Marta Galindo

NOMBRE: Marta

APELLIDOS: Galindo García

LUGAR DE NACIMIENTO: Cádiz

FECHA DE NACIMIENTO: 1993

PROFESIÓN: Artista

Las sacudidas, víricas y no solo, que venimos padeciendo este año hacen el humor más que necesario, imprescindible; como vía, prácticamente, de supervivencia, pero también para observar con cierta lucidez una actualidad que parece una broma infinita. Por eso nuestro fichaje de hoy resulta especialmente oportuno: Marta Galindo se acerca a lo real y lo virtual desde el análisis y desde la ironía, haciendo alusión a los tics de una sociedad anclada en lo digital, y zambullida en el consumo, en sus pinturas, esculturas y objetos intervenidos; estos últimos los encuentra en bazares o en macrotiendas virtuales por todos conocidas.

A Galindo la hemos conocido este mismo año en la Galería Nueva de Madrid: el pasado junio formó parte de la muestra colectiva “Corriente alterna-Corriente continua”, tras sumarse al programa Comisario Conoce Artista, puesto en marcha por Atelier Solar en colaboración con el Ayuntamiento de la capital. Aquella exhibición, derivada de las conexiones que se establecieron, a partir de esta iniciativa, entre los artistas escogidos y curadores europeos invitados, proponía un despliegue (uno de los posibles) del panorama creativo en la ciudad. Este mismo año, Galindo también ha resultado finalista en el VII Premio a la Producción Artística de la Fundación Banco Santander.

Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y Máster en Investigación Artística y Creación por la Complutense de Madrid, Marta ha participado, desde 2015, en colectivas en espacios como la DI Gallery y CICUS (Sevilla), LAB Sevilla, De Montfort University (donde cursó estudios de Erasmus), el Centro Cultural de La Carolina, el MAD de Antequera, la Fundación Antonio Gala (recibió una de sus becas para jóvenes creadores hace cuatro años), la Sala Santa Inés y el Estudio La Bañera de la capital andaluza, el CAC Málaga, la Factoría de Arte y Desarrollo madrileña, La Nau y Plastic Murs (Valencia) y la citada Galería Nueva de Madrid.

Además, ha sido premiada en dos ocasiones en el Certamen Nacional de Arte Contemporáneo de Utrera (en 2016 y 2018) y también fue finalista en el Certamen Nacional de Artes Plásticas de CICUS, en 2016.

Esta semana se suma Galindo a nuestros fichados porque queremos saber más sobre su trabajo en torno a la saturación de imágenes digitales a la que nos exponemos cada día, sobre la estética propia de los medios cibernéticos y nuestro rol de prosumidores y también sobre las posibilidades de introducir el citado humor, un valioso sarcasmo, a la hora de abordar estas cuestiones. Entiende Galindo que es difícil atisbar determinados fenómenos y estéticas digitales mientras permanecemos sumidos en las pantallas, por lo fluido y enmarañado de los contenidos virtuales, por eso ha llevado sus reflexiones a formatos físicos, evidenciando materialmente algunas dinámicas de nuestra cultura en red.

Le hemos preguntado por sus inicios creativos; los sitúa en su decisión, no premeditada sino derivada de algunos encuentros, de estudiar Bellas Artes (antes comenzó a formarse en Restauración) y nos cuenta que su entorno familiar y también sus relaciones personales le han sido propicios: Técnicamente muy pocas veces he trabajado como artista, si consideramos el trabajo una actividad remunerada. Sin embargo llevo resistiendo con mi práctica artística desde que comencé Bellas Artes. He crecido en un entorno bastante creativo, mi madre es muy habilidosa y resolutiva con temas constructivos y matéricos; mientras que mi padre trabaja más el diseño y la estética. Probablemente por ello, desde pequeña tuve una preferencia por lo manual y lo creativo.

En la Universidad empecé a estudiar Restauración y Conservación en Sevilla para después especializarme en arqueología submarina. Justo en el primer año de Restauración me topé con asignaturas de Bellas Artes, y finalmente terminé decantándome por mi faceta más creativa. Realmente no hubo una intención ni una planificación premeditada para ser artista, sino que más bien coincidimos por casualidad. También, un peso importante de mis decisiones hacia lo artístico está determinado por las amistades y las personas que hicieron y hacen atractivo este campo.

El seguir produciendo desde entonces no es una cuestión romántica de pulsión creadora irrefrenable. Para mí es más bien una apuesta que comencé casi de forma inconsciente y que ha ido tomando tanto peso, forma y consciencia en mi vida que abandonarlo ahora sería una rendición complicada.

Decíamos que la ironía es un ingrediente fundamental en su trabajo (la considera una vía sugestiva de escape a rutinas y convenciones) y que le interesa la anarquía organizativa de la información y las  imágenes en el medio digital y las resignificaciones de esos contenidos más allá de su medio. Nos habla de los asuntos fundamentales en su producción, que crecen y se transforman con ella: Mi práctica es un conjunto de intereses que van desde la ironía y el humor a las nuevas tecnologías y, más recientemente, la condición del artista. Realmente los temas que trato no son estancos y estáticos, sino que los concibo y trabajo de forma orgánica. Es algo que evoluciona conforme mis intereses y mi circunstancia personal van cambiando. Actualmente estoy reflexionando bastante sobre la precariedad del artista y el sector cultural y la íntima relación que existe entre la cuestión laboral y la tecnocapitalista.

Asuntos como la muerte o el miedo también aparecen en algunas de sus obras, que nos conducen a reflexionar sobre nuestra relación con fármacos de consumo frecuente y con la medicina como ciencia que explora un interior que es tan nuestro como, muy a menudo, desconocido.

También las técnicas en las que Galindo trabaja son cambiantes, en su caso en relación con las condiciones espaciales del lugar donde crea y con los medios de los que disponga. Nos explica la artista que no descarta, a priori, el empleo de ningún material y que contar con un estudio ha incidido últimamente en sus disciplinas y formatos: El formato y la técnica para mí vienen absolutamente determinados por mi espacio de trabajo. Es tan sencillo como que cuanto más espacio de almacenaje y trabajo tenga, más libertad tendré para experimentar con materiales y técnicas distintas. Procuro que la forma esté lo mejor alineada posible con la intención de cada pieza, no descarto ningún material porque considero que cada potencialidad se activa con el contexto adecuado. Por supuesto también es determinante el factor económico.

Durante bastante tiempo estuve trabajando en mi propia habitación, lo que limitó bastante mi práctica, componiéndose solo de pinturas. Incluso llegué a almacenar las obras en el somier de mi cama durmiendo encima de ellas. Ahora, que llevo más de medio año con estudio (actualmente estoy en 35000 jóvenes), es muy gratificante ver cómo mi práctica comienza a formularse en distintos medios y tamaños. Cuando una no tiene la oportunidad de abrir su campo de trabajo, la pregunta de si eres capaz de moverte por otros formatos es una incógnita por resolver frustrante, o al menos así lo sentí yo hasta que tuve estudio.

A la hora de citar sus referencias, nos habla, por supuesto, de Internet y las redes, pero también de artistas y pensadores actuales, de músicos y personajes de ficción. Sus influencias son diversas, en cuanto a disciplinas y en cuanto a canales de recepción: Creo que es importante mencionar Instagram como una herramienta clave generadora de influencias. A través de Instagram observo lo que comparten artistas cuyas prácticas me interesan mucho. También sigo el contenido de otras que no me interesan personalmente tanto, pero que procuro no perder de vista por la relevancia que se les ha otorgado en el circuito artístico.

Aún así mis influencias vienen de diversos sitios y formas, no exclusivamente de las redes sociales. Tampoco necesariamente comparto con ellas una misma manera de hacer o un imaginario en común. Por ello lo comunico con esta sensación mixta y abierta con las que las percibo y consumo en mi día a día: Remedios Zafra, Saelia Aparicio, Thom Yorke, Hadaly Villasclaras, Miguel Noguera, Phoebe Waller-Bridge, Paco Chanivet, Yehwan Song, Leslie Knope, María Alcaide o @laura-tabares_ por ejemplo.

Respecto a sus principales proyectos hasta ahora, nos explica: Hasta la fecha he participado en varias exposiciones colectivas y he sido seleccionada en distintas convocatorias y residencias. Recientemente recibí la noticia de estar seleccionada en la Muestra de Arte Joven de la Rioja y también participé en Edén (del colectivo Casantillón) junto con muchas otras artistas. Edén fue una propuesta expositiva que responde a la crisis del coronavirus, tanto por su contexto temporal -nada más salir del confinamiento en la fase 1- como por el topográfico -tuvo lugar en Casa de Campo de Madrid-. También fui seleccionada para la residencia de Atelier Solar Comisario Conoce Artista, participando en una colectiva con el resto de seleccionadas en su nuevo espacio Galería Nueva.

Y sabemos lo próximo: Actualmente estoy preparando con mucho amor y cariño mi primera individual, que podrá verse alrededor de marzo -si el coronavirus y el destino lo permite- en la galería valenciana Tuesday to Friday. También participaré a finales de noviembre en una exposición colectiva comisariada por Eladio Aguilera en París, en el espacio artístico Chezkit.

Conoced mejor a Marta, aquí: http://martagalindo.es/