APELLIDOS: Notario
LUGAR DE NACIMIENTO: León
FECHA DE NACIMIENTO: 1981
PROFESIÓN: Artista
En estos primeros días de noviembre seguramente muchos de vosotros os habéis acercado a la Nave 16 de Matadero Madrid para disfrutar de “Ni arte ni educación”, una exposición colectiva muy diferente a lo acostumbrado que se acompaña de un programa pedagógico imprescindible y que explora las áreas de contacto entre el arte y la educación en la sociedad de hoy. La ha puesto en marcha el Grupo de pensamiento de Educación Disruptiva de Matadero Madrid (GED) bajo la coordinación de Pedagogías Invisibles y en ella participa nuestro último fichado, Jonathan Notario. Lo hace dentro de La brecha, una iniciativa comisariada por Nubol por la que varios artistas ayudarán a un grupo de profesores de primaria a desarrollar una unidad didactica basada en su trabajo artístico personal. Si vivís en Santander, también habéis podido contemplar su obra en la Biblioteca Central de Cantabria, porque resultó ganador de la última edición del Certamen Pancho Cossío en su modalidad de Dibujo, Ilustración y Cómic.
Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, Jonathan, representado actualmente por las galerías Blanca Soto y Mad is Mad, ha dedicado su trabajo a explorar cómo el arte y la creatividad pueden convertir en reales metas que parecen imposibles sin necesitar para ello medios costosos. Analiza también los vínculos profundos entre lo creativo y lo lúdico y rompe las posibles barreras entre lo real y lo ficticio en obras que frecuentemente implican la participación del espectador y que deshacen cualquier resto de concepción elitista del arte.
El artista subraya cómo los objetos que nos son más cercanos pueden generar, aunque a veces no lo valoremos, grandes dosis de felicidad. Tanta que, para muchos, su consumo es prácticamente una terapia. Su serie de juguetes artísticos Reality Toys consta de “artefactos revelados como la solución perfecta para ayudar a resolver los problemas humanos a través de la intervención absurda de la técnica”, piezas que nos invitan a repensar los principios que rigen el imperio de lo industrial y del mercado.
Cada uno de ellos es único (elaborado a mano), pero remite a productos industriales que sí han sido elaborados en serie y publicitados, objetos que cuentan con su propio manual de instrucciones para ser montados. Ese manual puede entenderse como un código de interpretación, o de lectura, como una herramienta de mediación que determina nuestro modo de uso del producto.
La funcionalidad de estos Reality Toys no es evidente: ha nacido de la imaginación y el pensamiento del artista. Requieren la interacción de terceros, de jugadores que deseen hacerse cómplices y participar, y de sus experiencias podrán extraerse, quizá, mejores experiencias artísticas y de juego, es decir, vivencias positivas.
Comenzó a llevarlos a cabo en 2009 y, en última instancia, estos juguetes nos hablan de nuestras esencias y necesidades como seres humanos vivos, creadores y jugadores. El leonés no solo se ocupa de crear cada juguete en sí mismo, también su envase, una campaña publicitaria que los acompañe o un libro de artista que los complete. Incluso un parque lunar que los integre.
El origen de estos Reality Toys se sitúa en Worker Man (2009), un proyecto que aquel año fue seleccionado en la convocatoria TENTACIONES que organizó PENSART y que se tradujo en una exposición que comisarió para la feria ESTAMPA Javier Duero. Nació de una broma entre amigos (la de crear un muñeco parecido a Jonathan que acudiera a trabajar por él para prolongar sus vacaciones), idea que derivó en un cómic y luego en una pieza a escala humana.
Fijaos también en Pasta Tapa Huecos (2011-2013), una instalación cuyo título hace referencia a nuestro miedo a los vacíos, nuestra manía de rellenar todo hueco (quizá la vistéis si acudisteis a Espacio Vacío hace tres años con motivo de Open Studio), o en Visitors, un proyecto en el que no se elabora un muñeco inspirado en una persona, sino que éstas se equipararon a muñecos al ser empaquetadas.
El propio sistema artístico, sus procesos y funcionamiento, también han estado en su punto de mira: en Esta máquina es un artista aludió a esos autores cuya figura ha adquirido más importancia que su propia obra y en Vomit-art a las obras de arte de las que, por no aportar gran cosa o transmitir negatividad, podríamos prescindir. Ambos trabajos se fechan en 2011.
El año pasado presentó en La Central del Museo Reina Sofía y en el MUSAC el libro Retratos de interior, una propuesta en la que revisaba el lenguaje del retrato psicológico: partió de la visión que sus modelos –veinticinco amigos- tenían de sí mismos para presentarlos tal como él querría que se mirasen. A la vez él mismo se autorretrataba en el proyecto al dejar entrever la relación que mantenía con estas amistades.
El empleo de la ironía y el humor permite a Jonathan abordar asuntos complejos y serios desde una perspectiva ambigua, abierta a las interpretaciones del público, al que se acerca desde los medios más diversos, desde la instalación a la pintura pasando por el collage o la ilustración. Últimamente también se sirve del vídeo y de otros medios digitales. Podemos decir que lo esencial de la obra de Jonathan no es el medio sino el mensaje: el primero se adecúa a la idea o proyecto que busca desarrollar. En sus palabras, “lo que más me interesa es emprender cosas nuevas en cada proyecto artístico que llevo a cabo, desarrollando una labor de investigación y enfrentándome a nuevos retos”.
Sus referentes son de lo más variado, es la vida la que nutre su trabajo: cómics, cine, obras de teatro, música, viajes, experiencias propias y ajenas, la información, la publicidad…Sobra decir que las distinciones entre alta y baja cultura no tienen cabida en la obra de Notario, en la que también se diluyen las fronteras entre lo absurdo y lo importante.
La producción de Notario es crítica, y apunta a problemas relacionados con nuestra actitud consumista y pasiva frente a un marketing que se ha convertido casi en un miembro de nuestras familias, pero no se queda en la queja cómoda y va un paso más allá: propone vías de salida que el espectador puede captar y aprovechar o no.
En paralelo a su labor creativa, ha impartido en los últimos años talleres en espacios como el Reina Sofía, el MUSAC o la también leonesa Fundación Cerezales, y entre los premios que ha recibido podemos citar, además del Pancho Cossío de este año, la selección de uno de sus vídeos video en el catálogo de la distribuidora de video arte Hamaca, en una convocatoria organizada junto al Museo Reina Sofía; la Beca El Ranchito de Matadero – AECID, la beca VEGAP. Propuestas 2013, el Premio INJUVE 2010, el premio UCM de Arte Plásticas en 2010, el primer Premio Carriegos de Artes Visuales 2010, el premio de adquisición de obra en el Certamen de Jóvenes Artistas de Castilla y León y el premio de comic de arte joven organizado por la Junta de Castilla y León (2007).
¿Dónde podremos ver obra de Notario en adelante? Desde el 27 de Noviembre participará en la exposición colectiva de los artistas becados en la residencia de Matadero-AECID, El Ranchito Corea- Japón, con el proyecto inédito “Space Temples”, “un estudio sobre algunas iglesias de los años 60 y 70 en la Comunidad de Madrid y su transformación en una película de ciencia ficción”. Y por su puesto en su web http://jonathannotario.es o en http://jonathannotarioillustration.carbonmade.com/, portal dedicado a sus ilustraciones.