Chanteloup, 1908 – L’Isle-sur-la-Sorgue, 2004.
Fotógrafo y pintor francés.
Viajero incansable e inventor del fotoperiodismo, a lo largo de toda su dilatada carrera ha intentado captar al mismo tiempo el significado de un hecho y la organización de las formas que lo manifiestan. Pionero en el uso de la cámara de pequeño formato, una Leica, su objetivo es mostrar la vida, tanto los grandes acontecimientos como la vida cotidiana de seres anónimos. Su obra combina espontaneidad y humanidad prestando una especial atención a la forma y la composición. En Cartier-Bresson influyen los métodos del cubismo sintético, tanto en el valor conferido a la luz como en las relaciones tonales, heredadas del pintor André Lhote. Miembro fundador de Magnum, su obra ha sido de gran influencia para las generaciones posteriores de fotógrafos. En su libro The Decisive Moment (1952), nos deja testimonio de su concepción de la fotografía: “fotografiar es colocar en el mismo punto de mira la cabeza, el ojo y el corazón”. En el 2004, la Martin Gropius Bau de Berlín le dedica una improtante retrospectiva y en la ciudad de París se encuentra la Fondation Henri Cartier-Bresson, institución que protege, investiga y difunde su obra.