Entre luces, sombras y otros fenómenos

San Francisco Museum of Modern Art
El efecto que produce la lluvia sobre el campo, la atmósfera evocadora de una mañana con niebla o la emoción de un atardecer son algunas sensaciones que el ser humano experimenta a veces en profunda comunión con la naturaleza. Sin embargo, son muchas las ocasiones en las que la vida en la ciudad o en determinados lugares con una climatología muy específica o extrema nos impiden disfrutar de la fuerza de los elementos y de los mágicos efectos naturales que se dan en distintas zonas del planeta. Recrear esos fenómenos dentro de una sala de exposiciones y explorar la idea de la percepción y la experiencia que los espectadores adquieren al vivirlos es el fundamento sobre el que pivota el trabajo del danés Olafur Eliasson.
Tras una fructífera carrera, desde que en 1995 terminara sus estudios en la Real Academia Danesa de Arte de Copenhague, Eliasson ha logrado alcanzar un puesto destacado dentro del arte contemporáneo internacional, especialmente desde que en 2003 fuera el encargado de representar a Dinamarca en la 50º Bienal de Venecia. Su trayectoria, marcada por los paisajes de Islandia (de donde procede su familia y un lugar al que siente gran apego) y por la relación entre la naturaleza, la ciencia y la tecnología -pero siempre pensando en el hombre al que va a hacer partícipe de sus creaciones- se repasa ahora en el SFMOMA, en la que es la primera gran retrospectiva de su obra en Estados Unidos. “Take your time: Olafur Eliasson” nos propone un recorrido por catorce años de actividad, incluidos algunos de sus últimos trabajos y los realizados específicamente para esta muestra, en la que, como es ya habitual en las exposiciones del artista, se jugará con los espacios más espectaculares del SFMOMA, así como de aquellos museos por los que viajará con posterioridad: el MoMA de Nueva York y el Dallas Museum of Art. En este sentido, todos los que hayan seguido un poco el trabajo de Eliasson recordarán la singular exhibición que realizó en 2003 en la Turbine Hall de la Tate Modern de Londres, en la que consiguió introducir un impresionante sol que dejaba boquiabiertos a los que llegaban hasta allí. De la misma manera, sus paisajes fotografiados, evocadores del Romanticismo, que nos sitúan ante la inmensidad de la naturaleza, sus representaciones atmosféricas, la luz, el agua, el hielo, la niebla o las rocas volcánicas crean nuevos espacios y nuevas situaciones de las que formar parte, que se debaten entre lo natural y lo artificial, pero de las que nacen nuevas formas de relacionarnos con la naturaleza, que es lo que en definitiva le interesa al artista cuando concibe sus proyectos e instalaciones. No es casual que muchas de sus piezas incluyan en el título el pronombre posesivo your (tu) para poner énfasis en ese interés por invitarnos a participar de sus creaciones, interactuar y hacer nuestro ese espacio. Se descubre aquí la influencia de artistas pioneros en los años sesenta en el manejo de la luz y el espacio como Robert Irwin y James Turrell.
Es posible que, gracias al original trabajo de Olafur Eliasson, hablar del tiempo haya dejado de ser considerado un tema banal en muchas conversaciones

Olafur Eliasson
Inverted Berlin sphere, 2005

Olafur Eliasson
Room for one colour, 1997

Olafur Eliasson
Beauty, 1993