Un nuevo discurso para la pintura gótica del Museo del Prado

El Museo del Prado ha llevado a cabo diversas intervenciones para la reordenación de sus salas 51 A y 51 B, correspondientes a la pintura gótica, con el fin de ofrecer al público una visión renovada de esta parte, no demasiado conocida, de sus fondos. A partir de ahora esos espacios se articulan en propuestas temáticas, destinadas a brindar una lectura más armónica y sugestiva de la colección.

Las paredes se han pintado de un azul luminoso, para potenciar el intenso cromatismo presente en la mayoría de las pinturas góticas: así puede apreciarse, sobre todo, en la sala dedicada al gótico internacional. Además, se recupera así uno de los aspectos que sabemos eran más valorados estéticamente en la Edad Media, el empleo de colores vivos y suntuosos.

También se busca, con esas tonalidades, ofrecer al público una experiencia inmersiva: es casi imposible reproducir los efectos sensoriales derivados de los olores, luces o sonidos que contextualizaban la contemplación de las pinturas medievales, pero sí se ha pretendido reforzar la idea que las obras expuestas no se concibieron únicamente como objetos autónomos, sino también como piezas integradas en entornos de fuerte dimensión sinestésica.

Por otro lado, en cuanto a los discursos expositivos, en la sala dedicada a la pintura de la segunda mitad del siglo XV obtendremos desde ahora una impresión ordenada del conjunto a partir de varios puntos focales de carácter, como decíamos, temático. Según Joan Molina, Jefe de Departamento de Pintura Gótica Española de la pinacoteca, ya no se trata de colocar en una sala obras de un periodo unas junto a otras, sino de explicar ideas y conceptos, de contar historias a través de una serie de argumentos que nos proponen nuevas formas de mirar y comprender diversas realidades de la pintura gótica.

Encontraremos agrupaciones de tablas referidas, en ese sentido, a las expresiones visuales del culto a los santos, el concepto del retrato, la noción de alteridad, el significado de los gestos, la preeminencia del tema sobre el estilo, las múltiples apariencias del diablo o la libertad creativa de los artistas medievales. Se abordan estos asuntos con rigor científico, pero también desde una perspectiva amena.

La preparación de esta nueva instalación en las salas se ha desarrollado en paralelo a una intensa actividad de investigación y recuperación de la propia colección de pintura gótica española del Prado; esos trabajos han derivado en nuevas atribuciones para la autoría de algunas tablas, en la propuesta de localizaciones hasta ahora inéditas o incluso en la de promotores desconocidos. Las indagaciones en torno a algunas obras y autores continúa, no obstante, abierta, y se espera que de resultado en los próximos meses y años. En cuanto a la recuperación de piezas, se han restaurado diferentes pinturas y marcos sacados ahora de los almacenes y depósitos y algunas más están aún siendo intervenidas o lo serán en el futuro.

Sala 51A. Foto © Museo Nacional del Prado
Sala 51A. Fotografía: © Museo Nacional del Prado

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