El retrato psicológico

Su obra ya había podido verse con anterioridad en el Museo Correr, pues en 1999 esta institución acogió una exposición donde se mostraron piezas nunca antes vistas del pintor que posteriormente, se exhibieron junto a otro amplio conjunto de obras en la gran restrospectiva que la Tate Modern de Londres realizara tres años más tarde.

Sin embargo, la nueva muestra que presenta el Correr repasa más de cincuenta años de producción de Freud a través de sus obras emblemáticas y de tres piezas recientes que dejan patente el virtuosismo alcanzado por este creador en su meticulosa técnica y su personal manejo del género del retrato.

En su afán por captar la imagen real de sus personajes, y no una representación de ellos, Freud, como su gran amigo Francis Bacon, va más allá de la imagen de los retratados, centrándose en el valor del detalle para adentrarse en el mundo más íntimo de los personajes, logrando así un estilo único.

Las búsquedas de Freud se centran en la indagación de la expresión de los sentimientos y de la naturaleza de las cosas, por ello no representa sólo seres humanos,  sino también a animales, plantas, objetos… de los que le sea posible extraer una imagen cargada de simbolismos antes  desapercibidos.

El propio artista señala que lo que más le interesa es evidenciar los comportamientos humanos a través de su pintura, que ofrece imágenes cotidianas y figuras cargadas de fuerza visual a medio camino entre la simplicidad y la exaltación de su naturaleza más pura. De esta forma, la exposición que presenta el Museo Correr constituye una buena ocasión para apreciar, a través de formatos muy diversos, el género clásico de la pintura traspuesto a la exaltación del psicologismo más contemporáneo.