El vídeo, la escritura y el sonido son medios de trabajo habituales del artista leonés Álvaro Laiz, pero se ha especializado en fotografía antropológica y ambiental y hace un lustro publicó un primer libro a partir de sus imágenes, The Hunt (Dewi Lewis/RM 2017), la reconstrucción de un relato, con reminiscencias de Moby Dick, sobre la lucha de un hombre contra el mayor depredador de la Jungla Boreal: el tigre siberiano. La obra se presentó en Les Recontrès de Arlès de 2017 y fue seleccionada por el British Journal of Photography como “Best of 2017”; su producción también ha sido reconocida por los Sony World Photography Awards, World Press Photo, Visura o la Fundación Cerezales.
Desde hoy podemos adentrarnos, en el Museo Universidad de Navarra, en su proyecto “The Edge”, que nos propone un viaje desde el estrecho de Bering, entre el extremo oriental de Asia y el noroccidental de América, y la Tierra de Fuego, en el punto austral de América del Sur; una travesía en el espacio, pero también en el tiempo, que se presenta al público ahora por primera vez y que es fruto de su participación en el programa Tender puentes, que propone a los artistas inspirarse en los fondos de este centro pamplonés.
En la propuesta de Laiz se entrelazan naturaleza, tecnología y culturas tradicionales y se nos invita a repensar la huella humana en el paisaje y nuestros modos de relacionarnos con el entorno; su título, como este autor explica, evoca espacios de encuentro y también de tensión: Es la versión inglesa de kromka, el vocablo ruso para definir el punto en el que se juntan el hielo, el mar y la tierra. Es la forma que tienen los chukchi (los habitantes de región siberiana de Chukotka) para referirse a este lugar que está constantemente en cambio, donde también cazan ellos, los osos polares…, un lugar de encuentro y de conflicto potencial. Aunando con tintes líricos memoria y ciencia (esta última, a través del análisis de datos de la genética de poblaciones) y también técnicas diversas (fotografías, videoarte e instalaciones), el discurso de la exhibición conecta con las actuales lecturas de los procesos migratorios en el conjunto del continente americano y también con nuestros planteamientos recientes sobre los vínculos humanos con otras especies y con la misma Tierra.
El inicio de The Edge data de 2016, con los primeros viajes del artista por Rusia, Estados Unidos y Centroamérica, desde donde siguió camino hasta Los Andes; actualmente transita por Tierra de Fuego, en Argentina y Chile, en el que es el último capítulo de su periplo; las piezas relativas a esta fase final se incorporarán más adelante a la muestra.
Enlaza esta serie con otras anteriores de Laiz y alude también a maneras diversas de entender la espiritualidad, a formas alternativas del saber: Ha sido un viaje dentro de otro. Cuando estuve trabajando en Chukotka, seguía el rastro de El cazador, que fue mi anterior proyecto y tenía que ver con el animismo y el chamanismo. Buscaba un lugar en el que estas prácticas se mantuvieran de una forma lo más genuina posible y Chukotka es ese sitio. Pero allí descubrí que podía ser muchas más cosas. Algunos cambios inesperados me hicieron repensar el proyecto, poder estar más tiempo en lugares que no esperaba y darme cuenta de algunas de las claves del nuevo trabajo. Los chukchi son una especie de link entre Asia y América. Me pareció un camino muy interesante que pude expandir al colaborar con National Geographic y explorar este diálogo entre ciencia y conocimiento ancestral o conocimiento empírico.
Las obras de los fondos del Museo Navarro de las que el leonés se valió a la hora de gestar The Edge han sido sus fotografías decimonónicas, en concreto imágenes de De Launay, Napper, Laurent u Ortiz Echagüe que le llevaron a mirar de otra manera el pasado y también a sentirse parte de una tradición artística: El tipo de imagen que puede verse en los retratos ya lo estaba trabajando, pero al encontrar las imágenes del siglo XIX, esas fantasmagorías, me resultó muy curioso darme cuenta de que yo también estaba siguiendo los pasos de un linaje. Fue muy interesante y bonito. La memoria te permite no estar solo, aunque lo estés, y conectar con quien ha estado antes de ti es importante para un artista y para cualquier persona. Quizás por eso, en el viaje en el que ahora nos sumerge es posible que sintamos que hemos estado en alguno de sus parajes, aunque no sea el caso; entiende Laiz que el recuerdo guarda cercanos lazos con nuestra capacidad de evocación: Para mí, la memoria tiene mucho que ver con la capacidad que tenemos de hablar con quienes no están entre nosotros, gente con la que puedes dialogar, por ejemplo, leyendo una obra de teatro.
Formamos parte de un linaje, esa pertenencia nos sitúa en el tiempo (como indica la mencionada genética poblacional) y en nosotros habitan también nuestros ancestros; este es un hecho, para Laiz, comprobado empíricamente y desde la sensibilidad: Somos parte de un linaje muy anterior a nosotros y me pareció muy interesante esa forma de ubicarnos en el tiempo. Además, es el mismo discurso que estaba manteniendo la ciencia a través de la genética de poblaciones. Tú transportas a tus ancestros dentro de ti. Me interesaron esas dos formas de abordar la realidad: una más poética o simbólica y otra más científica, compaginadas como dos caras de la misma moneda.
Su utilización de distintas disciplinas, sobre todo de la fotografía y el vídeo, tiene que ver con las demandas propias de cada etapa del viaje y no fue previamente establecida. Cada pieza ha tenido tanto su espacio como su tiempo: Voy intentando adaptarme a las necesidades de la historia conforme voy avanzando. Si creo que la mejor forma de hablar del territorio es el vídeo, busco la fórmula para hacerlo. Si, como el caso de los colodiones o del carbón transportado, la idea requiere unas habilidades específicas, busco cómo hacerlo.
En su marcha, Laiz no estuvo solo; contó con el apoyo tanto económico como científico de la National Geographic Society, la Burroughs Wellcome Fund y el Museo Universidad de Navarra, y con la consultora Ureculture para minimizar el impacto ambiental del proceso.
Álvaro Laiz. “The Edge”
Campus Universitario s/n
Pamplona
Del 7 de abril al 2 de octubre de 2022
