Al artista asturiano Javier Riera lo reconocemos sobre todo por sus imágenes analógicas de paisajes y malezas en las que proyecciones lumínicas generan formas geométricas. Utiliza la cámara para registrar esos instantes efímeros, pero rechaza modificar los resultados vía ordenador para acercarse a los propósitos de documentar visualmente lo sucedido propios de los artistas del Land Art; busca, con esa ausencia de intervención, que podamos considerar su trabajo como el fruto de una producción en la naturaleza, en un espacio y un tiempo concretos, y no como una fotografía independiente y con objetivos más estéticos que relacionados con la difusión de una experiencia.
La combinación de geometría y naturaleza, de forma recta y formas orgánicas, nos permite reflexionar, a la luz de su obra, sobre nuestras posibilidades de generar significados desde la alteración sostenible del paisaje y de dirigir nuestra percepción hacia terrenos que trasciendan los cotidianos: nos invita Riera a sumergirnos en una aproximación hacia lo oculto y hacia las cualidades poéticas de los espacios que suelen pasarnos desapercibidas. Sus geometrías, que en ocasiones evocan a Palazuelo, son sutiles y enmarcan lugares de misterio, porque de él parecen emerger.
Este verano, el de Avilés recala en la Galería Llamazares de Gijón para presentar “Campo de presencia”, su tercera individual allí. Ofrece un recorrido por una selección de esas intervenciones lumínicas sobre paisajes realizadas en los últimos dos años, junto a dos proyecciones site specific que pueden verse sobre la pared de la sala asturiana. Una parte esencial de la muestra, que hace patente las novedades introducidas en los últimos meses en la obra de Riera, la componen fotografías tomadas con luz y geometría sobre la humedad del ambiente en la playa; en ellas concibe el artista el paisaje como elemento activo, capaz de transformar las obras, abierto a nuestra percepción de las dinámicas sensoriales de la naturaleza y también al reconocimiento de las mismas en nosotros mismos.
Considera Riera que la geometría es el lenguaje capaz de establecer vínculos sutiles entre lo interno y lo externo, abriendo en el camino la opción de nuevas experiencias de la mirada; el título de esta exposición, ese “Campo de presencia”, hace referencia justamente a Merleau-Ponty y su teoría sobre el espacio. Consideraba aquel pensador que este no existe en sí mismo, sino en relación al sujeto y al campo fenomenal de la conciencia, y que hemos de concebirlo no como lugar real en el que los objetos se ubican, sino como ambiente en el que la posición de estos se hace posible.
Javier Riera. “Campo de presencia”
c/ Instituto, 23
Gijón
Del 25 de junio al 28 de agosto de 2021
