Dice Marlene Dumas que las imágenes de segundo uso pueden producir emociones de primera. Ella nunca trabaja directamente del natural, inspirándose en la vida misma sin mediaciones, pero nuestra existencia en toda su complejidad, incluyendo amor y muerte, sexualidad y vergüenza, es el eje de su pintura, que toma referencias tanto personales como públicas o históricas: ha retratado a su hija, a sí misma y también a Amy Winehouse, Diana de Gales, Naomi Campbell u Osama Bin Laden.
Las guerras televisadas, los artículos periodísticos, la imaginería religiosa, la historia del arte, la cultura popular, el devenir de la industria del ocio para adultos o su propia imaginación son otras de sus fuentes de inspiración y los resultados suelen ser íntimos y muy frecuentemente también controvertidos, porque sabe lograr que en sus telas lo político se convierta en erótico y lo personal en público, gracias a su juego con la imaginación de los espectadores, con nuestros prejuicios y temores.
Desde este pasado fin de semana, el Palazzo Grassi veneciano presenta su primera muestra monográfica en Italia, “open-end”, en el marco de un ciclo de individuales que la Colección Pinault viene dedicando a creadores contemporáneos. Su título lo eligió la propia autora sudafricana, atendiendo a lo que sus trabajos tienen en común, a su actual estado de ánimo y también a la situación mundial: ha querido recordar con él el confinamiento y lo que supone estar encerrados, la apertura de sus obras a interpretaciones diversas y el hecho de que donde sus proyectos comienzan no es donde terminan.
La exposición, comisariada por Caroline Bourgeois junto a la propia Dumas, reúne más de un centenar de piezas, procedentes tanto de los fondos Pinault como de museos internacionales y colecciones privadas, y se centra en su producción más reciente (en parte realizada con esta exhibición en mente), pero cuenta también con una selección de lienzos y obra sobre papel datados desde 1984. En unas y otras propuestas, de pequeño o gran formato, se subraya la presencia de un ritmo lírico, más dinámico o más plácido según las ocasiones, conforme a la misma definición de poesía según esta artista: Un escribir que respira, da saltos y deja espacios abiertos, para que podamos leer entre líneas.
Nacida en Cape Town en 1953, creció y estudió Artes en su país mientras perduraba el apartheid hasta que, en 1976, se trasladó a Europa para continuar formándose, estableciéndose en Ámsterdam, donde aún hoy reside y trabaja. Actualmente lo hace sobre todo en óleo sobre lienzo y tinta sobre papel y sus grandes temas continúan siendo retratos y figuras humanas: se ha volcado en la representación de un espectro universal de nuestras emociones.
Entre ellas figuran la pasión y el duelo, la inocencia y la culpa, la violencia o la ternura, y los asuntos del género y la raza resultan también indisociables de su producción, en la que como avanzábamos traslada a la esfera de lo cotidiano cuestiones sociales y políticas, históricas y culturales. Esa fluidez en la observación y la plasmación de lo micro y lo macro se explica por su temprana toma de conciencia de que el flujo continuo de imágenes al que diariamente accedemos incide en nuestra autopercepción y en nuestro modo de leer el mundo; sus puntos de partida en lo formal y reflexivo son imágenes encontradas en medios de comunicación o en el cine, pero también fotografías, Polaroids, que ella misma ha tomado y, en los últimos años, la literatura de Baudelaire y Shakespeare.
Por el enraizamiento de sus intereses, en cualquier caso, en lo más primariamente humano, encontraremos en esta muestra pinturas nacidas de la biografía personal de la artista (relativas, por ejemplo, a separaciones amatorias) o de injusticias a las que se ha sentido cercana: además del apartheid, la privación de derechos en El Congo, Argelia o Palestina. Ha mantenido Dumas, desde sus inicios, una marcada toma de posición contraria al racismo y la discriminación de género, pero también un continuo acercamiento a un erotismo que tiene que ver con las que llama fuerzas rebeldes de la vida, con el azar, más que con sus formulaciones habituales. Estimulan su creación temas morales contemplados en y a través del cuerpo, que los encarna o padece.
Marlene Dumas. “open-end”
San Samuele 3231
Venecia
Del 27 de marzo de 2022 al 8 de enero de 2023
