Rosell Meseguer y la fragilidad de la creación

Murcia, 14/12/2016

Tras su paso por la Tabacalera madrileña, la artista alicantina Rosell Meseguer presenta, desde mañana en el Centro Párraga, “Lo invisible”, un proyecto centrado en el estudio de la importancia de las representaciones visuales en el conjunto de la cultura contemporánea y más allá, de los modos en que forjamos nuestro propio imaginario, nuestra memoria y nuestro pensamiento sobre todo tipo de hechos, desde los íntimos a los históricos.

Del mismo modo que la alimentación de nuestra memoria visual es compleja y no atiende a normas ni cánones fijos, el montaje de la muestra atiende a un orden peculiar: se nos presentan, desperdigados por el espacio, relieves o esculturas exentas, objetos, espejos y marcos de apariencia frágil y delicada, con un toque minimalista, con los que la artista ha pretendido llamar nuestra atención sobre el carácter frágil, múltiple y variable de la creación artística actual y sobre todo de su mensaje.

En este punto comienza el trabajo de Meseguer con la invisibilidad y el vacío, conceptos que a menudo han ido de la mano y que Descartes consideró subjetivos, dado que solemos considerar al vacío como aquello que rodea la materia, lo que hay allí donde (no) hay nada, es decir, a la mayor parte del espacio. Respecto a él, el marco es umbral a medio camino entre un espacio interior y otro exterior, y no forma parte fundamental de ninguno.

Los espejos, por su parte, reproducen entornos de naturaleza cambiante, dando lugar, como su nombre en latín indica, a múltiples especulaciones. La artista los utiliza aludiendo a su vertiente histórica esotérica y misteriosa, y también subraya su crucial papel en la configuración mental de la propia imagen.

Estos asuntos ya los abordó Meseguer en su anterior proyecto OVNI Archive (2007-2015), donde profundizó en los procesos de pensamiento que forman parte del mundo del espionaje a partir de fotografías, recortes de periódicos, materiales y documentos impresos. De “Lo invisible” también forma parte, como es habitual, en general, en sus instalaciones, material documental que genera un archivo que refuerza conceptualmente el proyecto. A través del mismo, la alicantina trabaja como intérprete, construye un discurso o una “ficción” a través de textos e imágenes ajenos que ella hace propios.

Esa posibilidad de enlazar unos y otros proyectos de Meseguer tiene para Begoña Torres, comisaria de la exposición, una razón fundamental: Implica una cierta conciencia de obra, que es susceptible de ser presentada de forma orgánica, como un todo, en la que su trabajo siempre trata de mantener unidos lo errático y la idea fija, la aceptación de los imprevistos y el rigor en el método.

Desde 2001 la creadora viene analizando la construcción de la historia y la creación de metodologías de documentación en diversas estancias de investigación en numerosos centros internacionales.