Seis años después de su última exposición individual en Madrid (presentada en 2012 en la Galería Soledad Lorenzo), Juan Uslé regresa a la capital para exhibir en Moisés Pérez de Albéniz obras realizadas en el último año en sus localizaciones de trabajo habituales: Saro y Nueva York.
Lo que podemos ver en la sala de Doctor Fourquet hasta el próximo 20 de marzo son pinturas que remiten a sus asuntos habituales (plasman sus tiempos, sus procesos y recorridos, vivencias, lugares y modos de respirar), pero con algunas novedades, por ejemplo las escalas. La muestra lleva el título “De desvelos”, que a muchos hará recordar la serie Soñé que revelabas, cuyas obras más recientes forman parte de esta exposición, y que remite también a la tendencia del artista santanderino de alimentarse de las luces sutiles nocturnas y de lo que la noche y la luna tienen de enigmático y evocador.
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En general, buena parte de las pinturas expuestas (a las de esa serie las acompañan Alba, Desvelos, Sueños, El jardín censurado…) tienen en común el debatirse entre la claridad, la luz, y la oscuridad, en una transición que Uslé equipara a los desplazamientos humanos en esa misma dirección. Algunas surgieron de forma más instintiva, en pulsos rápidos, y otras fueron fruto de procesos más pausados y reflexivos, de miradas detenidas. Unas series le condujeron a otras porque Uslé trabaja más dejándose guiar por la pintura que imponiéndose caminos previos.
Junto a esa evocación e inspiración hallada en lo nocturno, otra nota fundamental presente en buena parte de los trabajos recientes y anteriores del artista es la presencia de ritmos y latidos, de pulsos que conectan su arte con la vida en un sentido orgánico y temporal y que convierten estas pinturas en vivencias desprendidas en los lienzos; unas vivencias que, más que emocionales, son físicas: la respiración, el pálpito.
Su obra ha sido a menudo enmarcada en la corriente de la abstracción poética, pero él prefiere referirse a ella como abstracción contaminada, entendiendo que no existe más pureza que la que pueda entenderse como contaminación completa de referencias formales y mentales. Los signos y gestos que pueblan sus obras parecen estáticos, pero son manifestaciones de lo que continuamente muta o se desvanece, como los mismos sonidos o la luz que penetra por una claraboya.
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Estos trabajos recientes son, además, testimonios de la simplificación formal hacia la que ha evolucionado la pintura de Uslé, allanando su camino hacia una cada vez mayor profundidad, a la conjunción de lo hermético y lo reconocible, propiciando la interrogación constante del medio pictórico en sí.
Luis Francisco Pérez, en el texto que acompaña esta exhibición, encuentra en estas obras una dimensión alegórica y un sutil interés por narrativizar, casi invisible debido a la depurada estilización con que es presentado, sin recurrir a escrituras ni a títulos que evidencien pensamientos concretos.
Os recordamos que una de las obras de la serie Soñé que revelabas, realizada de noche, con su estudio cerrado y al ritmo de su frecuencia cardiaca, forma también parte de la colectiva comisariada por Ángel Calvo Ulloa “Bajo el brazo: entre la palma de la mano y la axila”, abierta hasta mayo en CaixaForum Barcelona.
Juan Uslé. “De desvelos”
GALERÍA MOISÉS PÉREZ DE ALBÉNIZ
c/ Doctor Fourquet, 20
Madrid
Del 20 de enero al 10 de marzo de 2018
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