Concha Jerez, Premio Nacional de Artes Plásticas 2015

El galardón le llega por su labor pionera en el uso de la tecnología en el arte

Madrid,
Concha Jerez y José Iges. Viaje a ninguna parte
Concha Jerez y José Iges. Viaje a ninguna parte. Tabacalera, 2015

 

La artista canaria Concha Jerez ha sido reconocida hoy por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con el Premio Nacional de Artes Plásticas 2015, dotado con 30.000 euros.

Un jurado formado por Miguel Angel Recio, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas; Begoña Torres González, subdirectora general de Promoción de las Bellas Artes; Jordi Teixidor de Otto, Premio Nacional de Artes Plásticas 2014; María de Corral, crítica de arte y comisaria independiente; Beatriz Espejo Arce, responsable de arte de la revista El Cultural de El Mundo; João Fernandes, subdirector de Conservación e Investigación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; Ignacio Moreno Segarra, historiador del arte y crítico; José Luis Pérez Pont, crítico de arte y comisario; y Belén Poole Quintana, directora del Centro de Arte de Alcobendas han valorado en Jerez “su dimensión pionera en el uso de tecnologías, por ser representativa de una generación de artistas que ha marcado el tránsito de la era analógica a la cultura digital, con sus investigaciones, creaciones e innovaciones” y “su transformación del lenguaje artístico en el uso de diferentes formatos, desde lo escrito a lo audiovisual pasando por lo sonoro y por su constante conciencia crítica que expresa una fecunda relación entre el arte, la cultura y la vida de nuestro tiempo”.

A comienzos de este año y junto a José Iges, presentó en la Tabacalera madrileña “media_mutaciones”: un repaso a dieciocho proyectos, dos de ellos recientes y pensados específicamente para ese lugar: paisajes audiovisuales y sonoros que utilizaban el lenguaje de la prensa, la radio, la televisión o Internet para subrayar las tensiones y distancias entre la realidad, compleja per se, y el lenguaje que la representa. Un año antes, el MUSAC le dedicó una retrospectiva amplia que hacía hincapié en la relación de sus trabajos con los medios de comunicación.

Jerez se licenció en Ciencias Políticas, pero en los setenta comenzó a dedicarse al arte profesionalmente, desarrollando fundamentalmente instalaciones de gran formato, y, ya desde los ochenta, performances. Más tarde, en los noventa, llegaron los conciertos multimedia y la creación de obras de arte radiofónico destinadas a emisoras internacionales.

La artista suele apropiarse de objetos de uso habitual en nuestra sociedad para desvincularlos de su contexto y asociarlos, tanto con otros objetos semejantes, como con sonidos, textos o fotografías para generar significados y reflexiones vinculadas al estudio de los mecanismos de las relaciones basadas en el poder, la violencia, la falta de libertad o la vigilancia que nos pasa desapercibida.

Entre los centros internacionales que coleccionan obra suya se encuentran, entre otros, el Moderner Kunst Museum de Nörkoping (Suecia), el Museo Vostell de Malpartida, la Staatsgalerie de Stuttgart, el Museum Wiesbaden, ARTIUM, el Museo Reina Sofía, el Museo de Bellas Artes de Santander, el Museo Jovellanos, el Museo de Villafamés, la Fundació Caixa de Pensions de Barcelona, la Colección Comunidad de Madrid, Caja Burgos, ña Biblioteca Nacional, el Brigitte March de Stuttgart o el Schüppenhauer de Köln.

 

 

 

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