La crítica a las convenciones sociales y políticas y el cuestionamiento de los modos de representar contemporáneos son la base de la producción de Jenny Holzer, que se abrió paso en la escena artística estadounidense a finales de los setenta y principios de los ochenta. En esa misma línea trabajaban entonces, y aún lo hacen, Barbara Kruger o Cindy Sherman, que como ella se sirvieron de procedimientos tomados del cine, la moda o la publicidad, pero Jolzer se diferenció de ellas por su técnica, que es su sello. Instala neones en lugares emblemáticos con mensajes muy diversos, entre los que sobresalen los de naturaleza íntima, por su contraposición al entorno público y concurrido donde los exhibe. Como apelan a nuestras vidas y creencias cotidianas, asaltan al urbanita en su contexto natural: la calle.
Sin embargo, el intimismo del que hablábamos no invalida su acidez ni su vertiente claramente crítica en relación, a menudo, con las identidades individuales en tiempos de globalización, la discriminación sexual o el poder, la autoridad y la violencia. Aproximadamente desde 2010 su eje es el conflicto moderno.
El proyecto más reciente de Holzer lo alberga, desde el pasado 28 de septiembre, el Palacio de Blenheim, en Woodstock, a cargo de la Blenheim Foundation. La artista dice que la primera vez que visitó este lugar quedó fascinada por su historia militar; hay que recordar que aquí nació Winston Churchill y que este edificio fue construido para premiar a su antepasado John Churchill, primer Duque de Marlborough, por sus triunfos militares en la batalla de Blenheim, en 1704.
Así que la creadora de Ohio ha decidido convertir esa tradición de Blenheim en la primera piedra del proyecto que ahora presenta allí, On War, dedicado a revisar el asunto universal y eterno del conflicto, el enfrentamiento entre iguales y entre distintos. Utilizando tecnología y piedras –apelando quizá a lo que las guerras de hoy tienen de arcaico y de avanzado–, proyecciones de luz, una aplicación móvil de realidad virtual desarrollada por Holition y sus famosas instalaciones de luz LED, Holzer ha decidido describir cómo es la vida durante la guerra en los estados modernos, desde el punto de vista de los soldados y también desde el enfoque de los civiles.
Los textos de sus neones esta vez proceden de testimonios recolectados por The Not Forgotten Association, una entidad solidaria británica que apoya a veteranos de guerra o víctimas de ellas que sufrieron lesiones físicas o psíquicas. Se les ofrece ocio, entretenimiento, y la posibilidad de formar parte de comunidades donde conectar con personas que han atravesado experiencias parecidas. Más de cincuenta miembros de esa asociación han colaborado con Holzer compartiendo sus experiencias para esta exposición y reflexionando sobre los efectos de su paso por el conflicto en sí mismos y en sus familias. También han participado en On War Save the Children y Human Rights Watch.
Las doce noches que están transcurriendo entre el 28 de septiembre y el 10 de octubre, quienes se acercan a este palacio ven proyectados en su fachada mensajes de los testimonios de víctimas y participantes en diversas guerras, también la reciente de Siria.
Pero en el interior se presenta además, y ya hasta final de año, alguno de sus proyectos: pinturas relacionadas con documentos del gobierno estadounidense en relación con Afganistán e Irak que hace dos años años se exhibieron en Venecia. Asimismo, en diálogo con la arquitectura circundante, Holzer ha diseñado una nueva serie de bancos de piedra caliza y mármol grabados con poesías de la poetisa polaca Anna Świrszczyńska, cuyas obras exploran sus experiencias durante la Segunda Guerra Mundial, el cuerpo femenino y la maternidad. En los jardines del palacio, Holzer ha intervenido añadiendo una serie de obras tituladas Black Pots.
Antes pasaron por aquí Ai Weiwei, Pistoletto o Lawrence Weiner, porque este palacio barroco, como Versalles, acoge en los últimos años intervenciones específicas de artistas contemporáneos.
Jenny Holzer. “Softer”
Oxfordshire OX20 1PP
Woodstock
Del 28 de septiembre al 31 de diciembre de 2017
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