Encontrarlo todo en casa: Inés Figaredo se estrena en la Galería Cayón

La madrileña Galería Cayón alberga, hasta el próximo enero en sus dos sedes de la calle Blanca de Navarra, su primera muestra de Inés Figaredo: “Casa”. Consta de medio centenar de obras inéditas, todas realizadas por esta autora en los últimos años y en la calma de su propio domicilio.

Conjuga en ellas objetos antiguos, y por tanto poseedores de historia, neones, bordados y otros materiales cotidianos, muchos ligados a la memoria y a diversas formas de simbolismo.

Figaredo, madrileña de 1976, no se introdujo en la actividad creativa a través de las vías formativas habituales, sino tratando de que le ayudara a ordenar y entender su propia vida. Esta muestra, de hecho, es el fruto de una suerte de confinamiento doméstico intencionado, en el que su vivienda ha sido para ella un refugio en el que establecer un diálogo personal con los objetos, los espacios y los nexos familiares. Cada una de las piezas surgió de una vivencia o situación imaginada, que esta artista traducía en enseres intervenidos o en ensamblajes simbólicos de resonancias narrativas y emocionales. En ellos se aúna lo literal y lo simbólico, lo tradicional y lo artificial; en ocasiones, también la herida y la reparación.

Inés Figaredo. Sin título, 2025
Inés Figaredo. Sin título, 2025

Explica Figaredo que concibe la casa como la experiencia fundamental de la existencia humana, el espacio originario y sensorial de identificación. Y, por tanto, su pérdida como la pérdida del mundo. En la reflexión sobre los lazos entre el individuo y el entorno, considera primordial el examen a la intimidad: La casa es ese primer recibimiento, aquel espacio originario que permite la construcción de uno mismo, de regreso constante a sí, donde el hombre puede entender su propia identidad y afrontar el abismo de la sociedad. La casa se convierte en condición para poder ser.

Su clausura tuvo que ver en que percibiera en sus estancias relaciones potenciales de otro modo desapercibidas. Y posibilidades de fantasear desde lo más próximo: Habitando (siempre) en casa caigo en una suerte de perpetua ensoñación donde son determinantes una particular convivencia con los objetos (y su naturaleza) con los que coexisto y la impronta que dejan en mí. Gracias a la conversación que se genera, surge una imaginación dinámica y creativa intrínsecamente vinculada a la relación con un espacio vivido. Lo material y lo simbólico se confunden. Cada cajón te rescata del olvido, el pomo de una puerta te invita a entrar en un espacio de abstracción.

Sus piezas son, a un tiempo, artefactos creados y arqueología.

Inés Figaredo. Casa. Galería Cayón
Inés Figaredo. Casa. Galería Cayón

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