 23 de febrero al 23 de abril de 2017
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