Julia Llerena

NOMBRE: Julia

APELLIDOS: Llerena

LUGAR DE NACIMIENTO: Sevilla

FECHA DE NACIMIENTO: 1985

PROFESIÓN: Artista

Si habéis pasado por el stand de ABC en la última edición de ARCO habéis podido conocer el trabajo de Julia Llerena, artista sevillana licenciada en Bellas Artes en la Universidad de su ciudad que también ha cursado, en 2013, un Máster en Investigación en Arte y Creación en la Universidad Complutense. Ha presentado hasta ahora muestras individuales en la Galería Espacio Mínimo y la AJG Gallery y ha participado en exposiciones colectivas en espacios como la Galería Birimbao, el Cicus sevillano, la Galería Astarté, el Centro de Arte Complutense, la Galería Caja China, el MUVIM valenciano, la Galería Sicart, el Espacio OTR o la Galería Paula Alonso.

Su obra, muy terrena en cuanto a materiales pero escapista, podemos decir que espacial, en su temática, ha sido reconocida hasta la fecha con premios como los que conceden Intransit (2014), e INJUVE (2015), además del Segundo Premio-Adquisición del Certamen de Creación Joven del ICAS sevillano, el Contemporarte de la Universidad Internacional de Andalucía (2009) o un accésit del XII Certamen de Creación Fronteras de Papel convocado con motivo de la Prebienal Sevilla 2009. Ese mismo año, Julia también participó en la Bienal de Jóvenes Creadores de Europa y del Mediterráneo Skopje.

Dado que su entorno cercano le resulta (a quién no, pensaréis) difícil de entender, la artista sevillana dedica sus trabajos a conferir al infinito una apariencia engañosa de entorno susceptible de habitarse. En sus trabajos no hay horizontes y tampoco es fácil dilucidar referencias con nombres y apellidos; sí cobra importancia la noción de vacío como espacio donde puede nacer el pensamiento y donde se generan estrategias, donde surge la posibilidad de ser.

Sí podemos establecer cierta relación entre las prácticas del Land Art y su proyecto Pensamiento inter-estelar, que el año pasado pudo contemplarse en la AJG Gallery sevillana. Se basa en la idea del caminar y en cómo esta evidencia la relación entre el individuo y el universo: el año anterior, en 2014, Julia recorrió a pie un camino de duración cercana a una hora. Entendía aquella acción como posibilidad de enfrentarse al entorno y a la soledad; aunque en este proyecto hacía alusión al modo en que solemos abstraernos cuando caminamos para no prestar atención al camino, al proceso de nuestro paseo y a las sensaciones que surgen de él por estar concentrados en otros asuntos.

La pieza estaba formada por residuos, una suerte de pedazos de memoria que la artista encontraba en ese camino por el que transitaba cada día: cobre, hierro, cascotes, cristales…objetos que, llevados al contexto artístico, escapan de la esfera cotidiana para dar lugar a una constelación susceptible de analizarse, tan lejana al terreno como nuestros pensamientos cuando caminamos.

En una línea parecida se desarrolla Invasores: minerales descontextualizados nos conducen a otras realidades al encontrarse suspendidos en un espacio, cual planetas sin gravedad que proyectan su sombra sobre un suelo con el que no cuentan.

A partir de Pensamiento inter-estelar desarrolló Julia la pieza Partícula, en la que utilizó el cemento como conector de aquellos residuos que daban lugar a un universo paralelo. Hacía referencia así a la arquitectura del universo, sometida a un proceso de creación que no tiene límites en la que cada parte es a su vez el todo y tiene una función propia.

Uno de sus proyectos más bellos es Fuera del tiempo, en el que emplea fragmentos de vidrio a los que atribuye la capacidad de retener el tiempo por su difícil maleabilidad. En ellos guardó fragmentos del libro La lámpara maravillosa de Valle-Inclán, en el que este escritor contaba: Nuestros sentidos guardan la ilusión fundamental de que las formas permanecen inmutables, cuando no es advertida su inmediata mudanza. Hallamos que las cosas son lo que son, por lo que tienen en sí de más durable, y amamos aquello donde se atesora una fuerza que oponer al Tiempo. De todas las cosas bellas para los ojos, ninguna tanto como los cristales. El goce de los ojos al mirarlos, es un sentimiento sagrado, porque para los ojos los cristales no tienen edad. Cuando pensamos que su ayer es de mil años y que permanecerán sin mudanza al cumplirse otros mil, sentimos la emoción religiosa de considerarlos fuera del Tiempo.

Hasta hace solo dos días, Julia ha presentado en el INJUVE, dentro de su última colectiva de los beneficiarios de sus Ayudas a la Creación Joven, la obra 3,78. Perpetuamente lejos de casa, en la que establecía un paralelismo entre la cada vez mayor distancia de la tierra y la luna (3,78 cm por año) y la del ser humano respecto a la que entiende como su casa o su origen, distancia generadora de nostalgia.

¿Dónde encontrar a Julia? Hasta el 18 de marzo en el Proyecto Alimentación 30, donde presenta, junto a Clara Sánchez Sala y bajo el comisariado de Bernardo Sopelana “La materia errante”; desde el 17 de noviembre de este año, y hasta marzo de 2017, en la colectiva “¿Qué sienten, qué piensan los artistas andaluces de ahora?” en el CAAC sevillano y también en la Embajada española en Tokio.

Además, podéis conocerla mejor en su web: www.juliallerena.com/