Sus inicios están ligados al paisajista Lluís Graner, con quien estudia pintura junto con Nonell, a quien le une una gran amistad. Juntos se matriculan en la Escuela de La Lonja e inicia su trayectoria pictórica con los artistas de La Colla del Safrà, un grupo de pintores interesados en los paisajes de las afueras de Barcelona. A esta época pertenece La catedral dels pobres (colección particular, Barcelona, 1898), lienzo que refleja de manera realista a un grupo de mendigos a las puertas de la Sagrada Familia de Gaudí. A finales de 1899 inicia una larga estancia en Mallorca, donde se traslada junto a Santiago Rusiñol: aquí entra en contacto con el pintor belga William Degouve de Nuncques, quien le introduce en la estética del simbolismo. Se convierte entonces el color en el elemento más importante de sus paisajes; dispuesto de manera espontánea, se conforma como un puzzle de colores de generosos empastes que le emparenta con los pintores fauvistas. En 1905 es ingresado en el Instituto Pere Mata de Reus debido a un proceso depresivo, instalándose a su salida en 1906, con sus padres en Tarragona. Son años de producción solitaria en los que alcanza gran madurez artística y en los que se interesa progresivamente por el valor de la forma, sin olvidar los valores cromáticos. Maspujols (colección particular, Barcelona, 1907 1913) y La bassa nova (Museu d`Art Modern, Barcelona, 1907 1913), pertenecen a esta época. Colaborador de Els Quatre Gats como ilustrador, en 1930 recibe una medalla de honor como reconocimiento a su obra, producción que puede verse tanto en exposiciones nacionales como internacionales, apreciándose en ella la originalidad de un artista abierto al expresionismo del color. En 1974 el Museu d`Art Modern de Barcelona, ofrece una exposición retrospectiva de su obra. La Plana, paisaje terraconense (1925 1928) y la Encina y la Vaca, Museo Reina Sofía de Madrid (1915), son ejemplos destacados de su obra.