La Exposición Colombina de Chicago de 1893 puso de moda en Estados Unidos el clasicismo monumental, pero a Frank Lloyd Wright lo que más le interesó de aquella muestra fueron las líneas sencillas del pabellón japonés, y esa influencia se mantuvo siempre en su trayectoria.
El gran impulso a su carrera lo obtuvo al publicar, en 1901 en el Lady´s Home Journal, dos proyectos residenciales ideales: Un hogar en una ciudad de la pradera y Una casa pequeña con mucho espacio dentro, y en ambos establecía los principios de una arquitectura residencial suburbana novedosa en lo técnico, lo formal y lo funcional. Propugnaba casas modernas, cómodas y prácticas (respondiendo a las demandas de sus clientes, la burguesía de Chicago), y también innovaciones técnicas como la integración de la calefacción, la iluminación o la fontanería en los elementos constructivos.
Pero su mayor renovación era formal: apostaba por las plantas abiertas en dos ejes paralelos o perpendiculares, las volumetrías complejas articuladas con grandes cubiertas con poca inclinación y aleros amplios en voladizo y los espacios interiores interconectados, con distintas alturas, y organizados en torno a un núcleo central de escaleras y chimeneas.
Plasmó estos principios en la Casa Williams, los enriqueció en las casi palaciegas casas Martin y Coonley y los culminó en la Casa Robie, considerada paradigma de la transformación provocada por Wright en la arquitectura residencial de EE.UU. Los vecinos la llamaron “barco de guerra”, pero se trata de una de sus obras maestras. Se reparte en tres plantas sin sótano que se reflejan al exterior en un volumen complejo y articulado, con amplias cubiertas de poca pendiente.
Wright también diseñó el mobiliario, con su característico estilo de líneas rectas, con sillas de altos respaldos y mesas sólidas de geometría cúbica que evocaban a Mackintosh y Hoffmann.
La casa es hoy Monumento Nacional y propiedad de la Universidad de Chicago, y uno de los proyectos de Wright estudiados en “Frank Lloyd Wright at 150: Unpacking the Archive”, la muestra que el año que viene, entre junio y octubre, presentará el MoMA neoyorquino para celebrar el 150º aniversario del nacimiento del arquitecto y ayudarnos a conocer su obra polifacética.
Estará formada por cerca de 450 obras, entre planos arquitectónicos, modelos, filmes, programas de televisión, medios impresos, muebles, vajillas, textiles, pinturas, fotografías y álbumes de recortes, junto con una serie de obras que rara vez o nunca han sido expuestas al público.
Articulada como antología, se dividirá en una docena de secciones y presentará fondos del archivo de Wright, del propio MoMA y de otras colecciones. El objetivo de la exposición es abrir la obra de Wright a la investigación crítica y el debate e introducir a los expertos y el público en general a nuevos puntos de vista e interpretaciones de la producción de este arquitecto extraordinario.
“Frank Lloyd Wright at 150: Unpacking the Archive”
MoMA. THE MUSEUM OF MODERN ART
Del 12 de junio al 1 de octubre de 2017
