NOMBRE: Alejandra
APELLIDOS: Carles-Tolrá
LUGAR DE NACIMIENTO: Barcelona
FECHA DE NACIMIENTO: 1988
PROFESIÓN: Fotógrafa
Tras un tiempo sin hablar de fotografía en Fichados (Florencia Rojas fue la última artista en esta sección que trabajaba fundamentalmente en esta disciplina), hoy profundizaremos en la obra de una autora barcelonesa que, tras graduarse en Sociología en la Universidad de Barcelona y cursar un Máster en Fotografía en el Massachusetts College of Art and Design de Boston, no ha dejado de servirse de la cámara para ahondar en las relaciones entre el individuo y la sociedad, en las identidades propias y las grupales.
El pasado 2018 ha sido para ella un año intenso en lo que a exposiciones se refiere: presentó una individual en la Galería Fifty Dots de Barcelona, la sala que la representa, y participó en muestras colectivas organizadas por la Jerwood Gallery británica, el Jardín Botánico madrileño (en el marco de PHotoESPAÑA), Cosmos (Arlés), el Forum Stadtpark de Graz, la Portcullis House, de nuevo en Londres, y también la National Portrait Gallery, como seleccionada en el Taylor Wessing Photographic Portrait Prize. Esta última exposición permanece aún abierta, hasta el 27 de enero. También ha mostrado su trabajo en citas como el PhotoEast Festival de Ipswich, el SKG Bridge Festival griego, el Voies Off Festival de Arlés (de la mano de Fifty Dots) o el Unseen Festival de Ámsterdam.
Antes presentó individuales en la Academia de Bellas Artes de Sabadell (2014), el Rhode Island College (2015) y en la sala Rétine Argentique de Marsella (2017) y se sumó a colectivas en la Universidad de Boston, la Powerhouse Gallery neoyorquina, Valid Foto Bcn Gallery, el Photographic Center Northwest de Seattle, el Flash Forward Festival de Boston, el Festival Circulation(s) parisino, el Festival Pa-ta-ta de Granada, la Galería BAT, la Getty Images Gallery londinense, el Festival de Fotografía de Marsella o el Wuhan Art Museum chino.
Pese a su juventud, el de Alejandra será seguramente un nombre familiar para muchos de vosotros: en 2013 fue finalista en la convocatoria Decubrimientos de PHotoESPAÑA, recibió el segundo premio de la Bienal de Jóvenes Artistas de la Academia de Bellas Artes de Sabadell y LensCulture la señaló como una de los 21 fotógrafos jóvenes y emergentes a los que seguir la pista entonces. En 2014 resultó ganadora en el certamen Documentary: The 19th Annual Exhibition del Photographic Center NorthWest estadounidense y en 2015 fue finalista del Fotofestiwal Grand Prix de Lodz y semifinalista en la Outwin Boochever Portrait Competition de la National Portrait Gallery estadounidense; en 2016, obtuvo una mención de honor en Pa-ta-ta por su serie The Beards, de la que luego hablaremos, y fue finalista en los Renaissance Photography Awards británicos. Por último, en 2017 fue una de las gandoras de la Flash Forward Competition de la Magenta Foundation y de los Jerwood/Photoworks Awards y, ya el año pasado, resultó seleccionada para sumarse a la plataforma Futures de PHotoESPAÑA.
Esta semana fichamos a esta fotógrafa, que vive y trabaja en Reino Unido, porque creemos que ha desarrollado una mirada propia y enriquecedora, sólida en los últimos cinco años, sobre asuntos atemporales como la relación compleja entre individuos y grupos, la necesidad de pertenencia y respaldo o el poder de las sociedades para determinar rasgos de las identidades de sus miembros y viceversa.
Preguntamos a Alejandra por sus comienzos como fotógrafa, muy ligados en su caso a esos intereses y a sus estudios de sociología: Siempre me ha fascinado entender cómo las identidades son creadas y definidas por nuestro entorno, así como explorar temáticas de pertenencia y de identidad grupal. Esa fascinación me llevó a estudiar teatro y sociología primero, y más adelante, fotografía. Mientras estudiaba Sociología en la Universidad, sentí la necesidad de utilizar un lenguaje más universal que me permitiera acceder a una audiencia más amplia y variada. La fotografía, que siempre me había interesado y acompañado, pasó a primer término y se convirtió en el medio perfecto para continuar, explorar y expresar mis intereses.
El conjunto de su obra debemos entenderlo desde esa perspectiva: el acercamiento a los nexos profundos entre individuos y colectivos partiendo de grupos concretos en los que esos vínculos son especialmente potentes, a menudo porque nadan a contracorriente de las convenciones, porque son grupos singulares. Así explica Carles-Tolrá el eje temático de su trabajo: A través de mi obra, me interesa explorar la relación entre la identidad individual y la grupal, y en cómo una define la otra. Me atraen grupos con identidades fuertes, identificar y desafiar los estereotipos asociados con los individuos que forman parte de ellos. A lo largo de los años he desarrollado trabajos sobre grupos diversos con el fin de examinar la constante necesidad humana de pertenecer y de definir nuestra identidad a través de la del grupo.
En fondo y forma, sus referencias son muy diversas. Nos habla sobre todo del Barroco y del cine: Mis influencias son bastante amplias y suelen variar en función de lo que esté trabajando en ese momento. Conceptualmente, me inspira mucho la literatura y el cine, y visualmente pinturas, fotografías y vídeos. Algunos ejemplos serían Artemisia Gentileschi, Caravaggio y otros artistas barrocos, Alex Prager, Taryn Simon, las películas de Sofia Coppola y los libros de Junot Díaz. Las pelis de Coppola y sus muchas relaciones posibles con la temática que maneja Alejandra quizá no necesiten muchas presentaciones; Junot Díaz obtuvo hace doce años el Pulitzer por La maravillosa vida breve de Óscar Wao y en su obra se refiere a las dificultades del arraigo del migrante, a la alienación de quien lleva en sí trazos de dos culturas sin sentirse inmerso en ninguna. Taryn Simon, por su parte, ha reconocido más de una vez el peso en sus procesos de trabajo de la sociología o la antropología, al fotografiar a la sociedad, la civilización, como parte de la naturaleza y Prager es una fotógrafa y cineasta que en sus imágenes, planteadas como cuidadosas escenografías, también aborda las alienaciones propias de la vida moderna. En cuanto a Caravaggio o Gentileschi, su huella la encontramos en el tratamiento del claroscuro y la luz de los rostros.
Como decíamos, la fotografía es el centro de la obra de Alejandra, aunque en el camino a su realización la alterna con otros medios: Trabajo principalmente con fotografía aunque también utilizo audio, texto y vídeo durante mi proceso creativo.
Y adentrándonos en su series, ella comienza hablándonos de Fall In, uno de sus trabajos más tempranos, presentado desde Boston a Sabadell: Retrato a un grupo de estudiantes militares del ejército estadounidense. Estos jóvenes se encuentran en pleno proceso de aprendizaje para adoptar una identidad militar como propia, al mismo tiempo que aprenden a definir sus identidades emergentes. Están conformando, dada su edad, su propia personalidad mientras, casi como actores, aprenden a asumir física y mentalmente roles y filosofías fundamentalmente grupales. Las imágenes de Alejandra, además de por sus luces y enfoques de ecos barrocos, destacan por subrayar esa difuminación de las barreras entre el individuo y el colectivo al que se une, visible en el uniforme pero encarnada sobre todo en las miradas.
En The Bears, el proyecto que hace muy poquito pudimos ver en Fifty Dots, retrató a las mujeres que forman parte del equipo femenino de rugby de la Universidad de Brown: Me interesa cuestionar los límites entre la masculinidad y la feminidad y la fuerza y la debilidad. Estas chicas han sumado a la presión intelectual de su rendimiento académico las demandas físicas de un deporte duro pero que también les aporta una comunidad unida de la que formar parte, un grupo que las desafía y que a su vez las fortalece por dentro y por fuera. La elección de este deporte por parte de Carles-Tolrá no fue casual: a menudo tiene un cariz violento y por eso le sirvió para plantearse, como nos decía, no solo las relaciones entre las deportistas y el grupo, también las fronteras entre la elegancia y la dureza, la fuerza y la liviandad. Hay que recordar que solo hace tres años que el rugby femenino es disciplina olímpica.
El último proyecto de la artista, expuesto también internacionalmente (hasta el pasado 22 de diciembre pudo verse en la Galería Belfast Exposed de Irlanda del Norte, en el marco de una exhibición itinerante en relación con su premio Jerwood/Photoworks de 2017) es Where we belong: Examino temas de pertenencia, fraternidad y evasión a través de una Sociedad creada por un grupo de fans de Jane Austen. En esta serie, me interesa además difuminar las líneas entre la realidad y la ficción e invitar al espectador a cuestionarse dónde empieza y dónde termina la performance.
Esa sociedad de la que nos habla Alejandra es la Jane Austen Pineapple Appreciation Society, y sus miembros, que se hacen llamar Janeites, han constituido una auténtica hermandad, con muy sólidos lazos entre ellos. Fotografiándolos, ha estudiado cómo juntos adquieren sentimientos de seguridad y pertenencia, incluso de fortaleza (lo que hoy algunos llaman empoderamiento), y también cómo logran materializar lazos entre el pasado y el presente, y no solo eso, entre la ficción y la no ficción, lo real y lo imaginado. A los espectadores nos corresponde imaginar qué ocurre cuando se cambian de ropa y se deshacen (o no) de sus personajes.
Si nos seguís desde Londres, no olvidéis que una de sus imágenes de Where we belong puede verse aún en la National Portrait Gallery y que Alejandra es una de las fotógrafas que participa en la muestra de retratos a 209 mujeres parlamentarias que, con motivo del centenario del derecho al voto femenino en Gran Bretaña, acoge el Parlamento. El suyo es el de Angela Eagle y en Londres la muestra permanece abierta hasta el 14 de febrero; más tarde viajará a la Open Eye Gallery de Liverpool. Si queréis seguir sus pasos, podéis pasar por aquí: www.alejandractr.com
