Usoa Fullaondo Zabala

NOMBRE: Usoa

APELLIDOS: Fullaondo Zabala

LUGAR DE NACIMIENTO: Getxo, Vizcaya

FECHA DE NACIMIENTO: 1979

PROFESIÓN: Artista

El nombre de Usoa Fullaondo, nuestra última fichada, os resultará familiar a los asiduos de las programaciones expositivas de la Galería valenciana Luis Adelantado y la Sala de Arte Joven de Madrid, donde ha mostrado su obra en los últimos años (también lo ha hecho en salas internacionales como el Space4Art de San Diego), o de espacios bilbaínos como la Sala Rekalde o la Fundación BilbaoArte, donde ha participado igualmente en colectivas en varias ocasiones. También a los alumnos del Grado de Arte y el Máster de Investigación y Creación en Arte de la Universidad del País Vasco, porque Usoa compagina su actividad artística con la docencia e imparte allí clases como profesora adjunta en el Departamento de Pintura de ese centro, en el que ella se doctoró.

Desde 2007 forma parte del grupo de investigación Enbidia inscrito en la Facultad de Bellas Artes de esa Universidad y ha recibido becas como las de la Fundación Bilbaoarte, la Diputación Foral de Vizcaya, el Instituto Etxepare o el Gobierno Vasco. Además ha sido premiada en certámenes como el organizado por Injuve (2009) y ha realizado estancias en Oslo y en el Banff Centre de Canadá.

Usoa ha explorado el rol que puede desempeñar en los procesos creativos el azar, generador de tensión y de incógnitas, entendiéndolo como complemento necesario del conocimiento que podemos relacionar con el juego, cuyo vínculo con el arte considera, más que estrecho, esencial: Como en el juego, cuando se conoce el resultado, el proceso creativo también deja de interesar, de divertir. La tensión debe prolongarse hasta el final. Y esto se aplica de igual modo a la vida: la felicidad es aquello que no es seguro, que no llega a cumplirse. La felicidad en la vida es el azar en el arte. Y precisamente es este azar el que nos hace humanos. Por eso en Tablero, propuesta que desarrolló en la Sala de Arte Joven junto a Jon Ander García en 2014, dentro de “Retroalimentación”, nos presentaba un proyecto expositivo cambiante a lo largo de los comienzos de la exposición: durante siete días, los dos trabajaron en la propia sala junto al comisario-artista Eduardo Hurtado.

También se ha fijado Usoa en los teatros de papel que entretuvieron a nuestros abuelos, convirtiéndolos en obras de arte, previo proceso conceptual, en muestras como “Maneras Verticales”, en Espacio Abisal (2010) o en su participación en el programa NEXT, organizado por el Centro Cultural Montehermoso y la Universidad del País Vasco (2009) y en las exposiciones itinerantes Ertibil.

A través de recortables que ella misma elaboró e inspirándose en el libro Toy Theatres on the world de Peter Baldwin, la artista diseñó teatrillos de cartón, con fondos, telones y muebles que pueden intercambiarse. En países como Francia, Inglaterra o Alemania estos teatros son objeto de recuperación, hasta el punto de crearse festivales específicos. Los presentó ya montados sobre caballetes (incluyen instrucciones de montaje y utilización), recubriendo la sala expositiva de papel pintado que remite a la época de fines del XIX y principios del XX, cuando estos juguetes vivieron su etapa de esplendor.

¿Y quiénes son los actores? No son figuras humanas, ni animales, ni personajes de cuento, sino pinceladas, que no son aquí vías para la representación sino protagonistas absolutas de su historia.

Este mes de febrero, Usoa publica Un Atletismo Afectivo, libro que recogerá imágenes de los trabajos que ha realizado desde 2012 hasta este año. Su título procede de Artaud, que definía al actor como “atleta del corazón”, en referencia a las localizaciones físicas de los sentimientos. En palabras de la artista, mi forma de trabajar en estos años parte de trasladar ciertas ubicaciones corporales, movimientos, tensiones y gestos propios del corredor, en este caso, al hacer del artista y a su cotidianeidad desde la experiencia y práctica propias.

Sin determinar previamente los resultados de sus procesos de trabajo, ha creado en estos cuatro años cuadros, objetos, instalaciones y dibujos basados en objetos que ella asocia a afecciones y que remiten a acciones banales: Fragmentos de materiales encontrados y  regalados y de experiencias y espacios vividos de manera repetida que se singularizan en el contexto del taller, y en acciones comunes como desayunar y ensimismarse, correr tres o cuatro veces por semana y sudar. Ir corriendo o estar trabajando en la mesa del estudio o en el espacio del taller y que algo pase entre nosotros y una etiqueta publicitaria de almohadas, una bolsa rota, un trozo de madera, un papel arrugado, un fragmento de gomaespuma, un viejo regalo o un tablero de juego que alguien ha tirado al suelo. Existencias vulnerables que afectan y que posibilitan seguir haciendo, que dan pie a nueva acción. Tensiones cotidianas que producen una suspensión vital en la que se configuran constelaciones entre las cosas extrañadas y ciertas significaciones profundas.

Como habréis adivinado, lo físico, las sensaciones corporales, la percepción de los objetos cuerpo a cuerpo y los gestos aparentemente nimios tienen mucho peso en la producción de Usoa: Tiene que ver con la pasión que define Eugenio Trías; una ternura común por las cosas, ternura por lo que está en la superficie y en la apariencia y que supone una dilación en el tiempo que conecta al sujeto y al objeto. Este movimiento conectivo permite que la cosa se ilumine ante el sujeto dando lugar a lo que denomina suceso singular, entendido éste como lo que ocurre de forma inesperada, obligando a corregir itinerarios y a mostrar flexibilidad y predisposición al cambio durante el proceso de trabajo. Trías afirma que la pasión es una invitación al arte.

La segunda parte de Un Atletismo Afectivo es Ruler Manifest; se trata de un texto breve y sin pretensiones de formalidad en el que Usoa desvelará cómo ha utilizado el texto, los juegos de palabras, en su obra reciente: De alguna manera busco que las palabras generen imágenes, afectos, sensaciones. Que dejen de significar literalmente lo que afirman, a través de la saturación visual, las palabras-signo que se repiten y sistematizan. El hecho de ver escritas una y otra vez estas conjunciones, como un conjuro, un mensaje divino que se recita. Hasta que al final suena extraño.

Os invitamos a conocer mejor la producción de Usoa en su web usoafullaondo.com