Vive en un ambiente familiar propicio al arte. Su padre es conservador del Museo de Córdoba y Director de la Escuela de Bellas Artes de la misma ciudad desde 1871, donde él estudia. En 1907 emprende un viaje a Marruecos, Italia, Inglaterra, Francia y Bélgica junto con Iturrino, su hermano Enrique, también pintor, y el poeta cordobés Belmonte Müller. En 1908 los rasgos de su obra están bastante definidos, cerca del simbolismo , con predominio de lo literario y las características figuras femeninas morenas en las que se funden la sensualidad y el sentimiento religioso. Recibe la medalla de oro de la Exposición Nacional de Bellas Artes con Musa gitana (1908) y se traslada a Madrid para impartir clases sobre indumentaria en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado. Su estudio se convierte en centro de reunión de pintores e intelectuales; por él pasan Gregorio Marañón, Manuel Machado, Zuloaga, Galdós, Penagos, etc. Es el pintor por excelencia de la tradición y la mujer andaluzas, cuya fama se consolida en un viaje a Argentina en 1922. Allí se encuentra gran parte de su obra en colecciones privadas, mientras que en España la mayor parte se conserva en el museo que lleva su nombre en la ciudad de Córdoba.