Martí Manen ha sido el elegido para comisariar el Pabellón español en la próxima edición de la Bienal de Venecia, que tendrá lugar entre el 9 de mayo y el 22 de noviembre de 2015 bajo el lema “All the World´s Futures”. El barcelonés ha propuesto para la ocasión una exposición colectiva que, con el título de “Los sujetos”, presentará trabajos de Francesc Ruiz, Pepo Salazar y el dúo formado por Helena Cabello y Ana Carceller.
¿Por qué has optado por una propuesta colectiva para nuestro Pabellón y qué pistas nos da sobre la muestra el título de “Los sujetos”?
Creo que es importante romper el ritmo. Estábamos algo acostumbrados en las últimas ediciones a propuestas individuales, aunque con tipos de proyectos muy diferentes entre sí. En esta edición hacemos un cambio importante en lo que refiere no únicamente en el número de participantes sino también la concepción temporal del propio Pabellón. Tres propuestas artísticas en presente y un hálito que aparece y sirve como link entre pasado y actualidad. También se busca, de algún modo, un cambio en la recepción del pabellón. Seguramente va más de descubrir que de reconocer, va más de ofrecer un contacto digamos sensual que una afirmación. Y va de potencia, de posicionamientos fuertes.
“Los Sujetos”: bien, el título es bastante indicativo. Se trata de puntos de partida, se trata de opciones en las que se definen lenguajes de activación, se trata de asumir cierta responsabilidad en la construcción común desde lo particular. Sujetos fuertes, asumiendo la duda -también- como material lingüístico en el trabajo artístico. Aún estamos en la construcción política del sujeto y creo que es algo clave en un contexto de crisis como el actual.
Ya en “Contarlo todo sin saber cómo”, en el CA2M, propusiste una suerte de exposición sin exposición, con una novela protagonizada por los artistas participantes como catálogo. En esta ocasión, ¿cómo se hará presente Dalí en una muestra sin obra suya? ¿Qué tipo de acercamiento a su personalidad plantearán Cabello y Carceller, Francesc Ruiz y Pepo Salazar?
Dalí es un tono, es un marcador, es un sistema de entrada, es una base. Me apasiona la creación de sujeto público-privado en Dalí. Alguien que sabe muy bien qué tipo de imagen pública debe ofrecer. Una imagen no plana, una construcción en capas. Y hay varios temas que intentaremos destacar, temas que a lo mejor han sido ensombrecidos por la potencia comercial de la obra de Dalí. No tendremos obra, tendremos miradas al sujeto. Y Cabello/Carceller, Francesc Ruiz y Pepo Salazar no van a realizar necesariamente un trabajo sobre o a partir de Dalí. Son ellos y es su trabajo, pero hay algunas conexiones y links que nos sirven para -también- tejer otra historia del arte contemporáneo. Allí estarán, pero sería algo estúpido pedir a los artistas que “ilustraran” algo. Y menos en Venecia. En Venecia lo importante son los artistas y la potencia de su trabajo, la Bienal tiene una función clarísima en el entramado artístico internacional. La idea es tejer algo así como un discurso basado en saltos en el tiempo pero siendo conscientes de cada posición.
En esta edición hacemos un cambio importante en lo que refiere a la concepción temporal del Pabellón. Tres propuestas artísticas en presente y un hálito que aparece y sirve como link entre pasado y actualidad
¿Qué papel tendrá el formato entrevista en “Los sujetos”?
Me gusta pensar en las distintas aproximaciones y usos de las exposiciones. Meter entrevistas en una exposición, y en este caso en el pabellón, permite ofrecer otro tipo de contacto con los contenidos. No es lo mismo leer un texto que ver a alguien hablar sobre un tema. Hay algo de proximidad en la entrevista que la acerca a ese tipo de tono de cuidado, en el que te estás acercando a quien quiera acercarse. Y es Venecia, con lo que el tipo de consumo de la exposición es muy particular, tienes que encontrar un primer contacto. Las entrevistas son una vía para ello, así como son una vía para manifestar el tipo de aproximación que queremos hacer al sujeto Dalí, a las miradas sobre el sujeto. Bueno, ya veremos cómo salen. También aquí hay riesgo, que es algo que me interesa.
Suponemos que esperas la pregunta: en tu opinión, ¿qué función deben desempeñar los pabellones nacionales en el contexto de la Biennale?
Lo que está clarísimo es la función que los pabellones nacionales desempeñan en Venecia. No sé si es la que “deben” desempeñar pero son muchos años y una tradición que conlleva que hay una base con la que trabajar. Es representación a máximo nivel, es visibilidad para trabajos artísticos, es generar interés internacional. Y hay una enorme cantidad de público, no nos olvidemos. Público primero profesional y después general. Y en paralelo está la percepción “local” en cada país de origen. Lo que pasa en Venecia afecta y mucho en los distintos contextos artísticos locales o nacionales. Nosotros tenemos una bonita tradición destructiva común que implica que en Venecia básicamente vas a recibir de todos lados, también es importante asumirlo antes de empezar. Podemos hacer ajustes o desajustes, pero es clave reconocer el contexto en el que te metes o estás perdido.
Por las noticias que tienes, ¿a qué otros pabellones de la Biennale nos recomiendas prestar atención?
En Venecia hay dos tipos de pabellones: los celebrativos y los de descubrimento. Si vamos a reconocer nos perdemos la segunda opción, así que en el momento actual no puedo descartar nada. En momentos de visita en una bienal tienes que estar muy atento y abierto a la sorpresa, también las informaciones previas o las directrices pueden conllevar que pierdas la capacidad crítica en la recepción, con lo mejor estar algo distanciado de las listas de lo que se tiene que ver… aunque todo se andará, se define de un modo informal e in situ.
¿Puedes hablarnos de tus próximos proyectos? ¿Qué repercusiones esperas que este comisariado del Pabellón español tenga en tu carrera?
Ni idea. Soy freelance. Trabajo en presente y no soy demasiado bueno haciendo planes futuros. Ya me encantaría tener una buena táctica, pero me meto “demasiado” en cada proyecto cuando estos están sucediendo como para estar en el siguiente paso. Creo que mis hijos en algún momento me lo echarán en cara, ya que evidentemente trabajar como freelance implica un enorme factor de inseguridad.
¿Podrías recomendarnos cuatro o cinco artistas jóvenes a los que seguir la pista? ¿y algunas publicaciones sobre crítica y comisariado que te resulten especialmente interesantes?
La etiqueta de “joven” en los artistas empieza a preocuparme. No consideraríamos a Tino Sehgal como joven aunque algunos le podrían meter en este saco. No lo sé, así a bote pronto: Regina de Miguel, Teresa Solar, Rubén Grilo, Alex Reynolds, Ana García Pineda, David Bestué, Núria Güell… pero no es una lista pensada, podría seguir con veinte nombres más y sería igual de injusto. Respecto a publicaciones sobre crítica y comisariado: Me apasiona la escritura de Chris Kraus, me gusta el estilo de Dave Hickey, vuelvo de vez en cuando a un libro de Pavel Büchler de 1999, “Chronology” de Daniel Birnbaum es fascinante, Dorothea von Hantelmann ha dado en el clavo al acercar Butler y Austin desde el arte contemporáneo, Nina Möntmann abrió un campo en lo institucional, Peio Aguirre es una de las voces propias que mejor mezclan la crítica desde lo emocional y la teoría “fría”… y después tenemos el campo literario con su metacrítica: Michael Cuningham, Siri Hustvedt, Enrique Vila-Matas, William Gaddis…