En la pasada edición de ARCOmadrid, la Galería L21, con sedes en Palma de Mallorca y Madrid, recibió el Premio Ron Barceló Imperial por “The Apartment (Piloto)”, una muestra que tenía un doble objetivo, según nos contaba Francesco Giaveri: conseguir que el público permaneciese el mayor tiempo posible viendo una exposición y disfrutando y ensayar los resultados de exponer conjuntamente la obra de todos los artistas con los que trabajan, creadores de producciones y trayectorias muy diversas, convirtiendo el espacio de la galería en apartamento, en un lugar que evoque lo doméstico en el que el espectador pueda convivir relajadamente con el arte.
Tras varias exhibiciones, tanto individuales como colectivas, atendiendo a este concepto, la sede en Palma de L21 presenta este verano, hasta el 12 de septiembre, “A Room With A View”, un nuevo capítulo de The Apartment en el que participan Mishka Henner, Gabriel Pericàs, Cristina Garrido, Marco Kane Braunschweiler y Ditte Gantriis.
En este paradójico apartamento con mobiliario pero sin ventanas, un interior sin exterior a pesar del título, se nos propone un juego doble basado en la fotografía y en sus posibles expansiones hacia el vídeo, el texto o el objeto: de un lado, se desafía nuestra percepción del entorno a través de fragmentos de realidad tan precisos que pueden resquebrajar los límites entre lo que es real y lo que no lo es, entre aquello que podemos reconocer y aquello que llama nuestra atención desde su condición voluble, inestable; de otro, se exhiben las únicas vistas posibles en un espacio sin aperturas: aquellas ideadas por los artistas.
El título de “A Room With A View” puede recordarnos el libro de E.M. Foster (1908) y la película de James Ivory (1985), pero realmente se decidió pensando en la banda musical madrileña activa entre 1990 y 2000 con el fin de hacer referencia a las posibilidades del post-hardcore como camino de entrada de lo post-fotográfico en el arte.
Según los planteamientos de David Armengol, comisario de esta muestra que se abrió en junio, al igual que aquel grupo se alejó del hardcore para introducirse en sonidos diferentes, los cinco creadores que presentan su obra en “A Room With A View” han tomado la fotografía como punto de partida para iniciar desde su lenguaje, siempre en evolución, otras conexiones discursivas.
El belga Mishka Henner ha adoptado imágenes tomadas de Internet para llevar nuestra vista hacia las áreas menos visibles y más controvertidas que, desde su punto de vista, los poderes económicos y políticos tratan de ocultarnos: en The Fields (2013- 2014) ha empleado centenares de imágenes de Google Earth para exhibir, a gran formato y con apariencia de abstracciones pictóricas, las transformaciones que han provocado en el paisaje estadounidense tanto el negocio del petróleo como el de la carne.
El mallorquín Gabriel Pericás presenta dos piezas con la silla como eje: Objeto (buena idea) (2010) y Efficiency & Abyss (2014). Se trata de ejercicios narrativos que él ha articulado a partir de intuiciones; el primero sintetiza sus intereses sobre la madera curvada derivados de los diseños de Michel Thonet en relación con la importancia del mobiliario en The Apartament; el segundo está formado por tres imágenes de sillas metálicas diseñadas para ser apiladas ocupando el mínimo espacio (la eficiencia) y, a su vez, apelando a la especulación del túnel que genera el mismo acto de apilarlas (el abismo).
El creador suizo-americano Marco Kane Braunschweiler ha elaborado trabajos gráficos que incorporan los periódicos utilizados por los floristas para envolver los ramos y filmaciones de lirios que se mueven de modo apenas perceptible en busca de luz, para enfrentarnos a la fugacidad y la fragilidad del tiempo. En los videos que integran Timelapse encontramos una auténtica vanitas de hoy.
El valor comercial, la legitimación y la especulación financiera en torno a la obra de arte son el objeto de estudio de Cristina Garrido, autora de objetos reinterpretados e imágenes intervenidas obtenidas de webs sobre arte contemporáneo. En Louis 21 la artista expone fotos de alfombras, biombos y cosas que se inclinan entre la pared y el suelo. Generan escenografías y gozan de una doble condición: imagen y objeto.
Cierra “A Room With A View” un fragmento del proyecto Body & Soul (2014) de Ditte Gantriis, dedicado a evidenciar la falsedad de las imágenes comerciales. Frente a ellas, presenta en L21 un mural monocromo azul, la imagen de un jarrón de producción manual y dos dibujos de babuinos que reivindican la artesanía como ejercicio espiritual a la vez que interactúan entre ellos y con la sala de exposiciones de manera enigmática.
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