El rebobinador

Zonas de confort. Seis hôtels de París

Ya sabéis que, en el siglo XVII, el ideal urbanístico francés fue el conjunto formado por el palacio, la ciudad y el jardín de Versalles, que integraban un enorme complejo y un prototipo a imitar. En el periodo rococó (1700-1750), decreció la actividad constructiva allí para centrarse en la renovación de París, sobre todo tras la muerte de Luis XIV.

Las zonas a las que se prestó mayor atención fueron Saint Germain y el sur del Sena, donde se construyeron grandes hôtels en un eje que nacía en el Louvre, discurría por los Campos Eliseos y se dirigía… en principio al infinito, atendiendo a la expansión propia del urbanismo barroco. Los hôtels, ya sabéis, no son hoteles sino palacios. En época de la monarquía absoluta, eran los edificios civiles más representativos de la propia monarquía o de la nobleza vinculada a ella, construcciones espaciosas que dominaban el conjunto de la ciudad. Progresivamente ese carácter representativo fue dando paso a una búsqueda mayor de la comodidad y esos cambios se manifestaron primero en Francia y en París, sede de la corte y lugar de residencia de ricos comerciantes.

Los hôtels de este segundo momento se establecieron sobre todo al norte de las Tullerías y en el Faubourg o barrio de Saint Germain, a un lado y otro del Louvre, siguiendo la tradición de los hôtels del siglo XVII. Su prototipo presenta planta en U, frente a los palacios españoles o italianos con planta cuadrada y patio central; esa es la planta ideal, pero en la práctica resultaba determinante el solar del que se disponía, que no solía ser regular.

Si, en los hôtels del siglo XVII, predomina el appartement en enfilade (habitaciones situadas una a continuación de la otra, de modo que desde un extremo del edificio se vea el otro), en el XVIII se desarrolla el appartement doublé, con dos filas de habitaciones a las que se accede por un recorrido perimetral que hacía innecesario pasar por cada una de ellas y posibilitaba una mayor intimidad. Progresa también la diferenciación de estancias en función de su uso: salones de recepción, dormitorios, comedores, gabinetes (despachos), guardarropa, galerías de pintura…

El concepto de fachada también se modificó gradualmente en el siglo XVIII, pudiendo llegar a desaparecer los órdenes arquitectónicos y las pilastras y convirtiéndose las paredes en membranas o elementos de cierre y no de sostén. Crecen en tamaño las ventanas, que llegaron casi de suelo a techo proporcionando una mayor iluminación y haciendo más acogedores los interiores.

Alzado del Hôtel Crozat, 1700-1702
Alzado del Hôtel Crozat, 1700-1702

HÔTELS CROZAT Y DE EVREUX

Se encuentran en la Place Vendôme. Crozat era un financiero que compró los solares de esta plaza, cuya estructura fue ordenada por el rey Luis XIV, quien los vendió a la nobleza o a financieros como él a condición de que respetaran algunas pautas en las fachadas. Pensó levantar dos palacios: uno para él y otro para su cuñado, el conde de Evreux, contiguos y separados por una medianería.

El Hôtel Crozat (1700-1702) cuenta con una fachada muy estrecha: su arquitecto, Bullet, planteó un esquema en el que el cuerpo principal no queda al fondo del patio sino delante, dando a la plaza, y en la parte alta se sigue el modelo del appartement doublé, buscando la comodidad. En la parte baja encontramos escaleras monumentales distintas entre sí que causan una pérdida de espacio importante, pero conforman la subida principal al edificio; el objetivo era la comodidad.

El patio tiene función de servicio: a sus lados quedan el retablo y las cocheras y, sobre ellos, habitaciones. Ese patio se comunica directamente con el jardín mediante una pared curva que, visualmente, orienta la entrada al mismo. En la parte alta, en ese lugar, se dispuso una terraza y en el interior desaparecen las líneas rectas, sustituidas por curvas.

El gabinete comunica con el vestíbulo y un dormitorio y tiene vistas a la plaza y, en el salón, la presencia de un lecho era signo de afecto hacia las visitas.

El antecedente directo del Hötel Crozat es el Château du Val de Mansart, propiedad de la Marquesa de Montespin. Data de 1674 y es un edificio sencillo, surgido de la reforma de un palacete de caza, con planta rectangular y un gran salón en el centro.

En el Hôtel d’Evreux, por su parte, la fachada es muy pequeña, con solo cuatro crujías. No era posible seguir el esquema tradicional a partir de la fachada y a partir de ahí se desarrolla el genio del arquitecto (de nuevo Bullet): se accede a través de un vestíbulo circular y la salida no se sitúa en el eje del patio sino en un lateral, dándole una visión longitudinal. Enfrentada a esa entrada queda otra que da al patio de servicio, con caballerizas y establos; la fachada principal se sitúa al fondo del patio y consta de galería y apartamento doble.

El patio presenta una galería en la parte baja con puertas de medio punto y pilares con columnas adosadas que sostienen un entablamento. En la parte alta, encontramos grandes ventanas que rompen, en parte, la imagen del edificio, rasgando el muro.

Hôtel Soubise, 1700-1712
Hôtel Soubise, 1700-1712

HÔTEL SOUBISE

Se encuentra en el Marais, la que fue zona adinerada del París del siglo XVII, y en su momento estuvo unido con el Hôtel Rohan por el jardín.

Su historia es larga: el condestable Olivier V de Clisson mandó construir aquí un palacio del que se conserva la primitiva fachada medieval. En 1553 pasó a ser propiedad de la familia Guise y fue ampliado, y en 1700 lo adquirió Madame Soubise, esposa de François Rohan, príncipe de Soubise. Se encargó su reforma (1700-1712) a Delamaire, arquitecto entonces casi desconocido, pero la elección fue plenamente acertada: tuvo que adaptarse al gusto del momento y a las zonas medieval y renacentista preexistentes en la construcción, y lo logró.

La fachada quedó a espaldas del edificio anterior, abierta a un antiguo picadero donde Delamaire construyó un patio con un extremo redondeado. En una calle más bien estrecha, su fachada se dispone de forma cóncava, invitando al paseante a entrar en el edificio y abriendo este a la calle. Pares de columnas muy grandes aportan magnificencia y el patio interior tiene forma curva, rompiendo con los ángulos rectos que caracterizaban la arquitectura hasta el momento.

En el muro, las pilastras hacen juego con las columnas delanteras y ventanas amplias rasgan su superficie. La fachada exterior sirve como pantalla del edificio antiguo, ocultando lo que está detrás.

En el frontispicio, los intercolumnios son algo más esbeltos, contribuyendo a dar esbeltez y verticalidad al conjunto y atrayendo la atención al centro de la fachada. Si, en su parte inferior, arcos carpaneles acogen ventanas con arcos escarzanos, en la superior los muros son lisos. Las esculturas, que aluden a las estaciones y quedan aisladas del edificio (lo que suponía ya un cambio estético y de gusto) son obra de Robert Lorraine, y el alto tejado, muy empinado, es visible desde el patio aunque delante tenga una balaustrada.

Salvo las estatuas, nada rompe la sobriedad de la fachada, sin elementos decorativos. Estos se desbordan en el interior: en el salón oval que proyectó Bofrand, quien sustituyó a Delamaire en las obras desde 1712, prima la exuberancia del rococó francés.

Este salón se construyó en 1735 y su disposición oval refleja la tendencia del momento a las líneas curvas, que hacen perder espacio en el interior de los edificios. La mitad se orienta al interior y la otra al exterior, con grandes ventanas; pero la mitad interior, gracias a los espejos, parece abrirse hacia la calle también.

Se buscó que el espacio contara con sentido unitario y que no pareciese cerrado, por eso no hay exceso de puertas y, a veces, se ocultan. Vemos paneles remarcados con decoración, pero limpios de ella en el centro.

La pintura aparece en determinados puntos como cortinaje elegante que cubre el arranque de la bóveda. Priman curvas y contracurvas en la decoración de los marcos (hay que recordar que, en Francia, los elementos decorativos aparecen contenidos en los marcos arquitectónicos en que se encuadran con un espíritu más comedido que en Alemania).

El techo es una superficie curvada con decoración de rocalla incorporada también a sus nervios, pues todo está regulado con espíritu cartesiano. Por su color azulado, parece un espacio abierto, a modo de falsa cúpula o estructura ligera muy abierta. Los motivos pictóricos son los propios de la pintura galante: dioses menores, su vida amorosa…

Salón oval del Hôtel Soubise, 1735
Salón oval del Hôtel Soubise, 1735
Hôtel Rohan, 1705-1708
Hôtel Rohan, 1705-1708

HÔTEL ROHAN

Es obra también de Delamaire. Abre el edificio una entrada cóncava, que lo integra en el conjunto urbano, y su patio principal (que se acompañó de otro secundario, aprovechando la forma del solar) es más pequeño que el de Soubise, pero comparte su concavidad.

En las fachadas de los laterales de ese patio desaparecen los órdenes arquitectónicos y grandes vanos rasgan completamente la pared hasta el punto de parecer puertas-ventanas. Se buscó la uniformidad para dos vanos independientes: la puerta inferior y la ventana superior.

Encima queda una balaustrada y el tejado en mansarda: doble inclinación instituida por Mansart. La fachada del patio es casi desproporcionadamente vertical, parece comprimida entre los muros laterales. No existen órdenes arquitectónicos, pero nos da la sensación de que existen elementos sustentantes, por los almohadillados ocasionales que dan sensación de soporte vertical. Los intervanos son muy estrechos.

En su distribución interna, se da enorme importancia a la escalera. Hay una de servicio (alargada y de caracol, a la izquierda) y otra de carácter representativo ante el visitante (grande, monumental y con varios tramos).

HÔTEL MATIGNON

Se encuentra muy próximo al Musée Rodin, en Saint Germain, y se comenzó a construir en 1721 por encargo del mariscal Montmorency Luxembourg. Dos años después, se vendió a Jacques de Matignon y entre 1808 y 1811 residieron allí Talleyrand y Madame Adelaide d’Orleans. En 1835 se convirtió en sede de la Presidencia del Consejo y en 1958 en residencia del primer Ministro y sede de la Presidencia gala.

Su fachada exterior es grandiosa, con grandes columnas, y en las puertas se jugó con las formas constructivas, buscando el efecto sorpresa. Las fachadas del patio y del jardín son casi iguales, aunque la del patio presenta sus alas más pronunciadas. Courtonne, su arquitecto, jugó con la idea de distorsión del eje entre ambas.

Su escalera es más sencilla que la de otros hôtels parisinos, pero aún así muy grande, y había otras dos secundarias. La fachada del patio, por su parte, tiene las alas muy marcadas, se dispone en dos cuerpos y su parte central sobresale, presentando almohadillado. Las ventanas contienen arcos escarzanos con vanos de medio punto (nueva sorpresa) y ese cuerpo central se realza con elementos decorativos, como guirnaldas y putti. Los tejados, bajos, son casi invisibles al exterior.

El Hôtel Matignon presenta muchas semejanzas con el Château du Raincy de Le Vau y con el de Vaux-le-Vicomte, con un salón ovoidal que sobresale a los jardines.

Hôtel Matignon, 1721
Hôtel Matignon, 1721

HÔTEL AMELOT

De nuevo en la zona del Marais y próximo a los hôtels de Soubise y Rohan, el Amelot, obra de Boffrand, está, en su planta baja, casi abierto a la calle. Consta de patio, cuerpo principal y jardín, pero su patio no es cuadrangular ni rectangular, sino ovoidal, y sus estancias presentan plantas extrañas: pentagonales, trapezoidales… Eso sí, de forma muy regular se separan la zona de vivienda y la de servicios, en simetría perfecta.

El vestíbulo es precisamente trapezoidal, lo que crea un efecto visual sorprendente. A un lado queda una escalera y al otro una antecámara que da paso a las demás habitaciones, a las que se puede acceder individualmente; las más reservadas son los dormitorios, buscando comodidad. Por la misma razón, el comedor, de planta curva, está próximo a la cocina.

El bloque principal de la fachada que da al patio se enmarca con magnificencia, con un orden gigante de pilastras. Decoran la parte baja arcos de medio punto y la fachada al jardín es semejante a la principal, pero sin órdenes.

Alzado del Hôtel Amelot, 1710-1713
Alzado del Hôtel Amelot, 1710-1713

 

Comentarios