Estudia en la Akademie der bildenden Künste de Munich. Se mueve indistintamente en medios como la pintura, la escultura o la fotografía de formato monumental. Buena parte de sus ciclos fotográficos se centran en referentes arquitectónicos, mientras que sus pinturas, casi siempre obras sobre tabla de gran envergadura, juegan a dominar la pared y a interaccionar con el espacio circundante. La importancia que los campos monocromáticos de color tienen en su obra ha llevado a considerarlo un artista cercano al minimalismo. No obstante, su aproximación a esta corriente también lleva implícito un ingrediente crítico que quiere llamar la atención sobre el fracaso de los ideales de la modernidad. Esta preocupación por la crisis del mundo contemporáneo es rasgo que comparte con otros creadores alemanes de su generación, que al igual que Förgg debieron enfrentarse al doloroso legado de su país al finalizar la Segunda Guerra Mundial.