María Platero, Edurne Herrán, Nacho Martín Silva, María Revuelta, Rosana Antolí, Inma Herrera, Juan Zamora, Zigor Barayazarra, Antonio Fernández Alvira, Sonia Navarro, Pachi Santiago, Dalila Virgolini, Javier Chozas, Solimán López y Olalla Gómez participan, desde el próximo 5 de marzo y hasta el 1 de mayo, en “El barco de Teseo”, un proyecto comisariado por Nerea Ubieto que podrá verse en la Sala Amadís del INJUVE tras recibir una de las Ayudas a la Creación que este organismo concedió en 2014.
Es la segunda exposición que podemos ver en este centro dedicado a la creación joven tras su reapertura en octubre del año pasado y, pese a la diversidad de artistas y propuestas, podemos decir que todas las piezas que componen la muestra abordan un asunto tan complejo como el de la identidad individual en una sociedad globalizada y digital.
Teseo destacó desde su juventud por su fortaleza y su valentía y decidió dirigirse a Atenas él solo para conocer a su padre desafiando los peligros que podía suponerle el viaje y queriendo emular las hazañas de su amigo Hércules. Sus aventuras podrían llevarnos a cuestionar a fondo la naturaleza de los objetos y en ese sentido suponen el punto de arranque metafórico del planteamiento de esta exhibición, volcada en subrayar hasta qué punto la etapa contemporánea, Internet o los medios de comunicación han transformado nuestra forma de ser y de actuar, nuestras esencias.
Tres secciones relacionadas entre sí estructuran “El barco de Teseo”: Piezas de un mismo barco, dedicada a las capas que componen la personalidad del sujeto y su densidad semiótica; El barco original, que hace referencia a la tendencia del ser humano a generar una imagen subsidiaria de sí mismo con el fin de adaptarse a los modelos establecidos por la sociedad y, por último, Construyendo un nuevo barco, una reflexión sobre la necesidad actual (autoimpuesta o no) de reinventarnos y de actualizar nuestra identidad constantemente, al menos de cara a la galería.
