Sus muestras no suelen consistir en presentaciones de obras que se ponen en valor, sino en obras en sí mismas, en proyectos que no se constituyen en instalaciones sino en dispositivos para la reflexión. Se articulan, además, en torno a un asunto fundamental: los límites de los espacios de representación y la posibilidad de generar nuevas plasmaciones del mundo.
Ese es también el caso de “Meridiano de Madrid: sueño y mentira”, la propuesta que desde hoy Pep Agut exhibe, de la mano del Museo Reina Sofía, en el Palacio de Cristal del Retiro y que constituye una reflexión sobre el contexto histórico en que este mismo edificio fue construido, bajo el diseño de Ricardo Velázquez Bosco: se levantó en la década de 1880, para la Exposición General de las Islas Filipinas, y se tuvo como referencia el Crystal Palace que Joseph Paxton había proyectado en Londres treinta años antes.
El mismo título de la exposición nos recuerda que, en el periodo en que se construyó el Palacio madrileño, tuvo lugar en Washington una Conferencia Internacional en la que se decidió establecer un meridiano único de referencia, tangente con el Real Observatorio de Greenwich, y también en España se promovió sin éxito la creación de un meridiano local 0º de Madrid, que sí se menciona en el catálogo de aquella Exposición Universal. El desastre de 1898 no facilitó la iniciativa y, en 1942, nuestro país adoptaría definitivamente el huso horario berlinés.
Ese catálogo de 1887 ha sido una de las fuentes de Agut en la preparación de esta exposición, junto con dos obras bien conocidas de Goya y Picasso, también aludidas en el título: El sueño de la razón produce monstruos (1799) y Sueño y mentira de Franco (1937), respectivamente.
Encontraremos en el Palacio de Cristal varias columnas realizadas en escayola, no verticales sino distribuidas por el suelo; sus moldes se elaboraron en seis partes de las que solo se exhiben dos; en torno a ellas, Agut ha dispuesto diferentes espacios donde expresa diversos grupos de ideas. Al mostrar solo dos de esos seis elementos, lo que vemos son testimonios del proceso de trabajo del artista, más que obras acabadas, y su presentación horizontal se refiere a la ausencia de funcionalidad de la arquitectura de este lugar en origen.
En cada columna o en cada una de sus partes, individualizándolas, este autor ha incorporado inscripciones ejecutadas con buril, herramienta que también emplearon Goya y Picasso en sus citados aguafuertes; entronca así su trabajo, de forma más clara, con esa línea de mirada crítica desde el arte a las circunstancias políticas y sociales.
La muestra se completa, como decíamos y junto a cada conjunto de columnas, con numerosos tubérculos de escayola que Agut ha creado empleando moldes extraídos de raíces naturales, varios llegados de Filipinas y de Norteamérica, recordando de nuevo la historia del Palacio de Cristal. El artista los vincula, desde la ironía, con los que aparecen en las viñetas que componen los grabados picassianos sobre Franco, a los que llama Franquitos. “Meridiano de Madrid: sueño y mentira” supone, por tanto, una invitación a reflexionar sobre las complejidades del final del siglo XIX desde nuestra memoria del XX y desde el presente, encontrando, quizá, algunos paralelismos.
Como avanzábamos, la producción del barcelonés puede ligarse al posconceptualismo desarrollado en España en los noventa e indaga en el papel del artista y la problemática relativa a la representación y el lugar del arte. Examina, desde el cuestionamiento, la noción de autoría, la tendencia del arte reciente hacia su espectacularización y el tratamiento de la creación como mercancía.
Sus proyectos son fruto de extensas labores de investigación y están realizados con técnicas diversas; su propósito habitual es situar el arte en un espacio público y atemporal en el que el texto es parte de la plástica: cita Agut a los escritores Blanchot o Lévinas como sus referencias habituales.
Pep Agut. “Meridiano de Madrid: sueño y mentira”.
Parque del Retiro
Madrid
Del 22 de abril al 29 de agosto de 2021
