El Daniel Verbis conceptual que nació en Salamanca

Domus Artium revisa su obra desde los noventa

Salamanca,
Daniel Verbis. Ojito, 1991
Daniel Verbis. Ojito, 1991

La  pintura de Daniel Verbis es ejemplo reciente de la constante reformulación del medio, de su ambigüedad contemporánea. Deseoso de renovarse por sistema, de escapar a clasificaciones rígidas en cuanto se formulan dirigiéndose a él, ha jugado con la representación del espacio y con la incorporación a sus obras de materiales inesperados. Aúna orden y caos, azar y obligatoriedad, en composiciones que son rigurosas y que no debemos interpretar en sus fragmentos sino en su conjunto: dice que el aparato artístico no se reconoce como tal cuando sus elementos se analizan por separado y en la unión de los extremos (de la banda de Moebius) el arte alcanza su identidad.

Hace tres años, con motivo de la primera exposición individual que presentaba en la Galería Pilar Serra, incidía Verbis en esa idea al afirmar que, en su opinión, existen hoy dos tipos fundamentales de pintura: una pintura-fragmento (en donde un detalle se convierte en totalidad) y una pintura-fragmentos (en donde la totalidad se organiza en función de cada uno de sus detalles). La suya hoy busca ser ante todo subjetiva, casi caprichosa, distante de los rumbos habituales de lo objetual figurativo y de lo objetual reivindicativo. Para entenderla mejor tenemos, como siempre, que mirar atrás.

A principios de los noventa, cuando él andaba en la veintena, trabajó en Salamanca, al calor de su Facultad de Bellas Artes y de la Galería ART23CB. Firmaba entonces como Daniel Gutiérrez, D.G. o D.B. y en aquel momento se distanciaba progresivamente de la pintura-objeto para acercarse a la corriente conceptual cultivando trabajos sin objeto material: registros de ideas prácticamente mecánicos.

Aquellas obras salmantinas regresan ahora a la ciudad, de la mano del DA2. El centro presenta hasta agosto “Tramadramas”, una selección de más de cien trabajos de entonces y también más recientes: dibujos realizados sobre muro o sobre papel reciclado, pinturas que responden al estilo con el que hoy lo identificamos, fotografías, esculturas… y cinco intervenciones sobre muro que Verbis ha creado específicamente para este museo. Componen un recorrido que el autor leonés califica como muy personal.

En estas tres décadas el artista se ha adentrado en casi todas las técnicas y los géneros tradicionales, y a menudo los ha combinado, logrando resultados en los que el todo es indisoluble a las partes y las partes al todo, tal como entiende que debe ser –lo decíamos al inicio– en cualquier aparato artístico. En el camino, cuestiona que los límites de cada una de esas disciplinas entendidas autónomamente deban mantenerse hoy y despliega ricos juegos de opuestos: hace convivir el azar y la geometría con una estricta intencionalidad combinatoria, como dice Castro Flórez en el catálogo de la muestra.

Daniel Verbis. El dolor de la carne vulcanizando la mirada nº 1, 2010
Daniel Verbis. El dolor de la carne vulcanizando la mirada nº 1, 2010

Como le atrae la dualidad, ni siquiera se relaja creando desde la mezcla: le preocupa la delimitación formal de las técnicas y la identidad de las partes, porque los fragmentos han de poder entenderse como todos y las obras en su conjunto como partes posibles de una futurible mayor.

Por esa conjunción, casi alquímica, de técnicas, Verbis se refiere a su pintura como camaleónica; también por la multiplicidad de sus referencias, con la naturaleza como punto básico de partida: la cristalografía, la geología, la patología animal y la ramificación vegetal, el injerto y la escisión, el zumbido y la flor… me sirven para concretar la geografía de una pintura camaleónica, de una pintura que con férrea voluntad afirma que el cambio más profundo se explica forzosamente a través de la piel.

Daniel Verbis. Rompe (olas-cabezas-corazones), 2017
Daniel Verbis. Rompe (olas-cabezas-corazones), 2017

Se sirve, asimismo, de la repetición para lograr la transmisión de sus mensajes y de la generación de ilusiones, de trampas visuales, para introducir en su obra el juego y el vértigo. Su uso del color tiene, por su parte, una explicación ornamental.

Hablando de piel, vincula su obra a la individualidad antes que a la tecnología y los nuevos medios: se refiere a una pintura que se distancia del inhumano imperialismo tecnológico, una pintura que con(firma) su singularidad alterando el espacio visual convencional, sin olvidar que ella representa la incógnita indomable de la carne.

Daniel Verbis. El silencio mineral, 2013-2016
Daniel Verbis. El silencio mineral, 2013-2016

 

 

“Daniel Verbis. Tramadramas”

DA2. DOMUS ARTIUM 2002

Avenida de la Aldehuela, s/n

Salamanca

Del 20 de abril al 19 de agosto de 2018

 

 

 

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