Coincidiendo con la celebración de la Semana de la Arquitectura, el Museo ICO presenta, hasta el 22 de enero, un repaso por los principales proyectos de Cruz y Ortiz en una muestra que no se ha concebido como retrospectiva sino como reivindicación del trabajo a pequeño escala de este equipo de arquitectos y de la variedad de necesidades ciudadanas a las que su obra se acomoda: el eje de esta exhibición son las maquetas, dispuestas sobre largas mesas blancas acompañadas de croquis, planos, dibujos e imágenes de sus edificios terminados para que podamos acercarnos a la evolución de su proceso de trabajo desde su fase conceptual hasta la finalización.
Una segunda parte de la muestra, comisariada por Jesús Ulargui, consta de dos vídeos, uno de ellos dedicado a la remodelación del Rijksmuseum de Ámsterdam, y de cinco fotografías a gran escala de José Manuel Ballester, que ha trabajado para algunas de sus imágenes arquitectónicas en proyectos de Cruz y Ortiz.
Aunque los edificios elegidos para ser estudiados en la exhibición se dividen en proyectos esenciales, destacados, de geometría curva, con geometrías quebradas y aquellos en los que predomina el espacio interior, los cuatro a los que se presta más atención en la exposición del ICO son la estación sevillana de Santa Justa, el edificio de viviendas de la calle Doña María Coronel, también en la capital andaluza; la citada ampliación del Rijksmuseum o el nuevo estadio del Atlético de Madrid, ejemplos de su trabajo a muy distintas escalas, porque Cruz y Ortiz han llevado a cabo desde grandes infraestructuras a escuelas, museos, viviendas unifamiliares, estaciones y estadios.
Las viviendas de María Coronel se levantaron sobre un solar muy irregular en el centro de Sevilla empleando materiales tradicionalmente andaluces. El gran desafío fue resolver la geometría del perímetro, asunto solventado gracias a un patio que concentra la superficie libre y que delimitó las zonas a ocupar por las viviendas y la situación de las escaleras. El vacío como eje.
Quienes conozcáis Santa Justa seguramente os habréis fijado en que parece una estación término, construida sobre el haz de vigas. Las seis naves que cobijan los andenes se unen en un único espacio transversal que comunica con el vestíbulo y la marquesina de entrada, y esa secuencia espacial es reforzada mediante la circulación de la luz, aunque la solución estructural escogida no se evidencie en los sistemas de cubiertas, diferenciadas.
Por su parte, el proyecto de Cruz y Ortiz para el Rijksmuseum dotó al centro holandés de un espacioso hall central de piedra caliza en el que se unen los patios, donde aparecen suspendidos los célebres chandeliers. A partir de este espacio se inician los recorridos hacia las zonas expositivas. Aunque no se pudo ejecutar la entrada única al museo prevista, por las quejas de asociaciones ciclistas, esta opción permite ofrecer un espacio de recepción adecuado a los visitantes del museo.
Y La Peineta, el nuevo estadio del Atlético de Madrid, quedará finalizada en agosto del año que viene. Los arquitectos trabajaron en la proyección de un estadio de fútbol que pudiera ser transformado después en estadio de atletismo (en caso de que Madrid fuera alguna vez elegida sede olímpica), procurando a su vez el mayor acercamiento posible de los espectadores al terreno de juego. Han construido un nuevo graderío perimetral sobre una crujía, y en él se concentrarán los accesos de público, los palcos y todos los servicios del estadio. Al exterior esta intervención se mimetizará con el estadio actual, resultando un edificio de perfil muy horizontal que genera un impacto mínimo en el entorno.
La firma Cruz y Ortiz se fundó hace ahora cuarenta y dos años en Sevilla, y allí continúa teniendo su sede principal, en la que trabajan una treintena de personas, aunque en 2002 abrieron oficina en Ámsterdam, para ocuparse in situ de los proyectos desarrollados en Holanda, y también cuentan con estudios en Lugano y Madrid.
Los autores de la próxima remodelación del Salón de Reinos del Museo del Prado, que representaron a nuestro país en la Bienal de Arquitectura veneciana en 2014, tienen especialmente en cuenta a la hora de afrontar sus obras el empleo adecuado de los materiales (adecuados), la cultura del lugar donde los edificios se asientan, y, desde luego, las necesidades del cliente.
