Hasta las últimas décadas, la cerámica de Picasso era abordada como un aspecto secundario de su producción, en parte por la confusión generalizada entre las que eran piezas únicas y las editadas. Estas últimas no son simples copias realizadas en gran número, sino ediciones cuidadas de la obra del artista que responden a las distintas estéticas que cultivó.
Picasso comenzó a trabajar en este medio en 1947, en el taller Madoura de Suzanne y Georges Ramié en Vallauris, y permitió a esta familia Ramié llevar a cabo reproducciones en ediciones limitadas de 633 de sus creaciones datadas entre 1947 y 1971, siendo dichas reproducciones un tipo de obra más accesible al gran público y, en un principio, asequible.
Se produjeron dos tipos de ediciones bajo la supervisión del malagueño: réplicas auténticas, a partir de una pieza creada por el artista y con sus mismos materiales, tamaños, volúmenes, formas y colorido; e impresiones originales, estampadas a partir de moldes creados por Picasso.
Del 14 de junio al 6 de octubre, el Museo Picasso. Casa Natal acoge “Picasso: imágenes cerámicas”, una exposición que quiere ofrecer al público claves para comprender cómo se han realizado estas ediciones, sus tipos y procedimientos.
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