El 2016 fue un año agridulce para el Museo del Louvre: sus visitas descendieron cerca de un 15% (aproximadamente en 1,3 millones de personas), probablemente a causa de los atentados yihadistas del pasado noviembre y de su cierre durante cuatro días con motivo del desbordamiento de Sena, dado que la inmensa mayoría de quienes acuden a París a conocer este centro son extranjeros, un 70%. Pero otras cifras sí son positivas: en ese mismo porcentaje, un 70%, los visitantes se mostraron satisfechos con la experiencia, y en las redes el Louvre continúa barriendo: es el centro de arte más seguido en Facebook a nivel internacional, con 2,3 millones de amigos; también en Twitter, con más de un millón de followers, y continúa siendo el más geolocalizado en Instagram.
Virtualidad aparte, vamos a hablaros de “Corps en mouvement. La danse au musée”, la muestra que hasta el 3 de julio presenta la Petite Galerie del Louvre en la que es su segunda temporada de actividad. Se trata de un espacio dedicado a la educación cultural que esta vez nos introduce en la representación artística de los cuerpos en movimiento y de la danza en un proyecto comisariado por el coreógrafo Benjamin Millepied junto al director del Louvre, Jean-Luc Martínez.
Conforman la exhibición setenta obras fechadas entre la antigüedad y el s XX y prestadas, en muchos casos, por el Museo Rodin, el Museo de Orsay y el Centro Pompidou, que desvelan las distintas soluciones que han ofrecido artistas de todos los tiempos al desafío de representar el cuerpo en acción, en muchas ocasiones aludiendo también a los movimientos o impulsos del alma: es interesante comprobar las convenciones aplicadas a la asociación de determinados gestos y actitudes.
Aunque recoja obras de todas las etapas históricas, “Corps en mouvement. La danse au musée” dedica un capítulo especial al tránsito del siglo XIX al XX, a las danzas que llevaron a sus pinturas Degas y Rodin y a la incidencia en el campo de las artes plásticas de la fase dorada de la danza moderna que supuso la irrupción de los bailarines revolucionarios Loie Fuller, Isadora Duncan y Nijinsky, que propusieron una ruptura gestual y radical con el ballet clásico.
Con el fin de atraer a un público amplio y de cumplir con el enfoque didáctico de las propuestas de la Petite Galerie, la muestra se acompaña de numerosos textos explicativos y de herramientas de mediación que nos invitan a prestar atención a detalles que podrían pasarnos desapercibidos. Además, si os descargáis la app Petite Galerie podréis disfrutar de disertaciones de algunas piezas a cargo de Millepied.
¿Queréis saber con qué muestras nos deleitará este año el mayor museo francés? El próximo jueves abre una articulada a partir de sus fondos en la que repasará sus ocho siglos de historia, el 22 de febrero abrirá tres dedicadas al arte del siglo de Rembrandt en la Colección Leiden, al caravaggista Valentin de Boulogne y a Vermeer y los maestros de la pintura de género y, ya desde el 16 de marzo, presentará una exposición dedicada a los dibujos (también de género) del Siglo de Oro holandés.
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: