Con motivo de su quinto aniversario, la entidad rastrea la evolución de la escultura moderna a través de 34 obras de su colección
“Escultura/Objecte”
FUNDACIÓ SUÑOL
Passeig de Gràcia, 98
08008 Barcelona
Del 15 de febrero al 1 de septiembre de 2012
De lunes a sábados, de 16:00 a 20:00 horas
Domingos y festivos cerrado
A diferencia de exhibiciones anteriores, ésta se basa exclusivamente en el ámbito de las tres dimensiones. Se pretende hacer una lectura de la evolución de la escultura a lo largo del pasado siglo XX a través de la propia colección de la Fundación y poner de manifiesto la relación existente entre escultura y objeto, dos conceptos opuestos y sinónimos al tiempo, como se explica en el catálogo de la exposición.
Aunque la muestra se ha estructurado sobre el proceso cronológico de la escultura, sus diferentes ámbitos no están ordenados estrictamente en un orden temporal. Se ha dado mayor relevancia a las complicidades que se establecen entre las obras. Del mismo modo, se pretende poner en valor los criterios seguidos a la hora de crear una colección desde el rigor historicista, pero también desde la intuición del coleccionista.
Una imponente obra de Chillida da la bienvenida al visitante. El trabajo expresivo con la materia propio del artista vasco evidencia lo que veremos en el resto de la muestra: todas las piezas que se muestran son claro ejemplo de una concepción muy “escultórica”, en el sentido unívoco de trabajar la materia en el espacio. Junto a ese Chillida, Pan tostado de Claudio Bravo sitúa al espectador ante una de las cuestiones fundamentales que se plantean en la exposición: ¿existe realmente un límite que separe la escultura y el objeto?
La exhibición continúa con tres salas dedicadas a obras de artistas nacionales e internacionales, desde las primeras vanguardias, con Giacomo Balla como principal representante, hasta propuestas que llegan a los años setenta. Gargallo y Julio González constituyen referentes ineludibles de la escultura de vanguardia española, así como Joan Miró, de quien podrá contemplarse un bronce de pequeño formato; se trata de una pieza más tardía que las anteriores, pero también esencial en el contexto de la colección Suñol.
Las obras de Alberto Giacometti, Jean Arp, Lucio Fontana y Alexander Calder son testimonios del eclecticismo que marcó la escultura internacional durante las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Cronológicamente descontextualizada, aunque muy próxima conceptualmente a las obras que lo acompañan, se expone una pieza hecha de caña de bambú del artista catalán Moisès Villèlia con la que rinde homenaje a Giacometti.
El segundo bloque de la exposición está focalizado sobre todo en los años ochenta y noventa. En una de las salas se muestra la obra de dos artistas fundamentales de los ochenta en nuestro país, como son Susana Solano y Jaume Plensa, junto a dos de sus antecedentes más directos, Miquel Navarro y Sergi Aguilar, quienes habían ya iniciado su recorrido artístico en la década anterior. Otra sala está dedicada a un conjunto de obras realizadas también entre los ochenta y los noventa, con algunas excepciones como las de Zush (1964) o Jaume Xifra (1974). El denominador común de estas piezas es su relación con el mundo que nos rodea y con los objetos cotidianos, dos conceptos muy relacionados con la ideología que motivó a los jóvenes artistas británicos de los años ochenta. Tom Carr, Jordi Colomer, Pep Duran, Joan Rom, Bill Culbert, Jaume Barrera, Tonet Amorós y Jordi Sabaté son los autores que se exponen en este contexto.
Finalmente, la obra de Joan Cardells, situada en una sala independiente, alude a la tradición antropomórfica de la escultura con un torso realizado con material desechable, haciendo referencia al caos consumista en el que se estaba adentrando el mundo entrando en los ochenta.
Lucio Fontana
Omaggio alla pillola, 1967
Claudio Bravo
Pan tostado, 1974