Más de una vez os hemos hablado en masdearte del trabajo de Alberto Reguera, autor de pinturas-objeto que se expanden más allá de los límites de sus lienzos para dialogar con el espacio e incidir en la importancia del acto físico generador de toda obra de arte. La abstracción lírica francesa (este creador segoviano vive entre París y Madrid), los paisajes de los pintores románticos y los más reales y austeros de Castilla han sido sus grandes referencias a la hora de dar cuerpo a una producción que destaca por su unidad estética y conceptual y por la representación abstracta y poética de elementos fragmentados de la naturaleza sometidos a juegos lumínicos que enriquecen texturas y matices cromáticos.
Para profundizar en los vínculos de sus pinturas tridimensionales con el espacio, Reguera ha concedido a algunas de ellas una segunda vida como esculturas disponiéndolas en el suelo, y bien sea de este modo o sobre el muro resulta complicado establecer fronteras entre estas piezas y una instalación pictórica. Cuestiona en todo momento los usos habituales dados a técnicas y soportes y entremezcla colores en gestos pictóricos cuyo resultado final no siempre ha definido de antemano. Reguera también es autor de dibujos sobre papel y fotografías que le sirven como “bocetos mentales”.
Desde hoy y hasta el 23 de agosto, el University Museum and Art Gallery (UMAG) de Hong Kong acoge “Alberto Reguera: Blue Expansive Landscape”, una revisión de la obra del artista desde 2001 hasta el año pasado en la que podrán verse pinturas expansivas, paisajes abstractos, instalaciones pictóricas y fotografías.
El artista nos cuenta que “esta exposición está constituida a través de cuadros-ventana, ventanas que nos introducen, nos invitan a penetrar, en distintos paisajes abstractos que contienen imaginados fragmentos de naturaleza, y que hacen referencia a distintos momentos de la historia del arte, como la abstracción lírica o el impresionismo. Esas ventanas luego toman volumen, crecen y vienen hacia nosotros, a través de mis paisajes tridimensionales, mis instalaciones y la pintura que se expande”.
Las obras que forman parte de esta muestra en Hong Kong pueden parecer muy diferentes entre sí, pero su estructura visual se rige por un mismo esquema y por características comunes, como la presencia, de ahí el título de la exposición, del pigmento azul, hilo conductor de este proyecto: “el azul siempre ha tenido mucha presencia en mi obra. Sus tonos, matices y texturas se multiplican dependiendo de la diferente incidencia de la luz que recibe, así como de la relación entre la obra, el espacio y el espectador. El azul – al que considero el color más inmaterial- me sirve para otorgar mayor levedad a mis pinturas, que tienen mucho peso físico, debido a las superposiciones de capas matéricas. Además , este color me ayuda generar las sensaciones de vértigo y profundidad. Kandinsky relacionó los conceptos “infinito” y “profundidad”: cuanto más profundo es el azul, más atrae al hombre hacia el infinito. Utilizo casi todos los azules, desde el Cian al azul Wegdgewwod, por supuesto el azul de Prusia. Todos ellos nos hacen huir hacia lo irreal, hacia lo abstracto. También el azul ultramar”.
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