Granada celebra el centenario del nacimiento de José Guerrero

Hace cien años nació en Granada José Guerrero y hace 65 el pintor se trasladó a Estados Unidos tras alcanzar un incipiente pero sólido reconocimiento como artista durante sus estancias becadas en Madrid, Roma y París. En Nueva York, capital mundial del arte en aquellos años, permaneció entre finales de 1949 y 1965, conociendo a fondo la consolidación del expresionismo abstracto como estilo por excelencia de la modernidad americana y sumergiéndose en este movimiento que nació sin ídolos, rechazando referentes y proponiendo novedosas concepciones del lienzo como lugar y del proceso pictórico como ritual.

A ese periodo americano de Guerrero, quizá la etapa más representativa de su carrera, el Centro granadino que lleva el nombre del artista y el Palacio de Carlos V en la Alhambra le dedican hasta enero una muestra conjunta cuyo itinerario comienza, en esta última sede, con sus primeras incursiones en la abstracción en sus grabados y sus “frescos portátiles”: paneles en los que incorporaba uralita, bloques de cemento y ladrillos refractarios con el fin de estudiar las posibilidades de intersección de pintura y arquitectura. Los preceden piezas de finales de los cuarenta, esas representaciones de mujeres de luto, de celosías y cruces de los camposantos de los que a Guerrero le costó desprenderse.

Ya en el Centro Guerrero asistiremos a la plena integración del granadino en el Expresionismo americano, fascinado por sus manchas y colores puros, y a su posterior reencuentro con la cultura española a mediados de los sesenta. El entonces director del Solomon R. Guggenheim Museum le compró algunos trabajos y le procuró su participación en diversas muestras, y Betty Parsons, galerista que también representó a Pollock, Rothko o Clifford Still, incluyó sus obras en las paredes de su conocida galería.

En aquellos años llevó a cabo desde lienzos de gran formato y potente colorido, como los que componen su serie Black Cries, hasta pinturas de formas dramáticas donde las tonalidades negras ocupan un expresivo protagonismo. Algunas de las obras que ahora podemos ver en Granada son inéditas en nuestro país y pertenecen a colecciones públicas y privadas estadounidenses. Se acompañan de catálogos, fotografías, documentos y escritos del pintor.

La exhibición ha sido comisariada por Yolanda Romero y Francisco Baena, directora y coordinador de exposiciones del Centro Guerrero, y viajará en 2015 a la Casa de las Alhajas de Madrid y la Fundación Suñol de Barcelona. Acción Cultural Española ha participado en su organización.