Bourgeois frente a sus demonios

Louise Bourgeois. CELL (BLACK DAYS), 2006. Cortesía de Hauser & Wirth y Cheim & Read Foto: Christopher Burke, © Louise Bourgeois Trust

Una muestra en La Casa Encendida repasa la producción de la artista francesa durante sus diez años finales

Madrid, 18/10/2012


“HONNI soit QUI mal y pense”

LA CASA ENCENDIDA
Ronda de Valencia, 2 28012
Madrid
Del 19 de octubre de 2012 al 13 de enero de 2013
De lunes a domingo, de 10:00 a 22:00 horas

La Casa Encendida abre mañana al público la muestra “HONNI soit QUI mal y pensé” (lema de la Orden de la Jarretera que podría traducirse como Que el mal caiga sobre aquel que piense mal). Está centrada en los últimos diez años de creación de Louise Bourgeois y ha sido comisariada por Danielle Tilkin, como su anterior exposición en el Museo Reina Sofía. Bourgeois citó esta enigmática frase en uno de sus autorretratos.

En la exhibición (que ocupa todos los espacios de La Casa, volcada en su décimo aniversario) afloran los temas que obsesionaron a la artista gala a lo largo de toda su trayectoria, tratados de forma exhaustiva, sin concesiones y contemplados desde la distancia que da la experiencia. El público podrá contemplar un total de sesenta trabajos; la mayor parte de ellos inéditos en España, puesto que sólo dos de ellos habían podido verse en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. Un tercio de ellos nunca se habían expuesto tampoco internacionalmente. Las piezas (esculturas, dibujos, celdas-células, grabados sobre tela, ensamblajes o remiendos) proceden del legado de Bourgeois e integrarán los fondos de su futura Fundación en Nueva York, institución que, por cierto, albergará también un Centro de Estudios donde podrá consultarse la obra escrita de la artista.

Louise Bourgeois. HONNI SOIT QUI MAL Y PENSE: I SEE YOU!!! (#5), 2009. Cortesía de Hauser & Wirth y Cheim & Read Foto: Ben Shiff, © Louise Bourgeois Trust

Las obras de esta muestra, como el resto de su producción, desafían convenciones, prejuicios, modas e ideas preconcebidas, pero también invocan memorias pasadas relativas a los dramas emocionales y psicológicos gestados en la familia, sobre los que siempre reflexionó. No dio puntada sin hilo: lo vemos en las frases hechas y proverbios de intención sagaz que aderezan buena parte de las piezas.

Louise Bourgeois. LADY IN WAITING, 2003. Cortesía de Hauser & Wirth y Cheim & Read Foto: Christopher Burke, © Louise Bourgeois Trust

Según Jerry Gorovoy, su colaborador durante tres décadas, si algo diferencia a su última etapa de los periodos anteriores es una rebaja en el tono: “Casi todo esta creado a partir de camisas, vestidos, telas. Se expresa de una forma más suave, a diferencia de periodos anteriores en los que utiliza el bronce o el mármol, que materializaban su miedo a ser abandonada. Sus últimas obras son más conciliadoras… Louise quiere volver a su infancia y a la protección de su madre. Es una etapa menos agresiva, aunque en algunas de sus obras no lo parezca”. Infatigable hasta su muerte, trabajar ayudó a Bourgeois a calmar ansiedades y exorcizar miedos.


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