A partir del próximo miércoles, la Fundación Barrié mostrará en las salas del CentroCentro Cibeles madrileño una selección de obras pertenecientes a los fondos de su colección de pintura contemporánea internacional, que ya han formado parte de varias muestras en las sedes gallegas de esta institución.
La exposición madrileña, que podrá visitarse hasta el 26 de abril y ha sido comisariada por el conservador de estos fondos, José Enrique Fernández Varela, tiene como objetivo difundir esta colección entre un público más amplio y contextualizar la creación pictórica de las últimas tres décadas, marcada por la hibridación y la intersección de géneros.
Entre los artistas representados encontraremos tanto figuras consolidadas como creadores jóvenes, incluyendo a artistas gallegos presentes en colecciones internacionales y otros que se han aproximado al medio pictórico desde la fotografía, la instalación o la escultura.
En CentroCentro se exhibirán 31 obras de Adrian Schiess, Ángela de la Cruz, Jean-Marc Bustamante, Carlos Irijalba, Curro González, Fabián Marcaccio, Fiona Rae, Frank Nitsche, Gil Heitor Cortesão, Gunther Forg, Helmut Dorner, Herbert Brandl, Ignasi Aballí, Imi Knoebel, Jessica Stockholder, João Penalva, Jonathan Lasker, José Pedro Croft, Katharina Grosse, Manuel Vilariño, Álvaro Negro, Otto Zitko , Paulo Climachauska, Pedro Barbeito, Perejaume, Sandra Cinto, Shinique Smith, Simeón Saiz Ruiz, Teo Soriano, Tobias Lehner y Peter Zimmerman. Abundan los grandes formatos en los que pintura y pared quedan prácticamente mimetizados.
Se podría decir que de la pintura sólo nos queda el propio término
Se trata de un conjunto representativo de las 53 obras de 46 artistas que componen la colección de la Fundación Barrié, que comenzó a gestarse en 2008 con adquisiciones en ARCO, Art Basel y Arte Lisboa, y se ha ido ampliando después en otras ferias o a través de compras directas en galerías.La institución gallega sigue contando con un presupuesto específico para compras pero en los últimos años éstas han cedido importancia, también económica, a la divulgación pedagógica de estos fondos, que no podemos ver al completo en Madrid por cuestiones de espacio.
Schiess, Verbis o Ángela de la Cruz desafían los marcos tradicionales, Álvaro Negro busca la luz y la tridimensionalidad, Herbert Brandl subvierte la función del soporte, Stockholder pone de relieve cómo la arquitectura ha dado a menudo significado a la estructura histórica de la pintura…
¿Cuál es el criterio de adquisiciones? Tratar de establecer una línea de piezas que permita dar sentido a la pregunta: ¿De qué hablamos cuando hablamos de pintura hoy? y reflexionar sobre cómo este medio ha podido construir su propia historia a partir de expresiones pictóricas que trascienden las ideas tradicionales de género o estilo; especialmente al final de la muestra encontramos instalaciones y fotografías con la pintura como sustrato que inciden en la idea de que la mencionada noción de lo híbrido, heredada seguramente del collage, es imprescindible para entender hoy tanto la pintura neobarroca y extrema de nuestro tiempo como el arte en general.
Como afirma David Barro en el catálogo, “se podría decir que de la pintura sólo nos queda el propio término, que actúa a modo de caleidoscopio de significados” y “cualquier cosa que ayude a crear una imagen puede ser una pintura, porque el tiempo de la pintura implica siempre una nueva definición”.
No es casual que el arranque cronológico de la colección Barrié se haya establecido en la década de los setenta: era entonces cuando Imi Knoebel trataba de superar los límites del cuadro y reflexionaba sobre color, estructuras arquitectónicas, nuevos soportes…Miquel Mont o José Pedro Croft ahondarían en sus logros.
Según Fernández Varela, este proyecto busca acortar distancias entre el código de estas obras pictóricas y el espectador, que puede o no contar con conocimientos previos en torno a ellas pero debe poder, en todo caso, leerlas, descifrarlas. Más que como técnica, la exposición defiende una concepción didáctica de la pintura como idea (se materialice o no en una superficie), como tradición, y quiere que nos planteemos cómo y por qué se sigue pintando a día de hoy. ¿Continúa vigente, y puede que siempre lo esté, nuestra tendencia a contemplar el mundo en términos pictóricos? ¿Se ha reencarnado la pintura en la fotografía, como en las vanitas de Manuel Vilariño, y el video?
Os aconsejamos prestar atención a las Noches lineales de Sandra Cinto, un paisaje a la vez lineal, cromáticamente sobrio y onírico; Neuseeland de Helmut Dorner, un paisaje orgánico de formas modestas y azarosas, casi líquidas y sutiles también en su color; un espectacular acrílico sobre lienzo de Katharina Grosse que por su carácter de mural y su dinamismo evoca el arte callejero y la pieza AIINAA de Knoebel, que combina estructuras cerradas y abiertas en pos de un ritmo espacial.
El acceso a la exposición, por cierto, será gratuito, y en paralelo se desarrollarán visitas didácticas para estudiantes de primaria y ESO.
Es el tercer año en que CentroCentro, que en 2014 recibió 1,3 millones de visitas, alberga muestras centradas en colecciones públicas y privadas, pero ésta es su primera colaboración (anuncian más, la próxima Iberdrola) con una Fundación.
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: