Llorenç Ugas Dubreuil no es un desconocido para los que nos leéis a menudo: en varias ocasiones os hemos hablado de sus fotografías e instalaciones dedicadas al estudio de la morfología y el aspecto de espacios concretos, sobre todo de aquellos que le permiten explorar las huellas de la intervención humana en el paisaje, unas huellas que este artista entiende como fricciones derivadas de nuestro anhelo por controlar el devenir de entornos naturales, alterando su curso.
Entendiendo que no existe paisaje sin individuo que lo mire (en otro caso sería paraje, decía Christian García Bello) y que es nuestra observación del territorio la que define y construye su imagen, las propuestas de Ugas Dubreuil hacen referencia a sus experiencias concretas sobre terrenos específicos, sometidos a problemáticas situadas: espacial y temporalmente, se trata de proyectos que nacen de la relación directa entre el autor y el lugar.
Una selección de su producción más reciente se presenta ahora en el Museo de Arte de Sabadell, su ciudad, bajo el comisariado de Rita Andreu: la muestra se ha titulado, justamente, “Todo lo que no miras desaparece” y se inicia en la misma entrada del centro, con una instalación que podemos entender como prólogo de nuestro posterior recorrido: 1760 metros (2018-2019). Consta de restos de la construcción del hotel El Algarrobico en el Cabo de Gata almeriense, en una zona natural protegida pero convertida en escenario de especulación inmobiliaria; esos elementos, alejados de su origen, modifican ahora la relación de los espectadores con el espacio del centro y su transitar; condicionan nuestros pasos, del mismo modo que aquel hotel (por ahora no demolido) transforma la playa de Carboneras.
De esta exhibición también forman parte trabajos en los que se incide en la activación del paisaje por el artista por la vía de la performatividad, especialmente por la que implica el acto de caminar. Es el caso de 5 pasos (2020) o de Dibujar una autopista con el cuerpo (2020), que llevó a Ugas a seguir el trayecto de la autopista proyectada entre Lloret de Mar y Blanes; en uno y otro caso, el autor traduce su experiencia en el paisaje en forma de imágenes que ponen de relieve cómo esa vivencia se ve hondamente alterada (frustrada, interrumpida o incluso imposibilitada) por las transformaciones habidas en ese entorno, por causas diversas pero normalmente ligadas al impacto humano.
En ese sentido, también podemos contemplar en Sabadell fotografías pertenecientes a series de largo aliento, como Blacklandscape (que inició en 2014), Landscape experience y Landschaft (comenzadas en 2017) o Lugares al borde de la nada (en la que trabaja desde 2018): se trata de aproximaciones visuales a lugares que no son lo que fueron y en las que recursos como la sobreexposición, la desaturación, la eliminación de ciertos elementos o la superposición de capas aluden a la propia tentativa frustrada de Ugas de acercarse a paisajes no condicionados.
Más allá de intenciones documentales o de registro, por tanto, estas imágenes transmiten ante todo las miradas particulares de Ugas hacia entornos concretos; en ellas el referente inicial se ha desdibujado, sugiriéndonos relaciones creativas de cariz más abstracto con el paisaje y marcadas por la tensión, la misma que subyace en esos enclaves que perdieron su armonía.
Su exploración también cobra forma escultórica, en las piezas que cierran “Todo lo que no miras desaparece”: Km 6, 11 y 18 están compuestas por bloques de piedra y por imágenes unidas por la presión que ejerce un sargento. En ellas no nos traslada el artista las problemáticas asociadas a paisajes específicos, sino que dan forma a los instantes de fractura ligados a sus vivencias del entorno.
Llorenç Ugas Dubreuil. “Todo lo que no miras desaparece”
Carrer del Doctor Puig, 16
Sabadell
Del 25 de marzo al 27 de junio de 2021
