Al otro lado del muro, la tranquilidad esquiva

30/08/2015

Al otro lado del muro. Christian SchwochowAl otro lado del muro es la última película de Christian Schwochow, un director nacido en la RDA en 1978 al que en España apenas conocemos pero que en su país sí ha cosechado éxitos con Novemberkind, Die Unsichtbare y Der Turn. En su última obra ha querido poner el foco en un aspecto poco abordado en el cine dedicado a la Alemania dividida y a quienes escapaban de la RDA donde él nació: la situación que encontraban quienes, una vez superada, con muchas dificultades, la barrera de franquear la frontera, no lo tenían fácil a la hora de encontrar su lugar en la República Federal.

Basada en la novela Zona de tránsito de Julia Franck, la película narra la huída de Nelly Senff (Jördis Triebel) y su hijo Alexej (Tristan Göbel) al otro lado del muro, marido fingido y trato humillante mediante. Su llegada llena de esperanza a la RFA les promete sonrisas, pero ese anhelado cambio de vida se hace esperar: pese a que es aquí, en la Alemania dominada por los aliados, donde transcurre el filme al completo salvo una breve introducción, la tensión va in crescendo. Madre e hijo conocen en un centro de acogida a quienes no han salido de allí en dos años y a figuras bondadosas que son objeto de la ira ajena por su pasado. Los tentáculos de la RDA llegan a la otra Alemania y, tras desagradables interrogatorios, Nelly descubre que quizá está siendo observada porque el padre de su hijo, a quien creía muerto en un accidente en Rusia, podría seguir vivo y haber trabajado para el gobierno comunista de la Alemania oriental, reclutando científicos, hasta escapar de esa labor y vivir en el anonimato. Ahora lo buscan y creen que ella querría reunirse con él.

El recelo, la desconfianza y las sospechas minan la relación de Nelly con su propio hijo y con sus compañeros del centro de internamiento (cuya personalidad se nos presenta ambigua hasta la seria duda, como la de la propia protagonista) y el control férreo al que la someten los servicios secretos de la RFA acentúan su desesperanza y su sensación de que, quizá, el paraíso occidental no era tal, o no era tan fácil, no consistía solo en cruzar la frontera y requería sufrir bastante más.

El final es claramente esperanzador, pero la ausencia de ideologías en el personaje de Nelly y la atmósfera realista de la película no dejan de suponer una crítica dura al trato dado a quienes se convierten en sospechosos por el hecho de atravesar una frontera, en cualquier país.

La labor de los actores, empezando por Jördis Triebel, es espléndida, sobre todo en esos momentos de tensión en los que solo comunican los rostros, y el guión, que nos va desvelando fragmentos del pasado de Nelly a cuentagotas, muy cuidado.

 

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