Escuela de Vallecas

La creación de la Escuela de Vallecas se debe a la iniciativa de Alberto Sánchez y Benjamín Palencia, que en 1927 se plantean la renovación del arte español dentro de nuestras fronteras frente al arte de vanguardia instalado en París.

Los dos artistas participan en la “Exposición de Artistas Ibéricos” de 1925 y, pasados dos años, en una serie de paseos al pueblo de Vallecas, en concreto al Cerro Almodóvar )al que denominan como “Cerro Testigo”) deciden la fundación de la escuela. Les atrae lo rural y buscan el reencuentro con el paisaje castellano en la línea de los pintores cercanos a la Generación del 98. En un acto significativo dejan constancia en un monolito de sus principios, así como de los nombres de los referentes más significativos para ellos del arte y la cultura.

Sus obras se insertan en la órbita del cubismo y el surrealismo, en una interpretación emocionada de los elementos del paisaje castellano, cuyas formas constituyen su lenguaje. Se unen a ellos Juan Manuel Caneja, Maruja Mallo, Luis Castellanos, Luis Felipe Vivanco, incluso Lorca y Alberti. Con motivo de la Guerra Civil se dispersan hasta que, al finalizar ésta, Benjamin Palencia vuelve a aglutinar a un grupo de estudiantes de la Escuela de Bellas Artes, discípulos de Vázquez Díaz, que rememoran la experiencia anterior. La forman Alvaro Delgado, Francisco San José, Carlos Pascual de Lara y Luis Castellanos. Es conocida como Segunda Escuela de Vallecas y se convierte en el precedente de la Escuela de Madrid.