Creador de difícil clasificación, en sus instalaciones conviven la figuración y la abstracción, la tradición y la modernidad, y se interrelacionan la fotografía, el video y la escultura. La figura humana, y fundamentalmente el rostro, casi siempre en forma de máscara o de careta, es motivo recurrente en sus obras. Esta faceta le acerca a la obra de artistas como Brancusi , Man Ray o Bruce Nauman y a algunas propuestas del arte conceptual . Una de sus obras más conocidas, Rotadores (1997), constituye una investigación sobre el movimiento y el tiempo a través de la manipulación de grandes fotografías y de diapositivas de personajes estáticos. La misma preocupación sobre la percepción tiempo y del movimiento se trasluce en el video Movimiento en Danza y en la instalación Agua. Dentro de sus individuales destacan Rotadores (1997) y CENTRO (2001), ambas en la galería DV de San Sebastián. En 1996 fue ganador junto a Ana Laura Aláez y Francisco Ruiz Infante del Premio Gure Artea.