Se educa en el convento carmelita del Carmine donde recibe sus votos, permaneciendo aquí hasta 1432. Allí admira los frescos de Masolino y de Masaccio que influyen en su obra temprana. Hacia 1440 su estilo cambia de dirección: se hace más lineal y preocupado por los motivos decorativos. Recurre con frecuencia al tema de la Virgen y el Niño, que a veces tienen forma de “tondi”, pintura de formato circular, y a la “sacra conversazione”, en la que todos los personajes sacros están dispuestos en una misma escena. Su huella es perceptible en la obra de Botticelli, siendo fuente principal de la segunda oleada de prerrafaelistas. La coronación de la Virgen (1441 – 1447), Galería de los Uffizi, Florencia, se encuentra entre sus mejores obras.