NOMBRE: José Luis
APELLIDOS: Valverde
LUGAR DE NACIMIENTO: Málaga
FECHA DE NACIMIENTO: 1987
PROFESIÓN: Artista
Hasta hace cerca de un mes, en la galería Silvestre madrileña pudimos contemplar “En la cruz me coso yo”: José Luis Valverde presentaba trabajos recientes en los que proponía un acercamiento personal a las entrañas de la pintura, concebida como medio para revelar o exteriorizar una interioridad de formas ni claras y definidas, y también como material en sí misma, que ocupa un lugar en el espacio y se prolongará en el tiempo.
Como apuntaba el título de la muestra, sus composiciones tenían la muerte como aroma común a través de sus símbolos, resignificados, y de referencias a artistas mayores que ya abordaron ese asunto; normalmente mediante formas orgánicas o naturales que remiten a lo perecedero, pero que en las imágenes se convierten, paradoja de la pintura, en atemporales.
Formado en ilustración y gráfica publicitaria en San Telmo (Málaga), Valverde se graduó en Bellas Artes en la Universidad de Málaga, donde también curso un Máster de Producción Artística Interdisciplinar y actualmente desarrolla su doctorado.
Desde hace casi una década ha ofrecido otras exposiciones individuales en la galería JM malagueña, la Giffn Gallery de Londres, la Sala Iniciarte de Sevilla, el Centro Cultural CajaGranada, la galería etHall de Barcelona, Planta1 (Madrid), Domo Arte Contemporáneo y Barrera Baldán Galería (Sevilla) o la Sala Pescadería Vieja de Jerez; ha participado en decenas de colectivas dentro y fuera de España y en citas como GetxoArte, MARTE, ARCOmadrid, Lateral o ArteSantander.
Desde que en 2014 obtuviera una beca de residencia de la Universidad de Málaga en la Real Academia de España en Roma, ha recibido otras de Iniciarte y de The Fine Art Collective (Londres) y premios en Art&Breakfast y MARTE.
Se suma este autor a nuestros fichados porque queremos saber más de sus modos de hacer suyos los géneros históricos (fundamentalmente bodegones o paisajes), desde enfoques muy subjetivos, y de las razones de su mirada constante a la tradición en temas, conceptos y maneras.
Nos explica Valverde que, pese a que su entorno familiar era próximo a la pintura, sus inquietudes creativas tuvieron un origen azaroso: Mi interés por la pintura surgió de forma totalmente casual. Me apunté al bachillerato artístico huyendo de las matemáticas. Suena a tópico, pero es verdad. Me había apuntado sin un interés claro por el mundo del arte, aunque en casa siempre conviví con cuadros.
Mi abuelo era pintor de la Escuela granadina, pupilo de Gabriel Morcillo, y mi padre también pintaba. Fue alrededor de 2005 cuando empecé a jugar con la pintura y a exponer en teterías y restaurantes. Recuerdo bien que en esa época empecé a investigar autores y topé con Modigliani, Chagall o Guayasamín, entre otros. Tuve una especie de obsesión. Me compraba catálogos y me encantaba mirar las láminas, fijarme en cómo pintaban y después intentar pintar yo, con una mirada muy curiosa y también muy naif.
En 2007 entré en la Escuela de Arte de San Telmo, donde estudié ilustración y, más tarde, gráfica publicitaria. Paralelamente seguía pintando, por lo que en 2010 di el salto a la Facultad de Bellas Artes en la Universidad de Málaga. Fue allí donde empecé a adquirir una mirada mucho más analítica. En 2013 mi obra empezó a generar cierto interés y se inició un camino que continúa hasta hoy, compaginando la práctica artística con todo tipo de trabajos.
Actualmente soy docente, pero hasta hace muy poco trabajaba en empleos precarios, porque no siempre es fácil sostenerse sólo de la pintura. Al final tienes que atender a lo cotidiano, desde el alquiler hasta los óleos, y eso marca ritmos y tiempos. También es cierto que las ayudas institucionales son escasas y que uno debe moverse con cuidado dentro del propio sistema del arte. Aun así, creo que de todo esto surge una especie de resiliencia que termina filtrándose en las obras, porque es imposible separar del todo el objeto artístico de las circunstancias. Lo importante pasa siempre dentro de tu estudio y yo me quedo con eso.
Trabajo con la galería Silvestre, en Madrid, y con la galería Barrera Baldán, en Sevilla.
Su última exposición en la citada Silvestre resultaba representativa de los intereses de Valverde, imbricados en la historia de la pintura, pero abordados por este artista desde su sello personal. Encuentra una forma de enriquecimiento en releer el pasado: Mi pintura orbita constantemente alrededor del tema de la muerte, aunque también alrededor de la propia pintura entendida como objeto de estudio… Creo que estas temáticas, las que nos obligan a enfrentarnos a nuestra propia finitud, son territorios muy fértiles; quizás los más, por lo menos para mí, para hacer un cuadro.
De ahí nace una búsqueda (diría que en parte compulsiva) que se centra no sólo en el tema, sino también en el propio proceso. En ese camino aparecen hallazgos que abren puertas a nuevas formas de resolver la pintura y, a veces, también a nuevas temáticas. Por otro lado, en mis cuadros la referencia a la historia de la pintura es continua, no podrían existir sin la revisión de géneros y estilos pictóricos. Desde la pintura de paisaje, la naturaleza muerta o la propia pintura de guirnaldas, hasta el Kusozu o el simbolismo francés, con especial atención a Odilon Redon. Esta resignificación de artistas y estilos me interesa muchísimo.
También estudiar el cuadro y cómo se construye; en este punto, Victor Stoichita es muy importante en mi investigación, o Mieke Bal, en relación con el estudio de lo narrativo. También Luis Puelles Romero es un autor de cabecera al que tengo muy presente: su “Mítico Manet” ha sido y sigue siendo una fuente de aprendizaje importante, o su última obra, “Las fuerzas de la pintura. Picasso impensable”.
Igualmente, suelo hacer versiones (After) y generar diálogos con otros cuadros de temáticas muy distintas y pintados con facturas diferentes. Esto produce precisamente juegos narrativos que me permiten explorar nuevas formas de conjunción de piezas, algo que luego se traduce en su distribución en el espacio. Es un trabajo muy experimental, tanto en el plano pictórico como en el montaje dentro de la sala expositiva: de ahí surgen los juegos con los polípticos, trípticos o dípticos.
Las temáticas que nos obligan a enfrentarnos a nuestra propia finitud son territorios muy fértiles.
La pintura nunca ha dejado de ser su lenguaje, y ha optado por el óleo como técnica por sus posibilidades: Siempre trabajo con óleo porque, a diferencia de otras técnicas, me permite jugar mucho con la materia y con facturas muy diversas.
E Igualmente diversas son sus fuentes de referencias; cita a artistas contemporáneos, algún cineasta creador y gran literatura: Mis referentes van desde pintores, poetas y escritores hasta directores de cine. Van cambiando según mis intereses del momento.
Ahora podría mencionarte a Fumiaki Akahane, Odilon Redon, Albert York, Séraphine Louis, Louis Michel Eilshemius, José Moreno Villa, Lola Gil, Felix Nusbaum, Issy Wood, Marina Rheingantz, Francisco Peinado, Kai Althoff, Balthus, Bonnard, Hilma af Klint o incluso la pintura japonesa del Kusozu, entre otros. O las pinturas del propio David Lynch, que son tan increíbles. Por supuesto, mencionar a Victoria Maldonado y Javier Valverde, artistas a los que admiro y con quienes llevo caminando por estos derroteros artísticos desde el principio, e inevitablemente sus trabajos y conversaciones han contribuido a mi manera de ver, debatir y entender el arte.
Dentro de esta búsqueda, la literatura y la poesía aparecen como resonancias que atraviesan mi trabajo. Van desde san Juan de la Cruz hasta Camus. Justo ahora he empezado “El castillo interior”, de santa Teresa, a la vez que investigo con mucha curiosidad el trabajo de Josefa Tolrà, Magde Gill o Richard Dadd. Existe una compulsividad en sus obras que me interesa mucho.
Algunos más que han influido, de alguna manera, en los últimos tiempos, diría que son Leopoldo María Panero -de él recuerdo que su poema titulado “El beso de buenas noches” me persiguió bastante tiempo- Pizarnik, Philip Larkin, Victor Hugo con “Lo que dicen las mesas parlantes”, Rimbaud, César Vallejo o Lautréamont (del cual tengo algunas pinturas basadas en “Los cantos de Maldoror”). Siguen siendo presencias constantes.
A la hora de hablarnos de sus principales proyectos hasta ahora, José Luis selecciona sus tres exposiciones más recientes en las galerías que lo representan y en la sevillana Domo: Destacaría mi última exposición en la galería Silvestre, titulada “En la cruz me coso yo”, en la que trabajo el paisaje incluyendo elementos muy orgánicos: animales o bestias, carnes, cruces y muchas flores que terminan mutando en otras cosas. La religión aparece, pero como una especie de cita; de hecho, las cruces dejan de ser cruces según el cuadro y se convierten en un recurso pictórico y compositivo, desvirtuando así su condición de símbolo. Esta resignificación de algo tan reconocible e importante me interesa mucho. Creo que Bacon hacía algo parecido con las flechas que pintaba: dejaban de señalar y pasaban a convertirse en figuras autónomas, ajenas al significado que se les hubiera podido dar. También aparece el tema de lo místico y, por supuesto, la muerte.
Me interesaba generar una atmósfera concreta en las pinturas, aunque en esta exposición la paleta de color estaba mucho más abierta, algo que me permitió entenderla como un elemento compositivo más. Hay un cuadro que se llama “La capilla”, que es un guiño a la pintura de Armen Eloyan titulada “Drácula”. En la pieza planteo una pared de madera donde cuelga una cruz que se desprende y, con ella, un montón de elementos que caen en cascada (una vela, un sombrero y muchos acentos y gestos pictóricos). Las vetas de la madera toman un protagonismo absoluto y acaban deformando la percepción del propio material, terminan convirtiéndose en otra cosa. Es una pintura obsesiva. Es un cuadro en el que mires por donde mires hay detalles, puntillismo, cruces que aparecen y desaparecen con veladuras, etc.
Esta pieza es quizá mi favorita, en primer lugar, porque remite directamente al proceso del cuadro y porque hay en ella una pulsión que se aleja de ciertos convencionalismos estéticos, se sitúa en una lateralidad en la que siempre me he sentido cómodo.
Mi anterior proyecto en la galería Barrera Baldán, en Sevilla, también me parece importante porque es justo la exposición anterior a ésta, realizada tan sólo unos meses antes, y en ella empecé a dar con hallazgos relevantes. Esa exposición estaba centrada en el paisaje y se titulaba “Flores vigilias y mesas parlantes, iluminaciones en torno a una vela”. Aquí la referencia a la literatura está en el propio título de la exposición, además de en los cuadros, desde el libro “Lo que dicen las mesas parlantes” de Víctor Hugo hasta las “Vigilias” de Bonaventura. Tanto los textos como la poesía me sirven para construir imágenes o acercarme a una atmósfera o a un tema.
Un ejemplo de esto se encuentra en el cuadro “El perro de Maldoror”, que hace referencia a un pasaje del canto primero del libro.
Y un último proyecto que destacaría se titula “Retrato de mi hermano muerto”, y lo hice junto a mi hermano Javier Valverde en la galería Domo, en Sevilla. Aquí el trabajo de los dos se articula a partir de una pieza de mi abuelo, José Valverde Jiménez. Este cuadro suyo es especial porque presenta un autorretrato y, en el reverso del cuadro, hay otro retrato, pero de un hermano suyo que murió cuando era niño por el disparo accidental de un vecino, mientras jugaban en un cortijo.
Esta lógica de esconder al fallecido en la parte de atrás del cuadro, en el envés, es justo lo que se hacía en la prehistoria de la vanitas. Las calaveras se pintaban en la parte trasera de los retratos. Lo que hicimos fue darle la vuelta al cuadro y colocarlo en la galería con una iluminación puntual muy teatral. Nosotros tan sólo acompañábamos al cuadro como si fuéramos una orquesta, haciendo una especie de exposición de géneros pictóricos. Yo trabajé el paisaje y mi hermano el bodegón…
Pronto ofrecerá nueva muestra: La próxima exposición individual que tengo en la agenda es en Granada y, aunque todavía no tenemos la fecha cerrada, hablamos de que lo ideal sería para finales del próximo año.
Podéis seguir sus pasos en Instagram: www.instagram.com/joseluis.valverde
