Fichados

Rosa Álamo

Rosa ÁlamoNOMBRE: Rosa

APELLIDOS: De Miguelsanz del Álamo

LUGAR DE NACIMIENTO: Madrid

FECHA DE NACIMIENTO: 1981

PROFESIÓN: Artista

No es nada difícil que os hayáis encontrado, en los últimos años, frente a una pintura de nuestra última fichada, Rosa Álamo: ha participado, y ha resultado seleccionada o premiada, en un buen número de certámenes a lo largo de nuestra geografía y su obra forma parte de las colecciones del Museo de Arte Contemporáneo de Tarancón, el de Gibraleón y el de Tomelloso, la Fundación Mondáriz – Balneario o Caja Segovia.

Licenciada en Bellas Artes por la Complutense, obtuvo, recién terminados sus estudios, becas de la Fundación Antonio Gala y la citada Fundación Mondáriz; también la Beca de Pintura de Paisaje de Ayllón, y ese género continúa interesándole mucho, como luego veremos. También ha logrado premios-adquisición en las convocatorias de pintura Jesús Madero y José Antonio Sequí, en el XIII Certamen Cultural Virgen de las Viñas de Tomelloso o en el Nacional de Pintura de Gibraleón; en 2012 fue finalista en el prestigioso Premio BMW (cuya última edición continúa abierta) y con anterioridad obtuvo primeros galardones en el III Certamen Nacional de Pintura Joven de Maracena, en el Agustín Gil del Pino de Valdepeñas o en el Enrique Ginestal de Talavera de la Reina.

Las exposiciones más recientes de Rosa tuvieron lugar el año pasado: en la Fundación Pedro Cano de Blanca y en la Sala José Hernández de Fuente Álamo (las dos tras resultar finalista en el concurso de pintura de esta última localidad en 2016) y en la Casa Municipal de Cultura de Ciudad Rodrigo y el Museo de Tarancón, tras recibir un accésit en el certamen Celso Lagar y el mencionado premio-adquisición en el José Antonio Sequí, respectivamente.

Rosa Álamo. It wasn't me, 2017
Rosa Álamo. It wasn’t me, 2017

Hechas las presentaciones, os contamos que esta semana fichamos a Álamo por su buen dominio del dibujo, porque fácilmente ilustraríamos con sus obras algunas de nuestras novelas preferidas o las convertiríamos en carteles de película (no es casualidad que la literatura y el cine sean dos de sus influencias principales) y porque con ellas nos conduce a mundos peculiares, llenos de imaginación, entre encantadores e inquietantes.

En su caso, la familia fue fundamental a la hora de comenzar a pintar: quizá conozcáis a su madre, la también artista Amalia del Álamo, con quien Rosa ha expuesto en alguna ocasión. Nos ha contado que, antes que artista, ella fue modelo, y que cursar Bellas Artes le resultó esencial a la hora de tener clara su vocación: Mi relación con el arte viene de lejos. Mi madre, la pintora Amalia del Álamo, me movió desde muy pequeña en ese ambiente: exposiciones, conferencias… incluso sesiones de desnudo con modelo del natural (donde cuando no había modelo posaba yo, vestida, eso sí). Me críe entre pinceles, aceptando una libertad tremenda para crear porque mi madre siempre puso en mi mano todas las herramientas posibles, por lo que mi infancia fue muy creativa.

Pero, realmente, no fui consciente de que el arte podía ser una profesión para mí hasta que decidí cursar Bellas Artes en la Complutense, algo que no tuve claro del todo hasta los 18 años. Cuando te licencias y te quedas solo en el espacio que destinas a pintar es cuando realmente te espabilas, también cuando tienes que enseñar, porque es ahí cuando te explicas a ti mismo todos los mecanismos que hay que poner en marcha para que la pintura y el dibujo te lleven a donde tú quieres.  Con 25 años ya empecé a generar proyectos un poco más interesantes y tuve la suerte de tener el apoyo de algunas becas, como la de la Fundación Antonio Gala, que me permitieron pintar intensamente. De ahí en adelante, he compaginado mi trabajo como artista con mi trabajo como profesora de pintura. Y desde hace unos pocos años me asomó tímidamente a la ilustración (desde mi proyecto “Dulce Porvenir Estudio”), porque irremediablemente mi pintura me llevó hacía ella.

Rosa Álamo. Inner city blues, 2018
Rosa Álamo. Inner city blues, 2018

Como apuntábamos al principio, el paisaje es quizá el centro de la obra de Rosa, a la que podemos relacionar en este sentido con artistas de su generación que, desde sus disciplinas respectivas, también abordan el género y participan de su actualización en un sentido muy amplio: atendiendo tanto a la naturaleza como a los espacios cotidianos y, en unos y otros casos, a su potencial expresivo en cuanto a emociones y a la relación de las personas con ellos. Algunos de esos autores, muy distintos entre sí, han pasado por Fichados (haciendo memoria, podemos mencionar a Antonio Guerra, David Martínez Calderón, Fernando Romero o Clara Sánchez Sala).

Álamo nos explica que ella se centra, cada vez más, en el concepto de hogar (espacio + emoción) y en lo que en ellos hay de muy personal y de global, y nos cuenta qué camino le ha llevado allí: De alguna manera, mi trabajo plástico pretende reconsiderar los límites del paisaje y el concepto actual del mismo. Durante mucho tiempo, todo giró en torno a la invasión del hombre en la naturaleza, al principio con mis primeros proyectos becados; después todo ese lenguaje más abstracto que manejaba me fue llevando hacía una figuración en la que necesitaba contar la ausencia del paisaje natural en nuestras sociedades a través de la construcción, y después fui llegando a un territorio más introspectivo para trabajar en torno al concepto de hogar.  En la actualidad, mis pinturas pretenden hablar del espacio emocional que a su vez está contenido dentro del terreno físico que delimita los hogares. Por lo tanto, son piezas cuyo discurso transcurre dentro de un territorio personal, el mío, y al mismo tiempo universal, puesto que todos, o casi todos, tenemos o hemos conocido un hogar.

Rosa Álamo. Vive tu vida. Serie En llamas, 2017
Rosa Álamo. Vive tu vida. Serie En llamas, 2017

Sus referencias son muy diversas, y no solo artísticas. Podemos encontrar en su producción huellas de un surrealismo y un pop muy concretos y también de muchas lecturas y escuchas, de mucha observación: Mi trabajo está influenciado por la música, el cine, la literatura o el mundo del cómic, y, cómo no, por la obra de grandes artistas como Paula Rego, Remedios Varo, Peter Blake, David Hockney o Guillermo Pérez Villalta. Todo está muy relacionado, desde mi punto de vista, y en una canción puedes encontrar el punto de partida de un dibujo; yo he titulado ilustraciones a partir de canciones de Sixto Rodriguez (sí, Sugar Man) o de libros de Jonathan Coe.

Rosa Álamo. El sueño de Wetsmoreland road, 2016
Rosa Álamo. El sueño de Wetsmoreland road, 2016

A estas alturas, habréis adivinado que la pintura y el dibujo son las técnicas habituales en las que Rosa trabaja y que, como nos anticipaba, la ilustración gana paulatinamente terreno en su obra. En cuanto a los formatos, procura no acomodarse: Me gusta mucho trabajar en lienzo, pero también sobre papel. El comenzar a indagar hace unos cuatro años, más en profundidad, en las posibilidades que para mí podían tener el dibujo y la ilustración me llevó a sentirme muy cómoda sobre los papeles de acuarela con gramajes y texturas diferentes.

También me gustan mucho los formatos grandes; los disfruto enormemente por la libertad gestual que me proporcionan, pero en los últimos años he aprendido también a disfrutar en “lo chiquitito”, y suelo ir alternando para no acostumbrarme a nada. Creo que el mayor enemigo de un artista es pensar que ya te lo sabes.

Rosa Álamo. Rest in peace, 2016
Rosa Álamo. Rest in peace, 2016

A la hora de elegir los proyectos fundamentales que ha desarrollado hasta ahora, ella escoge tres, todos con el paisaje como nexo común: a través de ellos podemos conocer esa evolución respecto a un único tema de la que antes nos hablaba, de la atención a la ecología a la introspección y el trabajo en torno al hogar como metáfora emocional: En 2006 empecé a trabajar en “Naturalezas muertas”, obsesionada con los residuos que están invadiendo nuestra sociedad y en cómo el paso del tiempo y la intervención del ser humano podían modificar determinados espacios para condensar la basura. Esa destrucción de lo bello, de la naturaleza en sí misma, de la que surgían tensiones topográficas de lo más dispares ,era la base de este proyecto.

En 2009 presenté “Figuras sin paisaje”, en el que hablaba de la invasión de la naturaleza y la redefinición del concepto de paisaje: naturalmente artificial y artificialmente natural. El trasfondo de todo era la lucha del hombre por “colonizar” el territorio virgen, que aún no había sufrido especulación, y cómo cada vez nos cercaba más el hormigón y menos la vegetación.

A partir de 2013 mi obra pasó a ser más introspectiva y a mirar más hacía dentro, así que me empecé a meter en las composiciones como parte de la historia que me estaba contando a mí misma; me volví a retratar con la misma ferocidad con la que lo había hecho en la Universidad, y esas obras me llevaron hacía mi proyecto actual, “Dibuja una casa”, en el que el paisaje físico desaparece para convertirse en un espacio emocional articulado en torno al hogar y también en torno a la degeneración o la posible destrucción del mismo. Ventanas y puertas tapiadas, casas en llamas y entornos inhóspitos hablan de estados de ánimo y ejercen cierto contraste con el libre albedrío de aves y gatos dispersos que no necesitan paredes decadentes donde cobijarse.

Rosa Álamo. Lullaby, 2016
Rosa Álamo. Lullaby, 2016

Os contamos dónde localizar en adelante la obra de Rosa, que trabaja en un proyecto de ilustración y pronto expondrá en Madrid: En la actualidad estoy trabajando en mi primer álbum infantil ilustrado, junto a la escritora Maribel Albalá desde “Dulce Porvenir Estudio”, y preparando el resto de piezas que formarán parte de la exposición “Dibuja una casa”, para el mes de noviembre, en Boadilla del Monte. Conocedla mejor en su web: rosaalamo.es

Rosa Álamo. Bricks, 2016
Rosa Álamo. Bricks, 2016
Rosa Álamo. Blue home, 2016
Rosa Álamo. Blue home, 2016

 

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