NOMBRE: Simon
APELLIDOS: Zabell
LUGAR DE NACIMIENTO: Málaga
FECHA DE NACIMIENTO: 1970
PROFESIÓN: Artista
Seguramente muchos de vosotros habéis podido aproximaros en más de una ocasión al trabajo de Simon Zabell en numerosas muestras en galerías y centros de arte españoles e internacionales o en ferias como ARCOmadrid, ARCO, VOLTA o SCOPE Londres. Precisamente en la última edición de la feria madrileña presentó su proyecto más reciente, Our Men in Tahiti, del que más tarde hablaremos, y el año pasado por estas fechas concluía en el Museo ABC una muestra en el recuerdo de muchos que formaba parte del programa Conexiones: “Dibujo y traducción”. A partir de un óleo de Pérez Villalta y una serie de dibujos preparatorios para portadas de Blanco y Negro, Zabell llevó a cabo una serie de piezas que enlazaban dibujo, pintura y luz.
Nos cuenta que se inició como artista siendo muy joven tras comprobar que trabajar en la música o la literatura le resultaba más complicado, aunque no por ello dejó estas disciplinas a un lado: Después de haber sido rechazado por el sistema educativo tanto en España como en el Reino Unido y de trabajar como obrero no especializado, accedí mediante estudios nocturnos a la Facultad de Bellas Artes de Granada con la idea clarísima de ser artista plástico. Está idea se forjó en mi de manera repentina e irrevocable tras comprobar la imposibilidad de sacar adelante iniciativas de grupos de música y la futilidad del mundo del trabajo. Elegí la plástica como medio de trabajo después de comprobar que en la música y la escritura lo tenía más difícil, pero esos dos medios impregnan mi trabajo tanto como el plástico.
Durante sus estudios en la Universidad de Granada se formó fundamentalmente en la pintura y la escultura y más tarde comenzó a interesarse por la vertiente narrativa que podía generarse a partir de la propia pintura y de la instalación, por lo que cursó en Londres un máster en escenografía en la Slade School of Fine Arts. Lo hizo –nos cuenta- movido intuitivamente quizás por la necesidad de no abandonar la escritura y la música; como una manera de que estuviesen presentes mediante la narración, el teatro y la ópera o la puesta en escena musical. En ningún momento tuve intención de ser escenógrafo, sino de trabajar dentro de mis proyectos plásticos como trabajan los escenógrafos: traduciendo una creación musical o literaria al medio visual. Esta manera de trabajar es idónea para mi mente obsesiva, ya que me permite indagar en mi obsesión de turno (ya sea una obra literaria o musical, un hecho antropológico o histórico…) hasta intentar traducir su esencia en obra plástica. De esta manera he desarrollado proyectos en torno a novelas del escritor Alain Robbe-Grillet, las composiciones de la Familia Real de Hawai’i, una pieza musical de Olivier Messiaen…En mi proyecto actual, ‘Our Men in Tahiti’, trabajo a partir de la última e impactante novela de Robert Louis Stevenson; una novela en la que parece querer desdecirse de su literatura anterior. En breve se estrenará un pequeño documental sobre este proyecto que ilustrará todo mi proceso de investigación y obsesión.
Aunque sus escenografías y sus efectos ilusionistas suelen ser poderosos, la temática es fundamental en sus proyectos: En mi trabajo los temas lo son todo. Y en ellos tienen que ver sus múltiples influencias no ligadas necesariamente a las artes plásticas; Simon cita a Leon Tolstoi, Alain Robbe-Grillet, Robert Louis Stevenson, Pete Townshend del grupo The Who, Pier Paolo Pasolini, el músico hawaiano Ernest Ka’ai… El artista interpreta sus obras para trasladarlas después a medios artísticos y plantear de ese modo nuestra noción de la ficción o la composición, si esta es estricta o moldeable, y nuestro modo de relacionarnos con la literatura o la música. Ciñéndose al campo de las artes plásticas, menciona como referentes a Soledad Sevilla, Sol LeWitt, los pintores post-pictóricos norteamericanos, Peter Doig, Frederic Edwin Church o Malevich.
Trabaja Zabell en formatos muy diversos: en pinturas sobre lienzo, que suelen estar dominadas por sus líneas; en esculturas, a menudo de formas geométricas y cromatismo poderoso, y en instalaciones que suelen interactuar con los espacios donde se exponen, al generar líneas de color inmateriales que se proyectan en paredes y techos y que envuelven a los espectadores con su luz evanescente. La elección de uno u otro medio viene dada por lo que con cada trabajo pretenda contar: No tengo especial preferencia por un material en concreto e intento buscar el material y el modo de trabajar que mejor se preste para el proyecto que tenga entre manos. Cuando inicio un nuevo proyecto intento partir de cero, como si nunca hubiese hecho arte antes, e inventarme una especie de código plástico concreto para ese tema. Estoy muy lejos de aquello de tener un ‘estilo’.
Además Zabell ha publicado bastantes textos relacionados con los temas en los que más a menudo investiga y también prologó el libro Strindberg, escritor, pintor y fotógrafo, que publicó en 2013 Nórdica.
Actualmente lo representan las galerías Alarcón Criado (Sevilla), Álvaro Alcázar (Madrid) y The Square Studio (Londres) y de entre los numerosos proyectos que viene llevando a cabo desde finales de la década de los noventa, Simon ha elegido destacar cuatro en los que ha trabajado en los últimos diez años.
Comenzamos por La Jalousie (2006), su reconstrucción plástica de la novela del mismo título de Alain Robbe-Grillet que pudo verse en el Palacio de los Condes de Gabia granadino. Representó en pintura tanto el texto de la obra como el interior de la vivienda del protagonista del texto de Robbe-Grillet (esta era su tercera novela), un entorno del que él no podía escapar al encontrarse escayolado, y también mostró una instalación formada por copias de las páginas del libro que remitía a los bananeros del entorno de la casa. En palabras de Zabell, de este modo intentaba recrear la sensación de claustrofobia y frustración que atraviesa la novela haciendo uso del propio objeto del libro, jugando con vaivenes entre continente y contenido. Literatura visual, pintura narrativa.
Dos años después llegaría Rema (2008), que pudo verse en el CAC malagueño y en la Galería Seven Contemporary Art de La Haya y que tomaba como punto de partida textos de Pasolini sobre el lenguaje cinematográfico que le había hecho llegar a Simon el también artista Jesús Zurita (un cinéfilo sin remedio, nos dice Zabell, y esto no lo sabíamos). La instalación buscaba recrear la experiencia de acudir a una sala de cine, y la iluminación atenuada incentivaba esa sensación: Pasolini intenta descifrar el código cinematográfico para hallar su unidad semántica; cosa que me fascinó por estar siempre en el mismo empeño respecto a la pintura, por lo que decidí crear una serie de pinturas con un código muy reducido que apelaran a esa reducción del código del cine. Se trata de unas pinturas geométricas reducidas a dos tonos de gris que representan lugares comunes del cine (una pareja que se besa bajo la luna, una chica que anda cabizbaja bajo la lluvia, un elegante cóctel…).
De 2009 data Akibiyori, que Zabell desarrolló a partir de la película Otoño tardío, en japonés Akibiyori, del gran Yasujiro Ozu. Esta vez tomó un único fotograma del filme para trasladarlo a una instalación en la que el espectador desarrollaba un papel central. Lo explica así: En un pequeño espacio (la Capilla de San Bruno del CAAC) situé un espejo con las franjas típicas del cine y un subtítulo sin importancia; de manera que el visitante se ve reflejado en el espejo con un subtítulo debajo y un fondo pintado a semejanza de la película. Sin proponérselo el visitante hace suya la frase y se convierte en el protagonista de la película.
Lo más reciente de Zabell es Our Men in Tahití, serie de lienzos que, si recordáis, expuso, como comentábamos, en la última edición de ARCO, en los stands de Alarcón Criado y Álvaro Alcázar (también en la Sala Arti-Legi de Gouda), y que le han valido el Premio de Pintura Pepe Estévez. El artista lo considera su propuesta más ambiciosa hasta ahora: Supone una reconstrucción de la novela Bajamar de Robert Louis Stevenson, y hace uso de un código pictórico que intenta reflejar simultáneamente el carácter paradisíaco de las islas de los mares del sur, y los fines inconfesables con los que los europeos acudimos a ellas tras su descubrimiento. En estas pinturas el color y la dulzura son recubiertos de círculos grises en referencia al modo en que el dinero (las monedas) ofusca la belleza. Podéis ver el tráiler del documental del proyecto al final de este artículo; Zabell viajó en la preparación del mismo a Escocia, Estados Unidos y Tahití buscando pistas ligadas a Bajamar que hablaran de las implicaciones de la novela a nivel político o filosófico. Cada lienzo se inspira en un fragmento específico de la obra de Stevenson que está escrito en el reverso de los lienzos.
Si os habéis quedado con ganas de conocer mejor a Simon Zabell, pasad por simonzabell.com
Una respuesta a “Simon Zabell”
Termi
Mediocridad disfrazada con verborrea.