La mujer de piedra se levanta y baila

El MUSAC muestra trabajos de Pamen Pereira desde los noventa

León,
Pamen Pereira. La mujer de piedra se levanta y baila
Pamen Pereira. La mujer de piedra se levanta y baila

La artista coruñesa Pamen Pereira es autora de una obra multidisciplinar (dibujos, pinturas, instalaciones, esculturas, vídeos y fotografías) en cuyo proceso de creación funde lo artístico y lo vital, dando además protagonismo a la naturaleza.

Vivió varios años en Japón y practica la filosofía zen, así que el conjunto de sus trabajos tienen como objetivo abrir nuestra mente hacia la meditación, en la línea de los postulados del maestro Tozan, que escribió en el s IX Hokyo zan mai (Samadhi del Espejo del Tesoro) invitando a sus discípulos a volver su mirada hacia sí mismos en lugar de hacia los demás para liberar sus mentes de ilusiones y falsedades.

Pereira busca el sentido de la vida a través de un impulso poético presente en el arte que posibilita que, al tratar de organizar el caos, surjan la belleza y la armonía. La naturaleza es su materia prima, inspiradora por su belleza y  por su capacidad de generar imágenes poéticas y misteriosas tras un viaje de transformación que implica otro camino paralelo: el de la propia artista hacia su interioridad, que no deja de ser un acto creativo en sí mismo capaz de estimular los sentidos.

Hasta el 4 de septiembre y bajo el comisariado de Kristine Guzmán, el MUSAC ofrece la muestra “La mujer de piedra se levanta y baila” (este título procede del Hokyo zan mai), que reúne trabajos de la artista gallega desde los noventa hasta hoy y que se nos presenta como una constelación de obras elaboradas a partir de la manipulación de materiales y medios diversos. Nos presentan a una Pereira casi alquimista que alude a la tierra, el aire, el agua y el fuego como elementos mágicos o como objetos poéticos rituales y que trabaja con las emociones, del mismo modo que un científico lo hace con la materia.

Pereira busca el sentido de la vida a través de un impulso poético presente en el arte que posibilita que, al tratar de organizar el caos, surjan la belleza y la armonía

Una de sus referencias es el movimiento sturm und drang (tormenta e ímpetu), entendiendo que la tormenta incide en el carácter sublime de la naturaleza como fuente de inspiración y que el ímpetu subraya el papel de las emociones o la voluntad para expresar la confusión presente en esa naturaleza. Atendiendo a la filosofía oriental, Pereira busca la unidad de lo material y lo espiritual prestando atención por igual a sus raíces y a sus viajes, a sus emociones y a sus lecturas.

Pamen Pereira. La mujer de piedra se levanta y baila
Pamen Pereira. La mujer de piedra se levanta y baila

La exposición se ha planteado como una gran escenografía. En la primera sala encontramos poemas-objeto en los que Pereira pretende que la yuxtaposición de elementos haga que lo invisible se convierta en materia. Los elementos se unen en encuentros imposibles como El caballo blanco penetra la flor de la caña (2012), donde el asta de un ciervo y una flor de palmera están ensamblados como si ese fuese su destino natural; lo mismo ocurre con las dos raíces de El sumo sacerdote (2010), que encuentran una unión simbólica que remite al mundo del tarot.

Pamen Pereira. La mujer de piedra se levanta y baila
Pamen Pereira. La mujer de piedra se levanta y baila

Con el paso de los años, el proceso creativo o intelectual ha cobrado para la artista al menos tanta importancia como el objeto final. Por eso, los diversos elementos de su estudio sirven de testimonio de este proceso. Gabinete de trabajo (1998) es un escritorio sobre el que descansa el paisaje de una cordillera hecha de grasa que funciona como reminiscencia de las peregrinaciones budistas, en las que el retiro a este tipo de zonas se emplea como medio para comprender el propio yo y nuestra relación con el mundo.

Una gran instalación ocupa la segunda sala, donde un grupo de golondrinas portan unos muebles al aire al ritmo del latido de Voz primal (2015). Este latido interior es lo que le hace comprender la complejidad de la naturaleza, porque igual que en la tradición de la pintura china, un artista no puede representarla sin una minuciosa observación y dominio del mundo exterior. El mundo entero es medicina (2010) traza una relación dependiente del todo con las partes y las partes con el todo, siguiendo esta búsqueda espiritual hasta llegar a la cima de Vista isométrica del continente antártico desde el Mar de Ross (2006) o El curso circular de la luz II (2005), obras realizadas con humo sobre terciopelo y cuyos procesos están directamente relacionados con Chaqueta de trabajo (2000) y Ecuanimidad (2015).

El cosmos que Pamen Pereira presenta en el MUSAC termina en el altar de Tampoco el mar duerme (2015), una tempestad que ella intenta atrapar y contener; del mismo modo que busca condensar todo el amor en Ramón Pereira, el sol es una estrella (2003-2004).

En mayo (os lo avanzaremos más adelante), Pereira impartirá en el museo leonés un taller de meditación y charlará con Dokushô Villalba.

Pamen Pereira. La mujer de piedra se levanta y baila
Pamen Pereira. La mujer de piedra se levanta y baila

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