Hanne Darboven, el tiempo y las cosas

El Museo Reina Sofía recrea la casa-estudio de la artista alemana

El tiempo y las cosas. La casa-estudio de Hanne Darboven

MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA. MNCARS

C/ Santa Isabel, 52

Madrid

Artista: Darboven, Hanne
Madrid,

En relación con líneas de fuerza que aparecen y desaparecen en la programación del Museo Reina Sofía, como la voluntad de los artistas de elaborar cartografías y mapas creativos (Atlas) de articular cosmos del universo que vayan más allá de la noción de autoría (Trockel), la presentación del estudio del creador como dispositivo (Valdelomar) o el análisis de la vida y la obra como construcción personal (Formas biográficas), el centro madrileño abre hoy la primera muestra en nuestro país de Hanne Darboven, artista alemana fundamental en la segunda mitad del siglo pasado.

La muestra podía haberse planteado desde los postulados de una propuesta minimal, conceptual, sin elementos gestuales y basada en la repetición, en línea con la producción de Sol LeWitt o Lawrence Weiner, pero en sus papeles perforados y maquetas encontramos algo más: sus retículas tienen que ver con lo real, con la expresión de deseos.

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La presentación de este proyecto en Madrid surgió tras la apertura en Hamburgo de “Formas biográficas”: responsables del Reina Sofía visitaron el hogar-taller de la artista en la ciudad, una sucesión de casas, almacenes y estudios que tienen algo de gabinete de las maravillas pero que también surgen del afán clasificatorio de Darboven y su pasión por entender el mundo; contienen elementos de posesión y de distanciamiento de su entorno, manejando dialécticas entre lo propio y lo ajeno, la artista y el contexto social, la idea de nosotros y la otredad.

Los trabajos de la creadora que podemos ver en el MNCARS, a diferencia de otras ocasiones, no se nos presentan descontextualizados, sino que remiten al contexto originario de sus estudios, en los que Hanne dejó patente la importancia que concedió al valor de formas y objetos. Muchos de los que se exhiben en Madrid serán inéditos, como los que ofreció a la Hamburger Kunsthalle o las series Kosmos y Kästchenmodelle, y destacan por su minuciosidad.

Darboven trabajó en series y atendiendo a patrones numéricos que utilizó como herramientas para tratar de plasmar la construcción del tiempo en una empresa que podríamos calificar como pitagórica: la aritmética como medio de ordenación del mundo no fue para la alemana una operación funcional sino un mecanismo de expresión de la naturaleza, del mismo modo que la linealidad y la música, que se nos hacen muy presentes en la muestra del Reina Sofía, fueron su medio para transmitirnos el tiempo del hacer, la duración y evolución de sus procesos artísticos.

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Sus imágenes, caligrafías, números y objetos parecen provenir de atlas de referencias muy personales y los innumerables objetos que atesoró en su casa-estudio nos hablan de su ámbito cotidiano y de la muy contemporánea idea del artista como coleccionista de ideas. Buena parte de ellos se exhiben tal cual en el museo, no en meras imágenes testimoniales tan comunes en otras muestras.

Hay que subrayar que la casa de Darboven, ubicada en un edificio del s XVII reconstruido por la propia artista, fue creciendo a medida que lo hacía su producción y sus colecciones de juguetes, instrumentos musicales, libros o vajillas. Así, se iban sumando a su hogar estancias que se asemejan a archipiélagos o islas. En vida, ella nunca dejó de trabajar: pensaba que su labor era tan seria como la de quien construye una calle y siguió una rigurosa disciplina. Sus cartografías de objetos se acumulan y organizan en mesas de trabajo semejantes a las que utilizan las secretarias, mesas que constituyen también el eje organizativo de esta exposición.

 

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