PHotoEspaña se lo debía, y nos lo debía. Aunque en 2001 sí pudimos ver una selección de sus imágenes en la galería Oliva Arauna, dentro de la Sección OFF, y otra pequeña muestra el año pasado en el Instituto de Cultura Italiano, en estos 20 años de festival Gabriele Basilico no había podido tener una gran exposición dentro del programa oficial de PHE en la que se recorriera buena parte de su producción. Esta no es, sin embargo, una retrospectiva al uso, ni siquiera se ha planteado como un discurso temporal. Tanto el comisario, Ramón Esparza, como Giovanna Calvenzi, del Studio Gabriele Basilico, que ha colaborado en la selección de las obras, tenían claro que había que ofrecer una visión diferente del trabajo del fotógrafo, cambiar el punto de vista desde el que se aborda normalmente su fotografía. Gabriele Basilico (Milán, 1944-2013) desarrolló su trabajo en un momento crítico para la renovación del género del paisaje, cuando a partir de los años sesenta se fue produciendo un distanciamiento de la imagen de la naturaleza intacta, heredera del románticismo, para dar paso a un interés creciente por las relaciones entre el paisaje urbano y el hombre, originando, asimismo, una nueva generación de fotógrafos, entre los que se encontraría Basilico.
En la exposición, que lleva por título “Gabriele Basilico. Entropía y espacio urbano” se explora la evolución estilística y conceptual del fotógrafo a lo largo de su carrera, desde esa mirada romántica de los inicios a la que busca encontrar un orden visual en el aparente caos de las metrópolis modernas. Las 185 fotografías que componen la muestra se han dividido en cinco secciones, partiendo de la serie Milano, ritratti di fabbriche, para la cual fotografió todos los edificios industriales de la ciudad, hasta concluir con las imágenes de algunas metrópolis contemporáneas, como la espectacular visión de Río de Janeiro o la de Shanghái, estas ya en color, en las que las vistas se alejan. Entre medias, varios encargos por toda Europa, incluido España, un país al que se sentía muy vinculado y donde desarrolló proyectos en Madrid, Bilbao, Barcelona, Lérida, Santiago y Valencia. Siempre eran ciudades que pasaban por procesos severos de transformación y en los que la idea de ruina y pérdida se hace patente. En este sentido, uno de los proyectos que más marcó su mirada fue el de Beirut, donde fue invitado para documentar el centro de la ciudad tras veinte años de guerra. Lo acompañaban entonces otros grandes fotógrafos como Robert Frank, Josef Koudelka, Raymond Depardon, René Burri y Fouad Elkoury.
En 1997, en cambio, llegó un primer momento de inflexión con el encargo para la Bienal de Arquitectura de Venecia. Era un proyecto junto al arquitecto Stefano Boeri, quien le planteó una aproximación al territorio distinta a la que hasta el momento había tenido Basilico, pues la propuesta era más topográfica que emocional. Se trataba de fotografiar “no lugares”, espacios sin memoria ni identidad. Desde ese momento Basilico rompe con el peso heredado de la tradición y sustituye la mirada del viajero romántico por la mirada del viajero moderno, más centrado en la aceptación de los espacios urbanos y periurbanos, evolucionando poco a poco hacia la figura de la metrópoli y de la ciudad interrumpida. La función del fotógrafo ya no es documentar lo que desaparece sino la transformación de la ciudad.
El empleo del término entropía en el título de la muestra tiene mucho que ver con ese cambio en la forma de ver y entender la urbe. En Física, la entropía es una magnitud que indica el grado de desequilibrio de un sistema. Se basa en la segunda ley de la termodinámica y se refiere a aquella energía existente en un sistema que no puede ser utilizada en un proceso termodinámico. Hace mención a un desorden existente dentro de un sistema y supone, además, que de ese desorden puede surgir un nuevo sistema de equilibrio u homogeneidad. La idea de entropía ha llamado la atención de muchos teóricos del arte, de Rudolf Arnheim a Robert Smithson, ya que habla de una cierta tendencia al equilibrio a partir del caos. La intención de esta muestra es aplicar este concepto al estudio de la obra de Basilico y su evolución, desde esos primeros estudios formales de las fachadas de fábricas milanesas -la ruina- a la aceptación de la complejidad de los sistemas urbanos de las metrópolis modernas -la ciudad como constante transformación.
Una pequeña selección de sus obras editoriales y cuatro vídeos sobre distintos aspectos de su trabajo, entre los que se incluye una entrevista realizada por el cineasta israelí Amos Gitai, completan la muestra, que permanecerá abierta en el Museo ICO hasta el 10 de septiembre.
“Gabriele Basilico. Entropía y espacio urbano”
C/Zorrilla, 3. Madrid
Del 30 de mayo al 10 de septiembre de 2017
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