Kunstmuseum Basel aclara dudas: posee el último autorretrato de Gauguin

En la sala 30 de la primera planta de Kunstmuseum Basel nos aguarda Portrait de l’artiste par lui-même (1903) de Gauguin, composición cuya autoría ha despertado dudas desde hace prácticamente un siglo: se cuestionó en 1924, cuando la obra iba a ser subastada; en 1928, con ocasión de una exposición en Kunsthalle Basel donde se la etiquetó como autorretrato putativo; y en 1945, cuando fue legada a los fondos de su actual casa en la ciudad suiza.

En marzo de este mismo año, el coleccionista y entusiasta de Gauguin Fabrice Fourmanoir se dirigió a la dirección del centro para expresar sus sospechas sobre la autenticidad de la pieza, datada en 1903. Afirmaba que todas las pinturas de Gauguin fechadas entonces son falsificaciones, ya que el artista, en ese momento, estaba demasiado enfermo para trabajar -fallecería en Atuona, el principal pueblo de la isla de Hiva Oa, parte del archipiélago de las Marquesas, el 8 de mayo de ese mismo año-. Y conjeturaba que podría haber sido pintada a partir de una fotografía del creador de Mata Mua realizada por su amigo y enfermero Ky-Dong, cuyo nombre original era Nguyen Van Cam.

Para responder a estas hipótesis, Kunstmuseum Basel decidió someter la obra a un escrutinio exhaustivo: se ha investigado su procedencia, sus técnicas y estado (mediante microscopio, fotografía técnica con luz normal y ultravioleta, reflectografía infrarroja y radiografía) y se ha consultado a expertos internacionales.

Para identificar los aglutinantes y pigmentos presentes en la imprimación y la capa de pintura, se extrajeron y analizaron micromuestras en el laboratorio artístico-tecnológico de la Academia de las Artes de Berna, y los hallazgos se compararon con datos publicados sobre obras del último período de Gauguin. Atendiendo a unas y otras indagaciones, los materiales pictóricos del retrato coinciden esencialmente con los de otras telas que datan de alrededor de 1900 y con los que el autor francés ya había utilizado; sin embargo, los resultados revelaron, asimismo, que el rostro del modelo —en concreto, las zonas de la frente, los ojos, la nariz, la barbilla, la barba y el cuello— fue revisado posteriormente mediante un repintado, con pigmentos de composición diferente.

El análisis también detectó aditivos de blanco de titanio en las zonas tratadas; este pigmento no estuvo disponible para los artistas hasta pasado 1918, lo que proporciona una posible fecha más temprana para el retoque. La más tardía sería 1926, cuando en algunas fotografías se aprecia que el retrato ofrece ya su actual aspecto. Por tanto, el repintado se efectuaría entre esas dos fechas: en el periodo 1918-1926; pudo ser consecuencia de una venta planificada.

Ante los interrogantes suscitados por Fourmanoir y las sospechas anteriores en torno a esta composición, concluye Kunstmuseum Basel que es muy improbable que se trate de una falsificación: todo indica que Gauguin la llevó a cabo en 1903, quizá con ayuda de Nguyen Van Cam (aunque sobre este punto no hay pruebas concluyentes).

Y fue repasada en torno a la década de los veinte, pero no puede hablarse de un fraude intencional. Nos encontramos, así, ante uno de los últimos rostros -entre sólido y desencantado- que el pintor nos brindó.

Paul Gauguin. Portrait de l’artiste par lui-même, 1903. Kunstmuseum Basel
Paul Gauguin. Portrait de l’artiste par lui-même, 1903. Kunstmuseum Basel

 

Comentarios